domingo, 14 de mayo de 2023

 HÉROES ANÓNIMOS......

Mientras trato de redactar esta crónica, pienso: Cuántos héroes anónimos, tendran los pagos orientales ?.... Imposible de atreverse con un número aproximado, tan siquiera. Porque la exactitud matemática, en este caso,, quedó en franca desventaja, ante los labios antiguos que la muerte cerró para siempre y el olvido, que mudo, sordo y abúlico, solo se ocupa de hacer crecer el pasto, sobre las sepulturas.-
Muchos testimonios de héroes anónimos, se desvanecieron en el aire. Apenas, fueron registrados en las memorias de nuestros ancestros, que gustaban de contar de ellos, en las tardecitas frías del invierno, junto a un fogón o a una cocina a leña, mientras crepitaba la lumbre de calor y el mate amargo recorría la rueda, entibiando los huecos callosos y "tajeados" de las manos rudas.-
Siendo niño, escuché atentamente, esos "sucedidos" de otros tiempos, cuyos protagonistas hombres o mujeres, se me aparecían imaginariamente, con aquellos corajes gauchos, templados a fragua, modelados a brazos sudorosos y a martillo, que les había impuesto aquella época, donde los orientales como leones enceguecidos, derramaban su sangre, sin dolor y sin asco, sobre los suelos sufridos de la Patria.-
Hoy, a esta altura de la vida, donde cada día que pasa nos acercamos un poco más, a la meta final, parece que algo misterioso campeara nuestros hemisferios cerebrales y los recuerdos "como en malón", transitaran una y otra vez, la oscuridad biológica de nuestros laberintos.-
Voy a contar dos "sucedidos" campesinos, que tocaron de cerca a mi familia y que hoy, bajan desde los laberintos del cerebro, recorren mis brazos y llegan hasta los dedos, para que el toque supremo de la sensibilidad, los pueda llevar al papel.-
Dos familias amigas de la hoy, Novena Sección del Departamento de Treinta y Tres (Uruguay) entre los arroyos Corrales del Parao y el Parao mismo, con esa semi-salvaje geografía que en otro tiempo, la supieron recorrer a galope de caballos y ponchos al viento: los Batalla y los Melgarejo, de la Costa de Corrales del Parao y los Cuello Das Neves, de la zona de la "Cañada de la Manguera" enseguida de pasar "El Barrial".-
En una lluviosa mañana de agosto de 1898, se desplazaba por el viejo camino a Treinta y Tres, procedente desde Río Branco y anteriormente desde la posta de la "Buena Vista" (donde vivía "El Catalán" Olivé) la diligencia de Alejandrino Guevara, un pardo grandote, de pocas palabras, sombrero negro, barbijo ajustado al mentón, con un pucho "arrinconao" en un costado de la boca, golilla blanca, saco, chaleco, bombachas comunes, botas largas, una daga, atravesada en la cintura y un 38 niquelado, haciéndole bulto sobre el lado derecho.....
Cuentan, que Guevara, que residía en Treinta y Tres y era el dueño del carromato y de los caballos, era hombre de una hechura sola y si algún malevo se metía a provocarlo por cualquier motivo, dese por seguro, que el pardo "atajaba la gata"....
La diligencia, cargada con ocho pasajeros (6 mayores y 2 niños) se acercó al paso viejo del "Corrales del Parao", para abajo de donde hoy existe el puente carretero de la Ruta 18.-
La creciente, venía desbocada, con un ruido infernal y tirando unos virajes, que en su arrastre y color, parecía un culebrón gigante.-
Guevara, no pensó ni un momento. Era ahora o nunca, le pegó una chupada al pucho, le gritó "al cuarteador" que se tirara y agitando el arreador "de los boleros", cayeron al agua, entre salpicones y una gritería sola.-
Aun, no estaba muy crecido (calculó bien el pardo Guevara) pero al llegar al medio del arroyo, los caballos cinchados por "El Coatí" que así lo llamaban "al cuarteador" reventaron los tiros y abandonaron la diligencia, con el agua llegándole al piso.-
Desde el interior del carromato, mujeres y niños comenzaron a llorar enloquecidamente, mientras los hombres, trataban de dominar un panorama, que había tomado la recta, de un luctuoso final.-
El pardo, "se peló" las botas de suela, tiró el sombrero para un costado, escupió el pucho, se quitó la daga y el revólver, se sacó la ropa y pretendiendo hacer algo por sus pasajeros, se tiró de cabeza, a las aguas enloquecidas....
Era buen nadador. Pero la corriente cual danza diabólica, pudo más que él y se lo llevó entre quiebres y requiebres aguas abajo, logrando sujetarse de un árbol y salvar providencialmente su vida.-
En esos instantes en que "El Coatí" miraba impávido desde la otra orilla, montado en un caballo azulejo, en la orilla contraria, apareció un gaucho a caballo, a todo galope....
De inmediato se tiró al suelo y gritó: NADIE SE MUEVA !... QUÉ LOS VOY A SACAR A TODOS !!...
Inmediatamente, se quitó la ropa, quedando en calzoncillos y se tiró al agua, braceando rumbo a la diligencia.-
Logró con la ayuda de los hombres, abrir la puerta de atrás del vehículo y tras dominar la situación, fue sacando de a una mujer, hasta la orilla, donde las iba dejando a salvo......
Calentó el cuerpo el paisano, se volvió a tirar con energía y decisión y sacó a los dos niños.... Posteriormente, lo hizo con los hombres y una vez que todos estuvieron en la orilla del arroyo a salvo, nuevamente aquel hombre puro músculo y decisión, se tiró al agua y salió braceando para donde estaba Guevara.-
Una vez junto al mayoral, se hizo abrazar por éste (que ya estaba dando muestras de frío intenso y de calambres) y para no vencer las aguas corriente arriba, lo sacó derecho, frente adonde estaban, alcanzando la orilla, más abajo aun que los pasajeros.....
Llegaron más paisanos con ponchos y aprovechando que la llovizna había amainado se dieron idea, para hacer un gran fogón, donde todos se pudieran reponer.-
El paisano que hizo el rescate, era: Venancio Batalla Melgarejo, hijo de los vecinos de la zona: Juan de las Mercedes Batalla Ledesma y Petrona Ramona Melgarejo Olmos, quienes desde 1856, estaban afincados en la zona, con campos que bajaban hacia el "Corrales del Parao" y se iban hasta el Arroyo del Oro.-
Según comentaba el mismo Batalla Melgarejo, desde lo alto de su casa paterna (lugar que luego ocupó su pariente: Lamas Batalla Téliz) vio que la diligencia de Guevara, ingresaba en el camino al Corrales del Parao.... Como lo conocía al mayoral y sabía que era bastante "porfiao", "el Diablo le roncó en las tripas" que éste, se iba a tirar en el arroyo y decidió montar un caballo en pelo y salir de galope tendido, a darle alcance a la diligencia, para convencer al patrón.-
No logró darle alcance.... Pero logró salvarlos a todos de una muerte segura.... Donde el carruaje terminó atascado y semi- volcado por la fuerza de las aguas, teniendo que esperar a que el cauce se normalizara, para quitarlo de la incómoda situación.-
El héroe anónimo, se llamó: VENANCIO BATALLA MELGAREJO, un gran nadador y que posteriormente, formó su hogar con la Sra. Rosa Fagúndez Correa, con la cual tuvieron numerosa descendencia, entre varones y mujeres.-
Vivieron en Vergara y por ejemplo, fueron los progenitores de: Modesto, de Ermindo Gerónimo (que tenía el Hotel Jorgito, en Treinta y Tres) de Braulio, de Aníbal, de Rosalía, de Tiburcio (el padre de Perico Batalla, que fue Sub Jefe de Policía de Treinta y Tres) y entre varios más, de la poeta vergarense: Rosa Batalla Fagúndez, con cuatro libros de poemas editados: "Piedra y Estrella"; "Cantando por el Camino"; "Vórtice" y "Somos Viajeros Sideral". Rosa, además de ser poeta y escultora, también fue Partera Universitaria, en Montevideo.-
Volviendo al tema que me ocupa: VENANCIO BATALLA MELGAREJO, bien que podría tener una placa a la orilla del paso viejo del Corrales del Parao, que recordara esta hazaña de coraje y de dignidad, que se habría quedado cubierta por el moho del olvido, si no trato de escribirla en esta crónica.....
Pasaron los años y en 1925, mi madre biológica: Emilia Uruguaya Cuello Faliveni, vivía junto a sus padres (mis abuelos): María Salomé Cuello Das Neves (Adramantino) y María Rosa Faliveni Dávila, en la denominada "Tapera de los Cuello", sita en la "Cañada de la Manguera", para abajo un poco de la casa que ocupaba "Juca Vergara" y que hoy, es propiedad de José Noble Santana.-
A 5 kilómetros de la necrópolis de Vergara, con rumbo a la Cañada Grande.-
Una mañana de ésas, mi abuelo Cuello había salido a caballo para Vergara, a efectos de traer el surtido o los comestibles más necesarios, que le dejaban "boconas" sus maletas.-
Mis tíos, estaban en la casa de los abuelos Cuello-Das Neves, que vivían un poco más para arriba.-
Mi abuela, trajinaba en la cocina, en compañía del "Kile" Batalla Fagúndez (hijo del precitado Venancio) que al parecer tenía cierto retardo mental, pero era una excelente persona, humilde, trabajador, servicial, le decían "El Loco Kile" y se daba muy bien con todos los Cuello.-
Era el peón de mano de mi abuelo y era otro integrante más, de la familia, al extremo que los trataba de "Compadres" .-
Barría el patio y el galpón. Juntaba y picaba leña, cuidaba las gallinas de mi abuela, trabajaba la quinta, acarreaba agua para las casas, repuntaba las lecheras, ordeñaba, lo ayudaba a mi abuelo a dar toma a las ovejas (en aquel tiempo como no había específicos contra la lombriz, les daban "tés de ajenjo" o "tés de hoja de duraznero" y entre tanto ir y venir "El Kile" por su cuenta, la cuidaba a mi madre y a mis tíos, que eran gurises chicos.-
Decía "El Kile": - En la casa del compadre Cuello, tengo plato lleno, yerba a reventar y tabaco, pa quemar sin yel !!..... Y todavía me preguntan en el pueblo:- Ché loco y pasás bien en lo de Cuello ?..... Perooooo....haceme el favor !.... Plato lleno, yerba a reventar y tabaco pa pitar hasta qué quiera !!... Saben cómo soy ?.... Bué, un tipo feliz y agradecido.... Plato lleno, yerba a reventar y tabaco pa pitar hasta qué quiera !!!.... Por las dudas, si falta algo, el compadre Cuello, me presta el caballo y el recao dél !!....
Esa mañana de invierno, con un débil sol que empezó de a poco a colarse entre los árboles patriarcales de la casa de los Cuello, la vio a mi madre vestida con un abrigo de lana, un gorrito para protegerse los oídos y "El Kile" más adelante, barriendo el patio...
Mi madre tenía 3 años de edad y mi abuela, le decía "Nena" (porque era la menor de la familia) aunque después, todo el mundo le diría : "Nené".-
"El Loco Kile", chiflaba, cantaba y barría el patio. Le corría el ojo a mi madre y cuando ella se iba a agachar a agarrar tierra, "El Loco" le pegaba el grito:- No mija ! Deje´so que eso no se agarra y además la comadre le puso ropa limpita... Cómo va´star agarrando tierra mija, que hasta miada del perro y cagada del gato, puede ´tar... No, no, venga con el tío pa´cá...... Y seguía chiflando como un descosido y mandando escoba de chilca en el patio....
En determinado momento "El Kile" se distrajo con algo.... Fueron segundos áquellos ! Y mi madre, se le perdió de vista.-
En esos momentos mi abuela salió al patio, a tirar o a mirar algo y al no advertir la presencia de mi madre, gritó dos o tres veces: Nena...Nena...Nena... Y nada, solo el canto de los pájaros le respondía...
Se acordó repentinamente, que había dejado sin tapa el pozo de agua, que estaba a ras de tierra....
Apuró sus pasos y cuando miró para adentro del pozo, mi madre, andaba flotando adentro del mismo.....
En un arranque de desesperación, gritó:- Kileeee... Kileeee....
Y de allá de donde andaba barriendo:- Qué pasó comadre ?...
-Vení enseguida que la Nena, se cayó en el pozo......
Aquello fue en un santiamén.-
"El Kile" tiró la escoba al diablo, se apretó el sombrero que usaba y en un segundo estuvo al lado de mi abuela.....
- Sacala del pozo "Kile" que la Nena, se me muere ahogada- dijo mi abuela y estalló en un llanto imparable....
En ese momento, el abrigo de lana de mi madre había comenzado a absorber el agua y lentamente, se estaba hundiendo.....
"El Kile", inmediatamente la manoteó del pelo a mi madre y entre el lloradero de mi abuela, el de mi madre y el abrigo chorreando agua, la sacó para afuera de un envión, salvándole la vida.....
De inmediato, la llevaron para adentro de la casa, la secaron, le cambiaron de ropa y la arrimaron para la cocina a leña....
Mi abuela, no se podía convencer de lo que había pasado y "El Kile" la consolaba: - Tranquilicesé comadre !! Qué yo via a buscar el mate y "los vicios" y me siento aquí al lao a cuidarla....
La abuela, era presa de los nervios y estaba haciendo un té de hoja de tangerino... "El Kile" volvió con el mate en el bolsillo de la bombacha, se sentó al lado de la cocina, cebó con la caldera y volvió a repetir:- Pero tranquilicesé comadre.... Déjese de joder que la gurisa ya tá salvada.... Pior es que se hubiera ahugao y ahora tuviéramos yorándole la muerte !!....Eso, era mucho pior !!..Y el compadre Cuello pal pueblo todavía !!!
Preparó un pucho del grosor de un dedo, lo arrimó a la cocina, prendió, aspiró sin apuro y tiró una bocanada de humo....
Cebó otro mate y al ver que mi abuela entraba a tranquilizarse, le contó:- Comadre, usté no taba mirando cuando yo la manotié a la gurisa, no ?....
- No compadre, que viá a mirar !! Yo no sabía que iba a hacer de la desesperación que tenía....
- Bué, yo ví que me daba bien el tiempo pa manotiarla del pelo a la Nena y entonce eché mano a la bombacha, y dejé los vicios y el mate en un costao....
Pegó otra chupada sonora en el mate, la miró a mi abuela y dijo:-Comadre, la gurisa taba salvada di antemano. Yo soy pescao pal agua....Me tiro, margullo y la saco en la palma e´la mano...Pero mucho más cagada iba´cer pa´mí, si el mate y los vicios se me yegaban a mojar !!!....
Es muy probable que "El Kile" se llamara Edelmiro Batalla Fagúndez, pero con "los nombretes" de los pueblos, no puedo asegurar que ése, fuese su verdadero nombre.-
Lo qué sí doy por descontado.... ES QUÉ LE SALVÓ LA VIDA A MI MADRE !
Para él, EL MEJOR DE LOS RECUERDOS Y QUE SU ALMA POR SIEMPRE, DESCANSE EN PAZ !!
Jorge Muniz.-
Vergara, 13 de mayo del 2023.-