sábado, 8 de junio de 2019

"QUÉ  BARBARIDÁ".......
En la Historia Nacional del Uruguay, los años que transcurrieron entre 1860 y 1886, se les denominó "Militarismo", por la clara y neta predominancia de la clase militar en el gobierno.-
Fueron años de oscurantismo, de regresiones, de "ajustes de cuentas", de torturas, de silencios siniestros, de conspiraciones sutiles y de dos intentos de revoluciones que fueron neutralizadas por los cuerpos del "Ejército de Línea" (vale decir, las fuerzas del gobierno).-
Me refiero a la "Revolución Tricolor" en 1875 y a la "Revolución del Quebracho" en 1886.-
En un Uruguay, donde todo era confusión ante el "gobierno títere" de Pedro Varela, que se extendió desde el 22 de enero de 1875 hasta el 10 de marzo de 1876, cuando Latorre se trepó al podio de la gloria, espada en mano, los desterrados de la barca Puig en aquel 24 de febrero de 1875, decidieron desde Buenos Aires invadir Uruguay, para instaurar nuevamente la democracia y volver a ostentar en sus sombreros, "los cintillos" blancos y/o colorados, nacidos al influjo de "Carpintería".-
Los revolucionarios de 1875, se distinguieron por una campaña fugaz, donde solo empataron una batalla en Salto, de la mano del Coronel Atanasildo Saldaña que era colorado el día 7 de setiembre de 1875 y ganaron otra en "Perseverano", el 7 de octubre del mismo año, al mando del Coronel Julio Arrúe que era blanco; mientras que orlaban sus sombreros, con la divisa tricolor (o sea con los colores de la Bandera de los Treinta y Tres Orientales).-
El viejo caudillo blanco General Timoteo Aparicio, llegó a un acuerdo con el Coronel Latorre y se puso del lado del gobierno. Mientras que otros blancos como: los Coroneles José María Pampillón, Ángel Muniz y Juan María Puentes se unían a colorados como los Coroneles: Atanasildo Saldaña (famoso prisionero de Leandro Gómez en Paysandú), Lino Arroyo y Nicasio Galeano, para combatir por "La Tricolor".-
Eran "todos contra todos".....Porque en "Carreta Quemada" (Florida) combatieron frente a frente, " a lanza seca" dos centauros blancos como Pampillón y Timoteo Aparicio; nada más que el primero, a favor de "La Tricolor" y el segundo, a favor del gobierno de Pedro Varela (por ende, a favor del militarismo).-
Hubo deguellos en esa batalla y las manos se mancharon con sangre de orientales.-
También hubo "un pescador de río revuelto" que fue el brasileño Manuel Cipriano de Moraes "Manduca Cipriano", que se plegó a la División Cerro Largo, al mando del Coronel Ángel Muniz y otro brasileño más: Astrogildo Pereira da Costa, que medió entre Latorre y Muniz, para que este último abandonara las armas y se fuera para el Brasil.-
El día 18 de diciembre de 1875, Ángel Muniz, con una fuerza efectiva de unos 200 hombres de caballería entre los cuales figuraba su sobrino Justino y el Teniente Fortunato Jara, tomó por asalto la "Villa de Melo" (Cerro Largo) cuya Jefatura Política y de Policía, la comandaba el Coronel gubernista Modesto Polanco (fundador de Santa Clara de Olimar- Treinta y Tres).-
Dueño de la situación "El Manco" Muniz, mandó un chasque hasta el "Paso del Dragón" para cerciorarse que su viejo amigo Plácido Rosas, compañero en la Guerra de la Triple Alianza con el escuadrón que custodiaba al General Venancio Flores, estuviera de acuerdo con él y en ese caso lo contara entre los adictos a "La Tricolor".-
Pero chasco grande y furia incluida contrajo "El Manco Angelito" cuando Plácido, le mandó contestar, que no lo iba a acompañar y que además, no estaba para nada de acuerdo con la revolución emprendida.-
Llamó a un moreno de su confianza y le preguntó: - Usted lo conoce a Plácido Rosas ?
- Sí, lo conozco mi Coronel !...
- Entonces monte a caballo, vaya hasta la zona del "Paso del Dragón" y tráigalo detenido hasta mi presencia.....
Partió el moreno con la orden encomendada y de acuerdo a la referencia tradicional de los Rosas, encontró a Plácido (que se desempeñaba como vendedor ambulante en ese tiempo) en la mitad del viejo camino entre Melo y la "Villa de Artigas" (hoy, ciudad de Río Branco).-
Mañana de calor, el moreno, ni bien lo vio se tiró del caballo y le cortó el paso a Plácido, quien también descendió de la cabalgadura.-
- Por orden de mi Coronel Ángel Muniz, qué se de por preso!....
Plácido, sin perder la compostura, le respondió:
- Dígale al Coronel Muniz, que si quiere prenderme, que venga él en persona.-
- Eso no precisa- dijo el moreno- Y agregó en tono desafiante: -Pa eso vine yo !
Echando mano a la cintura, desenfundó semejante facón.-
A su vez, Rosas, desenfundó el suyo, las armas se cruzaron y comenzó un duelo a muerte, sin testigos, sin jueces que lo comandaran, bajo la serenidad de un cielo celeste y la distancia teñida de un verde brillante y esencial.-
Pocos segundos después, el moreno cayó mortalmente herido, boca arriba, con un hachazo que le interesó el pulmón derecho y allí nomás quedó agonizando a un costado del camino, mientras se le cortaba el resuello y los ojos de vidrio, parecían llevarse el cielo hasta el más allá.-
No había podido cumplir, la orden de Ángel Muniz. Quien el día 20 de diciembre de 1875, con el Coronel Latorre y sus fuerzas asediando la "Villa de Melo", entregó las armas por intermedio del Coronel brasileño Astrogildo Pereira da Costa y para evitar toda efusión de sangre, se pasó al Brasil, con todos los que eligieron seguirlo.-
Años después, en aquel Vergara de mi juventud "El Tocayo" Rosas, rememoraba el duelo a facón que había mantenido su abuelo paterno, con el moreno secretario de Ángel Muniz.-
Sí señor !... Que mi abuelito Plácido mató un negro, que lo venía a llevar preso por orden de uno de los Muniz bravos de Melo, es muy cierto....Sí señor!
- Y la pelea fue en el camino entre Melo y Río Branco, "Tocayo"?...
- Exatamente !!! Fue por el camino viejo y al lao de una portera "de anillos"....
- "Portera de anillos" en el camino ?....
- Sí señor ! Al lao de una portera de "anillos" fue el catereté....Abuelito Plácido iba pa Melo a caballo y el negro muy trompeta le atravesó el caballo dél adelante y le dijo que lo venía a prender y como Abuelito le dijo que viniera el Muniz a prenderlo, el negro echó mano a la cintura y pelo un facón que medía como metro y medio....
- Pahhhh.....Qué es brava la picada....
- Qué vas a decir que es mentira ?.....Abuelito peló el facón dél, que medía medio metro menos que el del negro y se trenzaron en un abajajá, que la tierra quedaba en remolinos. De repente, Abuelito, le pegó un hachazo en el pescuezo y le voló la cabeza al negro....Y cuando la cabeza iba en el aire, dice que dijo: - QUÉ BARBARIDÁ !!
Y la mano derecha, con el cuerpo sin cabeza, toavía hizo mención de sacar el anillo e la portera, pero ya era mucho y no aguantó y cayó pal costao !.......
- Qué lo peló....Qué está cargazón el tiempo y las guayabas verdes, "Tocayo"......
Pero "El Tocayo" Rosas ya no oía: O se hacía el que no oía. Cuesta arriba, dando la espalda por la vieja vereda de la calle Joaquín Suárez, se iba, sacudiendo la cabeza, hablando solo y riéndose a escondidas.-
Solo se escuchaba el chancletear de sus alpargatas bigotudas, junto a su estampa alargada de camisa blanca y las piernas canilludas, enfundadas, en una vieja bombacha gris.-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 8 de junio del 2019.-

lunes, 3 de junio de 2019

"LOS  VENDEDORES  DE  CUCHILLOS  SOLINGEN".......
Una de las tantas historias del "Rincón de Ramírez" que ha quedado perdida entre las memorias comarcanas.-
Eran tres individuos del sexo masculino, vestidos como gauchos (sombreros aludos, bombachas y alpargatas), portaban valijas en sus manos y se desplazaban por el campo, no perdiendo de vista la costa del arroyo Parao por el noroeste del Departamento de Treinta y Tres.-
Se presentaban como que eran tres hermanos de apellido "García", vendedores de cuchillos marca "SOLINGEN", con sendas valijas en sus manos y preguntaban a las casas donde iban llegando y en algunas hasta hicieron noche:- Queda lejos el Brasil?....
Indudablemente, esta pregunta fue la que los terminó entregando, dado que la gente del campo en todos los tiempos ha sido muy observadora y muy previsora, producto de la propia sobrevivencia humana.-
Era de desconfiar y mucho....
Así fue que con el sol de un mediodía de primavera, de la década de 1950, los tres individuos llegaron al establecimiento de campo de Cloromildo Machado Larrosa.-
Ofrecieron los cuchillos, nadie les compró; pidieron para descansar un rato, fueron obsequiados con el almuerzo de la casa y poco después partieron, no sin antes efectuar la pregunta de rigor:- Queda lejos el Brasil ?....
Cuando dieron la espalda, Cloromildo, que era el Juez de Paz de la Tercera Sección de Treinta y Tres, le dijo a uno de sus hijos, conocido por "El Marreco" (que luego fue Policía en el Rincón) y a Mario Pires:- Estos son malandros.....Fijensé que preguntaron si quedaba lejos el Brasil....Andan vendiendo cuchillos, cortando campo y todavía hasta se enredan en las bombachas....Tá visto qué son gente de ciudad !....
Y sin pensar ni un minuto más, lo mandó a Mario Pires, que fuera a dar cuenta de inmediato a la Sub Comisaría de la Tercera Sección, sita en el poblado del "Arrozal 33".-
Desde allí y ante el aviso del Juez de Paz Seccional, partieron tres Policías a caballo: el Cabo Pedro Varela Núñez (a quien apodaban "El Sordo", a la vez que aclaro que "Varela" era el segundo nombre de pila) y los Agentes de Seguridad: Darmín Olivera y Gregorio Efrén Fábrica.-
Cuando el sol de esa tarde de primavera, comenzaba a declinar sobre el horizonte, a la altura del paraje los "Cuatro Vientos", el Cabo Núñez (que había sido del Regimiento 7mo. de Caballería en su juventud) les señaló con su índice derecho y les dijo a Olivera y a Fábrica:- Mirá, allá van los tres tipos !...
Corroborado el hecho por los otros Policías, les dijo Núñez: - Vamos a "componer" los aperos, dejar que los caballos coman un poco y tomen agua y vamos a vigilar a ver que rumbo agarran....
Policías conocedores "a pata de caballo" de la Sección, no les costó mucho intuir que "los García" habían buscado el rumbo del Sarandí Grande y allí cerca la casa más próxima era la de don Juan Barneche López.-
Trote y tranco de Nüñez y de su gente, los llevó a establecer con total certeza que los individuos habían llegado a la casa de don Juan.-
Y allí arribaron cuando el sol comenzaba a derretirse en la laguna del poniente y las primeras estrellas comenzaban a guiñar desde la bóveda del cielo.-
Todo el accionar se diluyó en unos pocos minutos, dado que uno de "los García" cuando vio a los tres Policías llegar al trote de sus caballos, no se contuvo y desde el galpón donde se encontraban, en compañía de José Barneche Silva (uno de los hijos de don Juan) se le escapó el grito delator: - Los milicos !!!!! Y de inmediato trató de prenderle fuego a una de las valijas.-
Pero era tarde ya, porque el Cabo Núñez y los Agentes: Olivera y Fábrica, habían echado pie a tierra y los estaban apuntando con sus fusiles Mauser, pidiéndoles que se entregaran.....
Al punto, acudió el dueño de casa; los tres hombres se entregaron, se les quitaron revólveres y cuchillos que portaban en la cintura y los tres, fueron asegurados por "un maneador"....
Confesaron que habían robado un Banco en Montevideo. Que habían matado a tres personas. Que la valija que habían intentado quemar era la que contenía el dinero hurtado. Que iban buscando el Brasil y que entre los tres al ver que había solo un hombre y un muchacho en aquella casa, habían pergeñado el plan malévolo de matarlos, robarlos y huir esa misma noche a campo traviesa.....
Al otro día, en las primeras horas de la mañana, los tres "hermanos García" marcharon de a pie hacia la Comisaría del "Rincón de Ramírez", escoltados por los tres Policías y por José Barneche Silva, unidos por "el maneador" que había prestado don Juan, a quien la Divina Providencia como a su hijo, le había salvado del robo y de la muerte, a mano de tres cobardes delincuentes.-
Entre las pertenencias incautadas, iba una valija con cuchillos "SOLINGEN", también robados en una casa de Montevideo.-
Lo último que se supo de "los García" fue, que trasladados a la Jefatura de Policía de Treinta y Tres, de inmediato habían sido derivados a Montevideo.-
(Escuchado a Zacarías Taborda, a "El Marreco Machado y a Juan Barneche Silva).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 3 de junio del 2019.-