No soy ni seré nunca, un escritor romántico.-
Mi fuerte, son las crónicas de la historia, que indudablemente por regla general no aceptan comparaciones y además no se necesitan metáforas, ni léxico rebuscado para contar un hecho, que aunque no se llegue a la verdad propiamente dicha, son seriedad y con perseverancia, siempre, se lograra llegar hasta el brocal del pozo, donde adentro existe lo concreto.-
Nací en un hogar
vergarense, donde la música estaba en primer plano, dado que tanto mi padre, como mis hermanas mayores, ejecutaban por teoría y música de pentagramas, diversos instrumentos.-
Para la década de 1960, el tango con sus connotaciones impuestas por Aníbal Troilo, quizás comienos de Astor Piazolla, se imponía en el ambiente pueblerino, a pesar de que se le recordaba con mucho cariño a don Atahualpa Yupanqui, que en el año 1957, había colmado la sala del viejo cine DAZER, hoy, Centro Cultural Serafín J. García, de Vergara y obviamente, que había sembado una impronta de cultura, de canto y de guitarra, quehabía marcado a una generación y era muy difícil olvidarla.-
Pero el tango, era el tango.....
Para la década que mencioné anteriormente, todavía se bailaba en el Altillo de Padula, en la parte superior y allí, probaban sus violas: Casiano Bonilla, Ciro Sequeira, "El Muñeco" Fernández, "El Rengo" Bonilla (hijo de Casiano) junto al vibráfono celeste y negro de "El Querido" Lucas y el gemido incansable de los bandoneones de Toribio Lucas "El Nene" y de Santos Oxley "Vierita, con el golpeteo de la pierna izquierda, acompañando el compas, de aquel notable personaje, que era Jefe de Aduanas, que tocaba el violín y que le llamaban "El Brasilero" Waldemar Chagas Sasías, porque era nativo de la ciudad de Rivera.-
En mi casa, mis hermanas, que estaban en "tie,pos de merecer" como decían los paisanos a las que buscaban novios, se practicaban conmigo bailando tangos, valses y fox-trot, que en el jazz que hacía "El Nene" Lucas, con el acordeón a piano, era un repertorio ineludible.-
Por lo tanto, desde niño, me gustó bailar el tango.-
No vayan a pensar que era un elegido del dos por cuatro y que era "un malevo" tirando cortes y quebradas. No, nada por el estilo, porque no se bailaba tango ballet y los viejos y las viejas asistentes a los bailes del Altillo de Padula, no se les pasaba un movimiento que no fuera el usual y en un acto de rabia, igual, se paraban entraban a la pista y te sacaban la gurisa de los brazos.-
En fin, podría detallar muchas cosas más, donde alcanzamos a jugar con lanza-perfumes y papel picado, mientras el calor de febrero, goteaba debajo de los antifaces y obligaba a que se abrieran las ventanas, que daban hacia la plaza "Confraternidad", donde los que no tenían plata para las entradas o estaban corridos de los bailes, se dedicaban a mirar y criticar, aquello que a ellos les estaba vedado.-
Cuando me fui para el Liceo en la década de 1970, aun seguíamos practicando el baile del tango con mi hermana Emilia, que le encantaba el baile y se defendía bastante bien, además de tocar el piano por música, tan bello, como solo ella podía hacerlo.-
Nos ensayábamos en el patio de casa, a veces con la radio prendida y las emisiones de los últimos tangos que iban surgiendo, no muchos ya y otras veces tarareábamos los sonidos con la boca y nos perdíamos braceando patio adentro.-
Mi abuela materna: María Rosa Faliveni de Cuello, había sido muy buena bailarina de tangos y mi madre: Emilia Cuello de Muniz "Nené", tampoco se quedaba atrás y lo tenía a mi padre José Muniz Sierig, que además de músico del pistón, era un buen bailarón del dos por cuatro.-
Ellas festejaban nuestros bailes con Emilia y a la vez nos marcaban los errores que a ellas les parecía que estábamos incurriendo.-
Tie,po después, mis compañeros de Liceo, organizaban bailes en sus casas (como en la de los padres del Dr. Galileo Méndez Prado) y concurríamos los fines de semana a bailar "la milonga".-
Pasó el tiempo y llegó el mes de mayo del año 1974, cuando fuimos invitados para un casamiento, cuya recepción y baile iban a ser en el Club Centro Uruguay.-
Allí fui con mis padres y mi hermana Luján que era la menor de la familia y también le gustaba el baile, pero, no el tango propiamente dicho. Mi hermana, se tiraba para el lado romántico que muy pronto sufriría un revés, con la incursión de "Los Tábanos" que hacían bailar hasta los viejos, con su.... "Canta muchacha enamorada".... Con "El Delicado" superiormente ejecutado o con "Como olvidarte amor, como olvidarte"....
En fin, estabámos en la fiesta, conde pululaban los trajes con chaleco, corbatas anchas, pantalones algo acampanados y zapatos que brillaban con sus lustres..... Aperitivos de ocasión; masitas dulces o saladas, ehisky, champagne, sidra, Coca-Cola, etc. etc. y las mujeres todas de vestido largo, como ameritaba la fiesta.-
Enel escenario, estaban: Fernando Scarano, en piano: El Cholito Tizze, en batería y Alberto Silveira, con guitarra eléctrica. Ellos, eran los encargados de hacer el Jazz y la Típica.-
La noche, avanzaba de a poquito como queriendo aprisionar las horas en el puño celestial, cuando el Paco Zuluaga, que era uno de los asistentes al casamiento, gritó Música Maestro..... Y poco después, la música del Hazz, comenzó a tomar cuenta del salón con piso de parqué.....
Algunas parejas, salieron a bailar , pero en esencia el viejerío, esperaba que asomara algún tango, para destrancar las rodillas y atropellar la pista, cual si fuera un malón de los tiempos indios.-
Hasta que en determinado momento, llegó el primer tango de la mano de "Felicia" de Enrique Saborido y fue el ruidaje de la sillas y de los viejos abotonándose los sacos y batiendo boca sin disimulo, hacia sus esposas: Ché ....vamo a bailar......
Irían por la cuarta pieza, cuando se impuso en el éter, la famosa milonga de Marianito Mores "Taquito Militar".....
Cuando percibí los primeros acordes, ví a una chica de pelo negro, vestido de fiesta color verde, bien puesta, que permanecía sentada al lado de una doña, que tenía "cara de no dar fiado a nadie"....
Me arrimé a ella, le musité el consabido: Baila ? e inmediatamente, me contestó : Sí..... La doña, me miró de arriba a abajo y a pesar de mis catorce años, intuí que "El Comisariato" era riguroso, por lo que me arrimé a ella y le dije:- Me deja bailar con la chica?.... Sí, lo dejo... Y ni una palabra más......
Después me enteraría que la doña, se acercó a mis padres y les preguntó quién era yo y si tenía buenas intenciones..... Al obtener una respuesta convincente, se quedó tranquila y se alegró de sobremanera....
Mientras tanto, yo la llevaba de la mano para la pista a mi compañera y una vez que entramos al medio de la reunión, la tomé por la cintura con mi mano derecha, con la izquierda estiré el brazo para que ella se pudiera asir de mi mano y de inmediato, el turbión de "Taquito Militar" nos llevó a recorrer la pista, en un embeleso casi invisble.-
Más tangos con el consabido descanso, nos llevaron a contornear el esqueleto y braceando duro y parejo, me fui entereando, que le decían "Chelita"(nombre supuesto) que tenía 34 años, veinte más que yo, que le encantaba bailar el tango, que residía en Treinta y Tres, a pocas cuadras de la Plaza 29 de Abril, que no tenía novio (porque la cuidaban mucho) era parienta de la familia Quintela y su padre tenía campo.....
Fue una noche hermosa de baile y de amistad sincera. Ambos rebosábamos de alegría y no coindimos en el noviazgo, por la diferencia de edad, que se nos metía adelante y nos obstaculizaba el natural moviemiento hacia un futuro mejor.....
La noche cómplice del reloj, apuró su marcha inexorable y las primeras luces del día, se estaban colando Club adentro sin pedir permiso, cuando mis padres, largaron el consabido:- Vámonos, Jorge !....
Yo deseaba en lo íntimo, que esa hora, no hubiera llegado nunca.... Entonces me despedí de la doña "Cara de Comisario" y "Chelita", se ofreció para acompañarnos hasta la salida del Club.....
Al llegar a la puerta de salida, a espaldas de mis padres, nos tomamos de la cintura y nos dimos un beso interminable, mientras una lágrima, se desplazó remolona por mi mejilla.....
Estaba enamorado y no me había dado cuenta, hasta ese momento.-
Me fui sin mirar para atrás, mientras las barras del día, me atropellaban para morderme, cual jauría incontrolable.....
Pasaron muchos años.-
Dios, se llevó a varios de mis seres más queridos. Me casé, nació una hija que murió a poco de conocer la vida y luego, nació nuestro hijo, para traernos la dicha de la vida y de la felicidad al hogar.-
Ya en Treinta y Tres, ejerciendo la Enfermería allá por el 2005, trabajando conjuntamente con el Dr. Eduardo Correa, querido coterráneo y amigo de siempre, veía una veterana, bastante desmejorada en su salud, muy nerviosa, que consultaba a Correa, con quien tenían amistad y confianza profesional y la cual entre varias cosas más, sufría un incipiente y a veces incontrolable "Hipertiroidismo".-
Un día de esos, conversando con el Doctor, acerca de la paciente, hablamos de la patología que sufría, que hacía mucho tiempo que se atendía con él, que tenían amistad y que dicha señora, residía no muy lejos del centro de la ciudad de Treinta y Tres.-
Posteriormente, dado que siempre respeté los silencios de los profesionales médicos. no importunando con preguntas queno vienen al caso ni tratando de develar preguntas que no vienen al caso y que solo el médico mantiene la llave del secreto, el tema de la señora que iba a buscar recetas para sacar la medicación, se volvió un hecho anodino, como el de tantos más, que iban a consultar y se les expedía la receta correspondiente.-
La ví varias veces a la Señora entrar al consultorio y salir con las recetas en la mano, como cualquier otro paciente.-
Un día, sorprendentemente, conversando con una amiga me enteré que esa Señora, que menciono anteriormente, nerviosa, humildemente vestida, con el cabello blanco-gris, y varias arrugas que le surcaban la cara, se trataba de la joven, con la cual, en una noche lejana de Vergara, habíamos compartido un montón de tangos y un beso interminable, en la puerta del Club Uruguay.-
No podía creerlo y su sola presencia en el consultiro médico, me hacía revivir una y otra vez, aquella historia, de la Rubia Mireya, "que quite en lo de Hansen, al Guapo Rivera"casi me suicido una noche por ella y hoy, es una pobre mendiga, harapienta".......
Sinceramente, no tuve el valor suficiente, para comentarle un día, de quien se trataba el enfermero que ella veía en las consultas......
Quizás o sin quizás, fui un cobarde y poco tiempo después, me enteré que había sido internada de urgencia en el nosocomio de Treinta y Tres, falleciendo a los dos días de la internación.......
Cuando lo supe, me quedé sin palabras.-
No tengo verguenza en decir, que las lágrimas, surcaron mi rostro y la resignación, demoró en llegar......
Se que está en "La Casa de Dios", junto a familiares que se le adelantaron en el viaje y aunque ella nunca lo supo, en su vida terrenal, dejó al menos, un corazón enamorado....
Dios, la tiene en su hogar donde no existen ni afligimientos ni dolores y aunque a muchos, les parezca una historia ficcionada, tengo la convicción y la conciencia tranquila, que existió y preservé nombres y otros hechos, para que el velo del misterio, la continue cubriendo, como la primera y única vez.....
Por qué conté ésto ? Y bueno, ni yo mismo lo sé. Pienso que estos días de fiestas familiares y religiosas, hay algo interior que nos convoca a los seres humanos, a alivianar el fardo de la existencia, a ponernos en paz con nosotros mismos y a regocijarnos conciencia adentro, con el nacimiento del Redentor.-
No es una culpa. Es algo para contar, cuando los años, ya nos vienen cerrando la armada del lazo.....
Puede ser también, uno de los tantos fenómenos, que produce en la biología humana, el baile del tango. Y aunque sea llorón, lleno de endechas, con amores contrariados, exaltando guapos y pintando minas, cafiolos y arrabales, su sola música ayer y hoy, desata en el aire, cualquier nudo giordano, hasta hacernos repetir: EL TANGO ES EL TANGO....NO HAY NADA QUE HACERLE.....