miércoles, 26 de julio de 2017

Edificio donde antiguamente funcionaba la Farmacia
de Alceo Machado, en Vergara.-
EL CORAZÓN DE "EL INDIANO".......
Juan Juárez, conocido por "El Indiano", vivía en Vergara en la década de 1930.-
Por los boliches, prostíbulos y "mesas de timbas" del pueblo viejo, paseaba su fama de "hombre bravo", de pocas palabras y de "cuchillo fácil", igualando en sus "bravuconadas" a las famas que ya tenían: "El Rengo" Valentín Núñez y Solano Campos......
Sin embargo, para la gente honesta, leal y trabajadora de Vergara "El Indiano", era un tipo de "mala entraña", "mal pegador", "ventajero" y traicionero....si todo se le cuadraba a su medida....Y lógicamente, un hombre así no podía terminar bien...
Fue en la década de 1930 y una tarde recién comenzada en la zona del "Paso de Píriz" (Novena Sección del Departamento de Treinta y Tres).-
Por el camino hacia lo de doña Dionisia Pereira de Pintos (una viejita buena y cariñosa, muy amiga de mi padre), se desplazaba un carro de dos ruedas que llevaba como ocupantes a Juan Luis Pintos Pereira y a un muchacho menor de edad, que era hijo de crianza de "El Indiano".....
Regresaban para la casa de doña Dionisia y al llegar a la portera existente a pasos del camino que comunicaba con la casa de don Héctor Correa (hoy, ya no existe), fue detenida la marcha del rodado por "El Indiano", quien se desplazaba de a pie y de acuerdo a los escuetos datos que poseo, se encontraba en la zona "deschalando" maíz por contrata.-
Allí intentó castigar a su hijo de crianza, amenazándolo con el "fierro de una marca", a la cual de empuñadura le había puesto un "marlo" de choclo sin granos ("mazorca", para los orientales....."sabugo" para los brasileros....).-
Fue en este acto, que Juan Luis Pintos, que tenía unos 20 años de edad, se interpuso hablándole bien y tratando de que el iracundo hombre, desistiera de sus propósitos.-
Lejos de amedrentarse, "El Indiano", le echó la boca a Juan Luis y le trajo "la serenata", blandiendo el fierro amenazadoramente, en su mano derecha.-
Ante este embate y evaluado el peligro latente, Juan Luis, sin perder la serenidad que siempre lo caracterizó, dio unos pasos para atrás, se llevó la mano a la cintura y extrajo un revólver 38, efectuando tres disparos contra el hombre y dándole muerte en forma instantánea.....
Allí quedó "El Indiano", tendido a un costado del camino y con la cara vuelta hacia el cielo....
De Inmediato, Pintos, lo mandó en el carro al menor para que avisara a doña Dionisia lo que había ocurrido y ésta, prestamente, mandó llamar a su cuñado Héctor Correa, que estaba jubilado de Comisario de Policía.-
Llegó don Héctor al lugar, y ordenó a Juan Luis Pintos, que concurriera a la Comisaría de Vergara "a presentarse" y dar cuenta de lo sucedido. Para ello, lo hizo acompañar de a caballo, por "El Rengo" Manuel Fernández, que también era jubilado de Sargento Primero de Policía y había estado en la batalla de Tupambaé, en 1904, del lado de los colorados del General Basilisio Saravia.-
Poco tiempo después llegó la Policía de la Novena, Médico y Juez de Paz de la Sección, procediendo a levantar el cuerpo sin vida de "El Indiano", que presentaba los tres impactos de bala, que Pintos, le había disparado con el revólver.-
Tras unos meses de prisión en Montevideo, Juan Luis Pintos Pereira, quedó en libertad e ingresó en el Quinto de Artillería de la ciudad de Montevideo, donde alcanzó el grado de "Cabo", mientras estudiaba para dar examen de ingreso en el Banco de la República Oriental del Uruguay.-
Muy otro sería su destino, dado que luego se fue de "Baja" del Ejército y la política y el Partido Colorado, le brindarían amistad y privilegios con el Dr. Mario Lucas Goyenola. Posteriormente, llegaría a ser: Edil Departamental, Senador de la República, candidato a la Presidencia, en los comicios de 1971 y Diputado por Treinta y Tres, durante la primera Presidencia del Dr. Julio María Sanguinetti.-
Fue un emblemático dirigente del Partido Colorado, con su Lista 1533 (hoy, desaparecida) muy querido en la zona de Vergara, por su bonhomía, por su humildad y por su honestidad. Muy amigo de mi padre y de Ventura Robaina (que eran blancos), porque siempre consideró que "las divisas", no clasificaban, ni estigmatizaban, ni desechaban las amistades de toda una vida.....
Nunca, se olvidó de su "Paso de Píriz" natal. Nunca se olvidó de su Escuela de "San Francisco", donde aprendió sus primeras letras....Ni tampoco se olvidó de la gente humilde de Vergara y a muchos, por no decir a cantidad, les ayudó a tramitarles Pensiones y Jubilaciones, para que tuvieran una mejor subsistencia en sus hogares....
Más bien, muchos de nosotros, nos olvidamos de él, cuando la muerte se lo llevó físicamente......
Pero quiero darle fin a estas líneas y además del recuerdo para Juan Luis Pintos Pereira, quiero contarles, que luego de efectuada la autopsia correspondiente en el cuerpo de "El Indiano", alguien le donó el corazón de éste, para la Farmacia "La Uruguaya" del Químico Farmacéutico Alceo Machado Larrosa, que funcionaba en la esquina de las calles Coronel Marcelo Barreto y Jacinto Ruiz, atendida por su hermano: Ángel Machado Larrosa "Angelito", un hombre buenísimo y solidario, que daba inyectables, controlaba la presión arterial, hacía extracciones de sangre y ayudaba a los médicos cuando tenían casos difíciles en campaña....."Angelito" era un enamorado de su profesión, a los pobres no les cobraba ni un peso y su trayectoria, puede contarse como la de los primeros enfermeros, que hubieron en Vergara......
La cuestión es que por mucho tiempo estuvo expuesto al público, sobre el mostrador de la farmacia, el corazón de Juan Juárez "El Indiano", adentro de un frasco, con una solución diluida, de formol al 20%.....
Cuentan los más allegados, que un dos de enero, una vieja chismosa de Vergara, bajo un tremendo calor mañanero, le comentaba a "Angelito" Machado:- Pero vio don Ángel.....Que manera de tirar "cuetes" la noche del 31 amaneciendo pal primero....Por Dios!... Parecía que se incendiaba el cielo!! La gente enloquecida con el Año Nuevo......
- Es verdá, doña.....le contestó "Angelito" poniendo cara de serio, por encima del mostrador......
- Y usté ni sabe lo qué pasó aquí mismo adentro de la farmacia?...
- Qué pasó por Dios, don Ángel ???....
- Ni sabe.....El corazón de "El Indiano", se contraía, se "arrollaba", cada vez que sonaba un "cuete" y cuando eran varios que tiraban......quedaba "arrollao" durante largo rato....Después cuando venía la calma, volvía a extenderse....
La vieja, sin mirar hacia atrás, dijo:- Por Dios, don Ángel no diga una cosa desas !! Y persignándose, salió puerta afuera, agarrándose la cabeza y sin llevar el medicamento que había venido a buscar....
Ángel Machado, con su mirada buena y su eficiente tranquilidad, no hizo otra cosa que observar el asombro de la vieja y largar una sonora carcajada......
(Escuchado a: Prudencio Antúnez; "El Hijo" Correa y "Pepita" Machado).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 22 de julio del 2017.-

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