jueves, 10 de enero de 2019

EDUARDO  ACEVEDO  DÍAZ.....
"UN  TRAIDOR" A  SU  PARTIDO  BLANCO ?..... O  UN  POLÍTICO,  QUE  BUSCÓ  LA  PAZ  PARA  SU  PATRIA?.....
Fue y es, uno de los mejores narradores de la literatura uruguaya, donde incursionó en la novela, en el cuento y en el ensayo.-
Fue periodista desde siempre, dueño de una pluma concisa, mordaz y ácida cuando tuvo que serlo (lo que lo llevó a enfrentarse "con tirios" y "con troyanos") pero también fue diplomático del gobierno colorado y político "blanqui-colorado" que lógicamente y para una época que transitó el país, creó una aureola de amores y de odios.-
Eduardo Inés Acevedo Díaz; nació en el pueblo de la Restauración durante la Guerra Grande, un día 20 de abril de 1851 y fue bautizado en la parroquia de San Agustín, por el cura Domingo Ereño, capellán del ejército blanco al mando del General Manuel Oribe.-
Por línea paterna, era sobrino del jurisconsulto Dr. Eduardo Acevedo Maturana; primo hermano del Dr. Alfredo Vásquez Acevedo y por línea materna, era nieto del español Antonio Felipe Díaz, quien fue General del ejército blanco, escritor, periodista y ministro del gobierno del Cerrito.-
Acevedo Díaz, se crió en un hogar de gente de ideales blancos y por lógica, tampoco él, pudo escapar a ese mandato que dicta la conciencia, a la hora de elegir destino y sitio, a favor de un partido político.-
Hombre de despierta inteligencia, reconocido amor por la lectura y dueño de una memoria excepcional, cursó sus estudios de bachiller, los aprobó con notable solvencia e ingresó a la Facultad de Derecho, en el año 1869.-
No hay dudas que "La Hecatombe de Quinteros" en 1858, donde fusilaron a su pariente el General colorado César Díaz; La Cruzada Libertadora del General Venancio Flores en 1863; el Sitio de Paysandú en 1865 y el no menos sangriento 19 de febrero de 1868, donde fueron ajusticiados Flores y Bernardo Berro, tocaron muy de cerca a aquel joven estudiante que era vicepresidente del Club Universitario, donde bien pronto se hizo notar por sus artículos, que publicaba la revista de dicha Institución.-
Con 19 años de edad, combatió como un soldado más, en la "Revolución de las Lanzas", cargando con la montonera del General Timoteo Aparicio y junto a su hermano Antonio, estuvieron presentes en la feroz y tétrica "Batalla del Sauce", donde Antonio se salvó enancado en el caballo de Eduardo y éste, dejó estampada para la posteridad, una carta enviada a sus padres, donde detalla gran parte de lo que fue aquel enfrentamiento bélico.-
Firmada la paz de abril de 1872, Acevedo Díaz, comenzó a perfilarse por el propio peso de su personalidad, como un líder indiscutible entre las filas de los blancos y a la vez que reanudaba su carrera de Abogacía, ejercía como periodista en La República, un periódico dirigido por Agustín de Vedia.-
Participó en la balacera del 10 de enero de 1875, en la plaza Matriz, donde murió Francisco Lavandeira y él, junto a Gonzalo Ramírez, combatió en forma ejemplar, como un caballero de leyenda, sin asco y sin temor ante la muerte.-
A causa de sus artículos filosos e hirientes como la punta de una lanza, conoció la cárcel y en mayo de 1875, fue desterrado por el gobierno para Buenos Aires, conjuntamente con su amigo el Dr. Alberto Palomeque.-
Se escapó de ser fusilado y por ende, se escapó también de ser uno de los deportados de la "Barca Puig", pero una vez en la capital argentina, casi que de inmediato se puso a órdenes de quienes conspiraban a favor de la Revolución Tricolor.-
Participó en la misma junto al Coronel Julio Arrué y estuvo en la victoria de Perseverano (donde redactó el parte de la batalla) pero seguidamente y ante la sucesión de derrotas y deserciones, se vio obligado a huir al Brasil y desde allí pasó a la Argentina.-
Regresó en agosto de 1876 al Uruguay, para hacerse cargo de La Democracia, periódico blanco que financiaba el Dr. Juan José de Herrera, pero por su vehemencia empleada contra la dictadura del Coronel Latorre, el propio Dr. de Herrera, se vio obligado a destituirlo del cargo.-
Amenazado por el régimen, el 12 de agosto de 1876, retornó a Buenos Aires y luego, se radicó en el pueblo argentino de Dolores.-
Allí trabajó como procurador del estudio jurídico que tenía su amigo el Dr. Palomeque; fue Inspector de Escuelasy se casó con la doloreña Concepción Cuevas, con la que tuvo 7 hijos: 6 varones y una mujer.-
En 1888, intentó radicarse en Uruguay, pero, no le fue propicio y se radicó con su familia en la ciudad de la Plata donde trabajó en el estudio jurídico del Dr. Pedro Bourel.-
A pesar de estar lejos de la tierra oriental, se mantuvo informado de lo que ocurría en ella y siguió la evolución política con apasionado interés.-
En 1884, aprovechando de los momentos libres que le quedaban de la tarea jurídica como procurador, comenzó su carrera como novelista: Brenda (1884); Ismael (1888); Nativa (1889); El combate de la tapera ( 1892); Grito de gloria ( 1893) y Soledad (1894).-
Las novelas, solo le dieron prestigio como escritor, pero le retacearon la solvencia económica, motivo por la cual, decidió a sus 42 años de edad, culminar la carrera de Abogado.-
En los primeros tiempos de la presidencia de Idiarte Borda, retornó a Montevideo y minetras estudiaba en la Facultad de Derecho, ejercía el periodismo con un sueldo de 150 pesos mensuales.-
Su esposa y sus hijos, se quedaron afincados en la ciudad de La Plata.-
Vientos de revoluciones e intrigas partidarias, lo llevaron nuevamente a enrolarse para la revolución de 1897.-
Abandonó definitivamente los estudios de Abogacía, retornó a Buenos Aires y se plegó al comité de guerra revolucionario, que presidía el Dr. Juan Golfarini, empuñó las armas y se metió de lleno en la revolución acompañado por su amigo el poeta Carlos Roxlo y un pequeño grupo de partidarios que los seguían.-
Ingresó por Paysandú y recién el díal 3 de mayo de 1897, logró plegarse a las fuerzas del General Aparicio Saravia, como un simple combatiente "a caballo, vistiendo levita y con un fusil en la mano"...
Bien pronto, se convirtió en el secretario de confianza del General Saravia (quien lo llamaba de "Doctor"), cargó en primera línea en la batalla de Cerros Blancos (Rivera) - donde murió el veterano Coronel Fortunato Jara- y ordenado por el mismo Aparicio, pasó al Brasil, conduciendo a gran parte de los heridos de la batalla.-
El día 18 de julio de 1897, luego del combate de Aceguá, Acevedo Díaz, seriamente contrariado con el alto mando blanco, abandonó el ejército, pasó al Brasil y luego, se reunió con su esposa e hijos que se encontraban en la localidad de Florencio Varela.-
Firmada la paz, con el Pacto de la Cruz, regresó al Uruguay y se integró al Consejo de Estado, que después del 10 de febrero de 1898, nombró el presidente Juan Lindolfo Cuestas, tras un golpe de estado.-
Con este hecho, el presidente Cuestas logró desarticular el predominio legislativo de la camarilla del Dr. Julio Herrera y Obes (enemigo a muerte de Acevedo Díaz, hasta el final de su propia vida) y por el contrario acrecentó la figura de don José Batlle y Ordóñez (que también integró el Consejo de la Dictadura de Cuestas); complació al General Saravia con un lote de enmiendas políticas y resurgió de entre las cenizas, la figura y la personalidad civil de Eduardo Acevedo Díaz.-
Planteadas las negociaciones entre blancos y colorados, éste, mantuvo diálogos con el General Saravia (año 1901) no exentos de tensión, dado que Acevedo Díaz, era acérrimo enemigo de las componendas entre ambos partidos, donde veía que los blancos estaban cediendo mucho al régimen de Cuestas, sacando en limpio que de ir a una franca lucha electoral, ello, no habría ocurrido.-
Al aproximarse las elecciones de 1903, los blancos no tenían posibilidades de imponer un candidato propio y fue así que miraron perfilarse tres candidatos colorados: Juan Carlos Blanco; Eduardo Mac Eachen y José Batlle y Ordóñez.-
La dirigencia blanca y en especial el General Aparicio Saravia, optaron por Blanco o por Mac Eachen.....Pero nunca por Batlle, dado que éste, ya había manifestado públicamente, lo de recuperar "los departamentos blancos" que había otorgado el Pacto de la Cruz; liquidar de una vez por todas con "los dos gobiernos" (el de Cuestas y el de Saravia- en "El Cordobés") y cesar definitivamente, las concesiones a los blancos.-
Inesperadamente, Acevedo Díaz, realizó un giro sorpresivo y mostró una franca y abierta simpatía por José Batlle y Ordóñez, lo que lo llevó a mantener una reunión con Saravia en Cerro Largo, bastante cargada por la tensión.-
Dijo el General luego de que se fue Acevedo Díaz: - Este hombre, hoy, está contra mí.....Mañana, estará contra el Partido Nacional !....
Voy a sintetizar el tema, indicando que al fin y al cabo, ganó Batlle y Ordóñez la presidencia del Senado, por 45 votos en total; contando con 37 colorados y 8 votos de los blancos radicales, entre ellos: Eduardo Acevedo Díaz.-
Aparicio al tener conocimiento de tal hecho, se pronunció abierta y públicamente contra la candidatura de Batlle, pero, los dados ya estaban echados y Acevedo Díaz, desde el diario El Nacional, escribió: "La espada solo brilla en la pelea".....
El día 28 de febrero de 1903, fue expulsado del Partido Nacional, por la convención, al igual que: Lauro Rodríguez; Eduardo Anaya y el Dr. José Romeu. Fueron censurados: el Dr. Alfredo Vidal y Fuentes; Juan Gil; Mario L. Gil y Juan A. Smith; mientras que amonestaron a el Dr. Martín Aguirre; Rodolfo Velloso y Solano Riestra.-
El día 1ero de marzo de 1903, José Batlle y Ordóñez, fue elegido como Presidente de la República por la Asamblea General.-
Hubieron 8 legisladores blancos radicales que lo votaron: Acevedo Díaz; Romeu; Juan y Mario Gil; Lauro Rodríguez; Anaya; Vidal y Fuentes y Juan Smith.-
Por su parte es conocido también, que el Coronel Juan Francisco Mena y el Comandante Sergio Rómulo Muñoz Zeballos (reconocidos caudillos blancos de la revolución de 1897) dieron su apoyo a Batlle (incluso Mena, en la revolución de 1904, anduvo cumpliendo funciones menores, por mandato del ejército colorado) y abandonaron definitivamente al General Aparicio Saravia.-
Sergio Muñoz, se excusó de "estar enfermo" para no participar con los blancos, en la revolución de 1904.-
Y así se liquidó el panorama, con un Eduardo Acevedo Díaz, que renunció a la dirección de El Nacional y que terminó según partidarios blancos, izando la bandera colorada en el diario "El Día" y siendo Ministro Plenipotenciario del Uruguay ante los gobiernos de Estados Unidos, México y Cuba.-
El 23 de setiembre de 1903, se alejó para siempre de la Patria Oriental.-
En Estados Unidos, por orden del gobierno de Batlle, cumplió con la tarea de tramitar la venida de los barcos norteamericanos al Río de la Plata, para contrarrestar lo que el Presidente de la República consideraba como la injerencia argentina a favor de los blancos, en la revolución de 1904. Otros han sugerido que la llegada de los infantes de marina norteamericanos al puerto de Montevideo y su desembarco con honores militares (casualmente el día que Aparicio Saravia, expiraba en tierra brasileña) se debió también a una probable incursión por tierra con armamento sofisticado, dado que el ejército colorado, no podía aplastar definitivamente, a las huestes blancas.-
Luego de ello, Acevedo Díaz, cumplió misiones diplomáticas en Argentina, Italia, Brasil, Suiza y Austria-Hungría.-
En aquellos años se integró a la Masonería y publicó varios libros, entre ellos la novela "Lanza y Sable", editada en Montevideo en el año 1914 y donde se centra en la figura del General Fructuoso Rivera.-
Falleció en Buenos Aires, el día 18 de junio de 1921 y por voluntad testamentaria, había pedido, que sus restos descansaran en tierra argentina "y que de ella no sean removidos jamás".......
Para la gran mayoría de los blancos, este hombre fue considerado un TRAIDOR (palabra que hoy, está tan de moda en el interior de los ruedos políticos del Uruguay) y tanto él, como los demás disidentes, fueron bautizados como "Calepinos" en alusión a un caballo argentino de pelo colorado, que había sido pintado de blanco, para que ganara de incógnito una carrera.-
Al igual que "Calepino", Acevedo Díaz y sus seguidores, también habían cambiado de color...
Su testamento habla de un hombre quebrado, moral y espiritualmente y que por otra parte, se llevó a la tumba, el verdadero secreto de su imprevisto giro político.-
Es muy difícil para la historia, emitir un fallo certero, cuando no existe documentación escrita y los años que vivimos, discurren muy lejos de aquel escenario rudo y controvertido de 1904.-
Sin embargo, los más arriesgados escritores emiten el juicio de que Acevedo Díaz, se pasó a filas de Batlle y Ordóñez, buscando de algún modo, aquella paz, que el propio Saravia no podía alcanzar. Además, de cierto protagonismo de su parte que en tiendas blancas, le habría sido negado, luego de la batalla de Aceguá en 1897.-
Lincoln Maiztegui, nos da a conocer una frase con la cual el Dr. Luis Alberto de Herrera en cierto momento de su vida, definía a su compañero de revoluciones y amigo:- Nunca hables mal de Acevedo Díaz; yo lo vi cargar, vestido de levita y con un máuser"......
Así como algunos historiadores y personajes blancos, como Nepomuceno Saravia, apostrofaron a Herrera y a Basilio Muñoz, como TRAIDORES, por buscar y firmar la paz con el ejército colorado luego de la "Batalla de Masoller", cuando el General Aparicio Saravia, agonizaba en tierras brasileñas; quizás, una actitud similar fue la que condenó para el resto de su existencia a Eduardo Acevedo Díaz.-
(Fuentes: "Caudillos y Doctores" de Lincoln Maiztegui y "La Espera del Coronel" del Profesor Omar Moreira).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 10 de enero del 2019.-

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