domingo, 7 de abril de 2019

"LAS  TRES  MUERTES  DE  ANACLETO  MEDINA".......
Alguna vez me advirtió un amigo que es Licenciado en Historia: el profesor Uruguay Vega Castillo : - No vayas a tocar la figura de Anacleto Medina, mirá qué es otro personaje bárbaro; difícil de abordar su vida y del cual se habla poco en la historia nacional !......
Desoyendo las palabras de mi amigo, hoy voy a tratar de incursionar en una de las tantas vidas militares y políticas de aquel "Uruguay Bárbaro" que llegó hasta 1904, donde la premisa era "Sangre por Sangre" y quienes la ejecutaban, sellaban las vidas a toque de clarín, pezuñas de caballos y puntas de lanzas....
Anacleto, fue de ese tiempo legendario, bárbaro, viril y sangriento, donde posteriormente, las divisas no dieron ni pidieron clemencias y la vida de cada oriental, que entraba en batalla valía menos que el diseño grotesco de una lanza o la hoja acerada y relampagueante de una daga.-
Anacleto Medina, nació en el pueblo de las Víboras (Colonia- Uruguay) el día 26 de julio de 1788.-
Reducción jesuítica de indios misioneros, su padre fue el guaraní Bernardo Medina y su madre: Petrona Viera, se dice que había nacido india charrúa.-
Comenzó su vida militar a órdenes del General José Artigas y poco tiempo después, pasó a militar en el ejército argentino del caudillo enterriano Francisco Ramírez (Pancho) junto a quien libró la batalla de Cepeda, un día 25 de febrero de 1820, en las puertas mismo de Buenos Aires, donde Pancho Ramírez, lo ascendió al grado de Comandante.-
En el combate de Las Guachas, siempre en suelo argentino, luchó contra Artigas y fue derrotado; pero posteriormente, al frente de la caballería de Ramírez, Medina, se tomó la revancha en : Gualeguay, Yuquery, Mandisoví, Las Tunas y Ávalos.-
El 10 de julio de 1821, Pancho Ramírez, fue muerto por fuerzas santafecinas y se creó la leyenda de que en plena batalla, el Comandante Anacleto Medina, salvó en las ancas de su caballo a Delfina Menchaca, una portuguesa que había vivido en la Villa de Purificación en tiempos de Artigas y que era amante de Ramírez.-
Posteriormente Medina, fue ascendido a Coronel graduado y como tal y al frente de su cuerpo de elite llamado "Los Húsares de la Muerte", se batió en Ituzaingó a órdenes del General Carlos María de Alvear.-
Retornó a suelo argentino, pero esta vez al mando del General Lavalle y fue uno de los tantos que se pronunció contra el gobernador Dorrego, el que fue fusilado en Navarro, por orden del mismo Lavalle.-
Medina, se vino para su pago de Las Víboras y una vez que el General Rivera, es elegido primer Presidente Constitucional de la República, el soldado se pone a sus órdenes y con grado de Coronel, participa en el ejército nacional, combatiendo contra los indios charrúas y contra las revoluciones del General Juan Antonio Lavalleja.-
Siguió fiel al General Rivera y combatió en Carpintería, en Yucutujá y en Palmar, afiliándose por voluntad propia a un Partido Colorado, que vio la luz entre sables, sangre y lanzas, en la batalla de Carpintería, un 19 de setiembre de 1836.-
El 29 de diciembre de 1839, Medina, estuvo en la batalla de Cagancha, donde el General Rivera, lo ascendió a Brigadier General y desde ahí hasta noviembre de 1840, se desempeñó como Jefe del Estado Mayor General.-
En la Guerra Grande, participó en el ejército colorado de operaciones y en 1845 cuando Rivera se exilió en el Brasil, Medina, quedó de Comandante en Jefe.-
En 1851, se incorporó al ejército que mandaba el General Eugenio Garzón y fue Comandante Militar de los departamentos de: San José, Durazno, Soriano y Colonia; además el General Urquiza, le confió la vanguardia de su ejército y el 3 de febrero de 1852, el General Medina, se batió con fiereza al frente de sus hombres en la batalla de Monte Caseros, que puso punto final a la supremacía de Juan Manuel de Rosas.-
Siendo Comandante General de la campaña oriental, le tocó reprimir las sublevaciones de los Generales blancos Diego Eugenio Lamas y Lucas Moreno, entre octubre de 1853 y enero de 1854.-
Junto con Francisco Tajes, encabezaron el cortejo fúnebre, llevando el féretro que contenía los restos mortales del General Rivera, hasta la tumba de la Iglesia Matriz.-
En 1857, reprimió a su par colorado el Coronel Brígido Silveira, caudillo de Minas y en enero de 1858, le tocó sofocar la rebelión que encabezaba el General César Díaz.-
Y aquí comienza etapa díficil y oscura del Brigadier General Anacleto Medina, un colorado, que a esa altura de la vida era estanciero, tenía esposa e hijas, no sabía leer ni escribir y sus compañeros y contrarios, lo apodaban por el seudónimo de "El Indio Medina".....
A las órdenes del gobierno "fusionista" de Gabriel Antonio Pereira; "El Indio", se puso al frente de un ejército donde los principales oficiales eran blancos y persiguió desde Montevideo, a su compañero colorado César Díaz, con el cual había sido camarada de armas en la Guerra Grande y en Monte Caseros, cuando echaron abajo la tiranía de Rosas.-
Los alcanzó en el "Paso de Quinteros" en el Río Negro y ante idas y venidas, donde Medina obró como "un títere" de los que sabían leer y escribir invocando la decisión gubernamental y no se le movió un pelo, cuando mandó fusilar a sus antiguos camaradas César Díaz y Francisco Tajes (con el cual habían llevado el féretro con los restos del General Rivera, hasta la Matriz) junto a tres oficiales más y permitió que sus subalternos se entregaran a toda clase de tropelías degollando y robándoles los bienes a los prisioneros colorados, en una página luctuosa para la historia nacional que hasta ahora no se ha podido saldar y que se denominó: "La Hecatombe de Quinteros".-
De acuerdo a las últimas investigaciones realizadas, quien firmó el decreto de las ejecuciones sumarias de César Díaz y demás prisioneros fue el Dr. Antonio de las Carreras (blanco confeso, posteriormente fusilado en el Paraguay por orden del Mariscal López); cuando ya el Presidente Pereira había ordenado que se respetaran las vidas y se trajeran los detenidos hasta la Unión (Montevideo).-
O sea que la orden del Presidente fue desacatada y Medina, que por su cuenta, ya les había otorgado salvoconducto a los oficiales revolucionarios para que se fueran para el Brasil y amnistiado a la tropa, cambió de parecer y tras los fusilamientos antedichos, permitió que sus subalternos, se dieran el gusto de "quintar" a clases y soldados, como hacían los ejércitos romanos de la antiguedad.-
En esa orgía de sangre y de barro, del 2 de febrero de 1858 y días siguientes, donde varios Comandantes blancos, como Dionisio Coronel, Timoteo Aparicio, Basilio y Agustín Muñoz, Cipriano Cames, etc. pudieron parar la mano y no lo hicieron; Medina, lisa y llanamente pasó a ser un "Traidor" y blancos y colorados, a echarse las culpas mutuamente y hasta hoy, de tan triste suceso.-
Cuando la invasión del General Flores en 1863; Medina, que de hecho se había vuelto soldado del Partido Nacional (aunque no lo dijera públicamente) fue nombrado para comandar un ejército de operaciones al sur del Río Negro, pero, a los pocos días desistió y pidió su relevo por "encontrarse mal de salud".-
En este acto, la historia documenta dos hechos. El primero y de acuerdo a las expresiones del cónsul francés Martín Maillefer, Medina, estaba perdiendo progresivamente la confianza del gobierno blanco. El segundo, de que el General Flores, al saber que Medina se había retirado del ejército de operaciones, le comentó a sus oficiales, alco como: "Ahora sí tengo el campo abierto....Porque al "Indio Medina", le temo y le tengo mucho respeto"......
Cuando se pronunció la derrota de los blancos y el ascenso de Flores en 1865, Medina, se fue para la Argentina, exiliado por su propia voluntad.-
Allí, tomó conocimiento que su antiguo Oficial Timoteo Aparicio organizaba una invasión al Uruguay y no dudó un instante, en ir a ponerse a órdenes de un blanco; a pesar de que Timoteo siempre consideró que el cargo en la comandancia de la revolución, lo compartían con Medina.-
O sea que cuando invadieron la República, aquel 5 de marzo de 1870, Timoteo y Medina, eran los jefes de la revolución.-
Con 83 años de edad, con el mote de "TRAIDOR" suspendido sobre su cabeza como una espada de Damocles, "El Indio Medina", se embarcó en lo que sería su última y tétrica cruzada guerrera.-
Y llegaron a la Batalla de Manantiales de San Juan, el día 17 de julio de 1871 en el departamento de Colonia (casualmente en la tierra natal de Medina).-
No bastaron las cargas de caballería que habían adquirido renombre entre los blancos, al mando del Coronel Ángel Muniz y el ejército colorado al mando del General Enrique Castro, terminó por arrollar definitivamente a los bravos de Aparicio que se batieron en retirada, sembrando el campo de cadáveres y de heridos.-
Según Lincoln Maiztegui, el General Medina, fue conminado a retirarse de la línea de batalla; pero su tozudez y su ceguera senil (los párpados se le caían cubriendo los ojos y tenía que prenderlos con palillos y los había perdido) no le permitieron ver que el enemigo se le venía encima.-
Un Teniente colorado de nombre Mencio Islas, lo alcanzó y al preguntarle: - Quién es usted, viejito?.... "El Indio" le contestó: - Soy el General Medina....Vení a prenderme hijo e puta si te animás!
Allí mismo entre la gritería de los soldados que acompañaban a Islas, fue volteado del caballo y atravesado una y otra vez por las lanzas, mientras de las bocas salía el mote de "Traidor, Traidor".....
A su vez su secretario de nombre Gerónimo Machado, un hombre con cerca de 70 años, también fue ultimado a lanzazos, porque negarse a dejar solo a su General.-
El General Luciano Martínez, que además era abogado y luchaba entre las fuerzas coloradas ese día, relató que Medina, había sido conminado por su ayudante a abandonar la línea de batalla y retirarse, expresando algo como:- Yo no disparo nunca! o Cuándo han visto al General Medina, disparar del campo de batalla?....
Lo cierto es que un escuadrón mandado por el Capitán Máximo Santos, acompañado de otro escuadrón salteño al mando del Capitán Feliciano Viera, cargaron contra la zona donde se encontraba Medina y al reconocerlo el Mayor Juan Sabat Simois, le boleó el caballo y el Mayor Viera, se encargó de atravesar el cuerpo del anciano guerrero con la lanza, una y otra vez hasta dejarlo exánime.-
Según el testimonio de Eduardo Acevedo Díaz, que se encontraba presente en la batalla del lado de los blancos, no da nombres de oficiales colorados, solo dice que un grupo de lanceros enloquecidos, lo derribaron a Medina de arriba del caballo y luego lo atravesaron repetidamente con las lanzas.-
De acuerdo al testimonio de Acevedo Díaz, el extinto General, vestía: blusa militar, pantalón blanco con franja de oro, espuelas de plata, un riquísmo espadín (quizás el que le regaló Rivera, luego de Cagancha, en 1839) y una pistola Lefoucheux. Agrega, que montaba, un espléndido caballo tordillo con buen apero.-
Después de muerto Medina, los "díceres" se entrecruzan entre blancos y colorados y mientras el General Martínez (colorado) dice que fue enterrado convenientemente en una fosa cerca de la casa de Suffern (ingles, propietario de los campos donde se desarrolló la batalla) los blancos dicen, que fue "carcheado" por la soldadesca colorada, cortado en trozos e incluso entre el Teniente Islas y el Capitán Feliciano Viera (padre del homónimo que luego sería Presidente de la República entre 1915 y 1919) le separaron la cabeza del cuerpo y le colocaron una manzana en la boca, apretada por el único diente que le quedaba al General.-
Según Acevedo Díaz, fue desollado, "concienzudamente desollado"; parte del cuerpo lo enterraron sentado y otras partes más, se las enviaron a sus familiares en Montevideo.....
Sin duda que algo de eso hubo y mucho más, porque tiempo después se comprobó que Gervasio Galarza (hermano de Pablo y ambos, tenaces guerrilleros colorados) montaba en su caballo con los estribos y las estriberas, que llevaba el militar, el día que lo asesinaron.-
Muerto a los 83 años de edad, el General Medina, con toda una foja guerrera que comenzó a los 15 años de edad entre las filas del General José Artigas, se le consideró siempre la figura "cantante y sonante" del verdadero "TRAIDOR".....
La historia no juzga a sus biografiados y en ese caso le alcanza al lector todo el material recabado objetivamente, para que éste, se forme su verdadero juicio.-
Como me decía Uruguay Vega:- Un personaje difícil de abordar....
No hay dudas que sí. Como tampoco quedan dudas de que blancos y /o colorados, jamás le perdonaron "La Hecatombe de Quinteros" que desencadenó el motivo de echarse las culpas unos a otros aun hoy y un suceso que incendió, carbonizó y diluyó en la brisa etérea, la foja militar de un bizarro y legendario combatiente.-
(Fuentes: "Caudillos y Doctores" de Lincoln Maiztegui y "Batallas que hicieron historia" de "El País" Miniserie gráfica redactada e imprimida en Montevideo en el mes de julio del 2005).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 8 de abril del 2019.-

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