domingo, 30 de diciembre de 2018


"CUANDO  EL  SALTEÑO  CAMINADOR,  LLEGÓ  A VERGARA".......
Los que nacimos a mediados del año 1960 ( gobierno nacional de aquel no menos famoso líder político ruralista Benito Nardone), nos criamos en un Vergara aldeano, donde las radios a transistores "SPIKA", los discos de vinilo, los toca-discos y los primeros grabadores que trajo "El Polaco" Enrique Sica de Montevideo, comenzaban a sustituir a los viejos gramófonos (victrolas), con sus discos de pasta, sus voces gangosas y sus clásicas púas, que cuando se gastaban había que llevárselas al alemán Paulo (Paul Sóder) combatiente de la Primera Guerra Mundial, en la terrible batalla de Verdún- donde fue dejado por muerto en el campo bélico, pco después, rescatado por un perro de combate- y esposo de doña Margarita Cela (vecina del barrio "La Concordia") quien con su reconocida habilidad manual, las acomodaba, "les hacía filo" y las dejaba como nuevas.-
Como no se veían programas de televisión a pesar de los inolvidables TELEFUNKEN y de que don Aurelio Cardozo, en el barrio "La Cuchilla", había instalado la antena más alta de televisión que hubo en Vergara y nunca pudo ver nada, nos entreteníamos con algún baile que otro en el "Altillo de Padula"; farándulas en carnaval desde el Club Democrático hasta el Club Uruguay y viceversa; tablado en las afueras del café del brasilero José María González o en La Cuchilla (esquina cruzada adonde resido actualmente); fútbol en el Parque Vergarense o en la Cancha de la Liga; con las pescas en el Paso de Píriz; con el juego de billar o de truco; con las dobles "Treinta y Tres-Vergara" en el ciclismo; con las misas que daba el padre José Chuzinsky; con las kermeses de las Escuelas; con los folcloristas que llegaban al cine DAZER o al Salón Parroquial (como Marcos Velásquez y "Los Olimareños" cuando recién arrancaban); con la gente que llegaba en la ONDA desde Montevideo a la parada del comercio de Prudencio Antúnez Niz; con las selecciones y libros que vendían en la librería ARIEL del Tito Cardozo; con los ejercicios gimnásticos y los gritos que rebotaban en la inmensidad del querido Profesor Eduardo García "El Duro" y especialmente, con la música de los pianos (que estaban de moda para ese tiempo); los violines de Rosendo Pereira o de Waldemar Chagas Sasía; las acordeones a piano de Arides Álvarez "Mingo"; de Toribio Lucas "El Nene" y de Ariel Cándido "El Cachilo"; los tangos de varios compositores y las voces y las guitarras de :"Los Chalchaleros"; "Los Tucu-Tucu"; "Los Hermanos Ávalos"; "Los de Salta"; "El Chango" Rodríguez; Horacio Guaraní; Jorge Cafrune (que tocó en la fonoplatea de la CW 45); Osiris Rodríguez Castillos; Roberto Rodríguez Luna; Aníbal Sampayo (que venía a tocar el arpa a Treinta y Tres); Anselmo Grau; Alan Gómez; etc. etc.
También se escuchaba a "Teixeirinha" (un gaúcho que tuvo el rostro de cantar frente al público, vestido de paisano y con un revólver 38 largo, cargado, en la cintura) mientras desgranaba entre su guitarra y una acordeón a piano de una bonita moza, aquel su clásico: "Coraçâo de Luto".-
Por supuesto que estaban los músicos locales : cantores de tangos como Evergisto Fernández "El Muñeco"; Blas Pereira y Alquídes Correa; los folcloristas, como Ruben Lucas "El Querido"; Santos Oxley "Vierita"; Artigas Rosas; Hindemburg y Bernardo Lacco Coronel ("El Chamaco" y "El Hijito"); Celso Muniz; Nicasio Antúnez "El Solitario" , etc. etc. y un único payador: Felipe Feliciano Álvarez "El Boniato".-
Todavía en la mente y en el corazón de los más viejos, estaban enquistados para siempre, los payadores Pedro Medina y Juan Pedro López; el eximio paraguayo Agustín Barrios; el cantor, "mimo" y guitarrista Alberto Mastracusa (Alberto Mastra o "El Zurdo"- por su posición innata de tocar la guitarra- "El Petiso" o "Carusito"- por la voz particular que tenía-) y la guitarra llena de "floreos y de adornos" de don Eduardo Falú; todos quienes en diferentes años, habían visitado Vergara.-
La oferta tanto de tango como de folclore, era muy variada y a mediados de la década de 1960, asomaron "Los Olimareños", quienes de a poco fueron copando los distintos escenarios y comenzaron su larga y ascendente fama.-
Echaron mano a un cancionero distante de los argentinos y distante de los riograndenses. Y para ello se valieron especialmente de un recién aparecido Víctor Lima y casi que en forma paralela del maestro Ruben Lena, quienes comenzaron a rescatar viejas tonadas del cancionero oriental y llevaron adelante con fe y esperanza, esa empresa.-
"Los Olimareños", les ponían una música sencilla y las cantaban con deleite del público, en los escenarios.-
Así fueron naciendo: "Cosas de Artigas"; "El Aguaterito"; "Sembrador de Abecedario"; "La Ariscona"; "A don José"; "Cielo del 69", etc. etc. porque la lista es muy larga y salpicada de anécdotas. Da para escribir mucho y la crónica puede volverse extensa y muy tediosa.-
Hoy, quiero evocar un pequeño recuerdo especialmente, para la figura del poeta salteño, nacido un 16 de junio de 1921 y que se llamó: Víctor Rolando Lima Santana.-
Un eterno caminador. Que no llegó a culminar sus estudios secundarios; que fue entre muchas cosas soldado del ejército nacional en Montevideo; que era pariente del escritor Onetti y que imbuido de una creciente bohemia, llegó a la ciudad de Treinta y Tres, en los inicios de 1960, donde bien pronto cayó en simpatía y confraternizó por ejemplo con Ruben Lena, con "El Laucha" Prieto; con Washington Téliz Larrosa y por supuesto que con "Los Olimareños", por nombrar algunos de los tantos cultores departamentales del canto, de la poesía y de la guitarra....
Viejas memorias orales, ya desaparecidas indican que en la década de 1960, una noche cualquiera, Víctor Lima, llegó a Vergara.-
Irrumpió en la barra del comercio de "El Loco" Ademar Rodríguez (así lo llamábamos en nuestra casa y era gran amigo de nuestra familia), donde estaba la "PROVISIÓN EL PROGRESO" (porque Rodríguez era uno de los alma-mater del PROGRESO F.C.- incluso alcanzó a jugar unos partidos donde faltaban jugadores-) y donde se levantaba el caserón que hasta ahora existe (calles Joaquín Suárez e Hildebrando Vergara), albergue del Hotel de Juan Buzó, desde el año 1900 y posteriormente, Hotel Central- de Medina y Vergara.-
Aquel hombre joven y desconocido en el ambiente pueblerino, pidió al comerciante una picada de salame o de mortadela, algo para tomar y se integró a la barra, cuyo tema principal (como no podía ser de otra manera) era el apogeo del fútbol, en el pueblo.-
Poco a poco fue interviniendo en la prosa de los otros parroquianos y al decirles que era poeta y cantor, aprovechó el momento y le pidió a Rodríguez, si lo dejaba cantar alguna de las letras que tenía en su poder.-
Otorgado el permiso, el hombre cantó "a capella" (vale decir sin acompañamiento musical ) la zamba "El Aguaterito" y posteriormente, como gustó la interpretación, continuó cantando otros temas.-
Me contaba Hermógenes Mombrú "El Jefe Mombrú", hoy fallecido, que era Policía en Vergara, que andaban en recorrida y escucharon "la cantarola" y se arrimaron hasta el comercio para ver quien era y escuchar aquella voz que en la tranquila noche vergarense, emergía como un embrujo cadencioso, que aunaba toda una naturaleza y todo un paisaje en perenne floración.-
Luego de un rato, el propio "Loco" Ademar Rodríguez, que después se mudaría para Treinta y Tres capital, donde trabajó como "acomodador" en el Cine Municipal, le preguntó al cantor:
- Y usté de dónde es, compañero, si se puede saber?....
- Cómo no!....Se puede saber sí: soy nativo de Salto....donde vivo con mi madre y mis hermanas....
- Y cómo es su nombre, entonces?...
- Mi nombre es VÍCTOR LIMA.....Estoy visitando amigos que tengo en Treinta y Tres....Y algunos, me llaman: "EL SALTEÑO CAMINADOR".....
Poco después, el hombre pernoctó en una pieza de la Comisaría Seccional (conseguida por el propio "Jefe" Mombrú) y al otro día ni bien clareó, se despidió de todos los Policías de guardia, agradeció el hospedaje y se marchó hacia el camino....
Porque naturalmente, el camino lo estaba llamando....
Un día 6 de diciembre de 1969, nos enteramos en Vergara, que el cuerpo sin vida de Víctor Lima (que llevaba unos tres días de desaparecido) había sido rescatado desde las aguas del río Uruguay, frente a la curtiembre GAUDÍN, en la misma barranca, que daba para su Salto natal.-
En primer término, se habló de un "posible ajuste de cuentas" (ya que algunos lo vinculaban con la izquierda partidaria y en esos momentos, la efervescencia político-social que se vivía en el país, estaba enfrentando por las armas a dos bandos de una sociedad totalmente resquebrajada).-
Poco después, se dijo que era un suicidio (incluso hay testimonios fidedignos de que no sabía nadar), que había llegado enfermo a Salto, que estaba internado en el Hospital (desde donde se escapó) y que lo abrumaba, el fallecimiento de su señora madre (que ese día 6 de diciembre, hacía un mes y tres días que había partido físicamente). Obvio, que él, andaba en el camino cuando su madre falleció.-
Esa misma tarde del 6 de diciembre de 1969, el cantinero del Club Centro Uruguay de Vergara, lo mandó a Roberto Silva Machado, que era empleado de la cantina, que pusiera un parlante en el exterior del local e irradiara desde un toca-disco, todas las canciones de "Los Olimareños" en un claro homenaje a "El Salteño Caminador", que había partido en el viaje sin retorno.-
Víctor Rolando Lima Santana, quien tomó determinación de su vida con 48 años de edad, dejó un cancionero editado en libro, en el año 1948, fue amigo del escritor salteño Enrique Amorín, integró los cenáculos literarios de su pago y a los doce días de haber fallecido, un sobrino suyo, hizo editar su manuscrito de "Las Milongas de Peñaflor".-
Había fallecido "el Lima", hombre.-
Pero realmente, quedó y sobrevivió el poeta, máxime cuando en el año 2010, "El Laucha" Prieto, con su guitarra, le puso música a todas "Las Milongas de Peñaflor" que pudo y las grabó en CD.-
Su legado de canciones (que cantaba "a pulmón" con los niños de las Escuelas) e incluso hasta una poesía, traducida a milonga, cantada y grabada por Ruben Díaz Castillo con las guitarras de Hilario Pérez, donde evoca a don Juan Rosas, el cruzado libertador de los Treinta y Tres Orientales ("Uno de los Treinta y Tres"); más todas las otras que cantan "Los Olimareños", han logrado persistir y abrirse camino en un Uruguay, donde se olvida muy fácil a los poetas gauchescos o nativistas y a los folcloristas que los representan, cuando se mueren físicamente.-
En la ciudad de Salto, existen: una escuela; un escenario en el Parque Harriague y un monumento en la costanera Sur y Juan Pablo II, que recuerdan a Víctor Lima.-
En la ciudad de Treinta y Tres, el puente viejo sobre el río Olimar, lleva su nombre, aprobado por la Junta Departamental de Treinta y Tres.-
En Vergara, aun quedan en pie: la vieja casona de 1900, que escuchó su voz dulce y sabrosa, de los naranjales salteños; una hermosa poesía escrita por "El Gordo" Sarasola (inserta en el libro póstumo: "Rebeldía, Esperanzas y Ruegos") y esta crónica, que tenía que contarla para todos ustedes, porque temía que ella, se muriera junto conmigo.-
Ahora, estoy tranquilo.-
(Fuentes: Internet; testimonios de Hermógenes Mombrú y de Juan Carlos Sosa Prieto; además de archivos particulares del autor).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 30 de diciembre del 2018.-

sábado, 22 de diciembre de 2018

"EL PAVO DE DOÑA BELMIRIA".....
Muchas veces me he referido a doña Belmiria Patricia Alves Pereira Machado de Gigena, la dueña del caserón que existía donde hoy, físicamente, se levanta el Liceo "Dr. Braulio Lago Miraballes", en la ciudad de Vergara.-
Era la hija mayor, del matrimonio constituido por el "gaúcho" nacido en Herval o Erval (Río Grande del Sur-Brasil) Venâncio Alves Pereira y la oriental, Dorotea Machado Fernández, nacida en "Molles de Godoy" (Lavalleja), heredera de la saga de aquel riograndense Daví Fernandes Souto, amigo personal del General Manuel Oribe, (tío materno de "Yuca Vergara") esposo de la también riograndense Comba Machado Fernandes y dueño de campos y más campos en los alrededores de "Nico Pérez".-
De él, se cuenta que dejó por lo menos 7 barricas repletas de libras esterlinas enterradas en algún lugar, que ni él mismo se acordó de decir cuando ya estaba anciano, ciego y con una incipiente "porfiadera" que rayaba en una supuesta demencia senil.....
Tan porfiado era, que nonagenario ya, cuando sus hijos lo llevaron para la floreciente población de "Nico Pérez" y le consiguieron una casa confortable y acogedora, se "atufó", se les ganó en la cama, no quiso comer más y se echó a morir.....
De allí, lo sacaron "con los pies para adelante", rumbo al cementerio de la localidad, donde se había mandado hacer un pantéon, con la consiguiente orden de que la réplica de su cara, estuviera mirando eternamente, hacia los que habían sido sus heredades.-
Pues bien, su nieta materna, doña Belmiria o "la vieja Belmiria" (como la llamaban las lavanderas del arroyo Parao, que contaban que a la pasada por el caserón, les chumbaba uno de los perros que tenía) y la criticaban abiertamente, porque según documentó Serafín J. García, le vendía las bostas de vaca del pastoreo contiguo al caserón, al herrero Bruno José Gurruchaga Senosiain, a 20 pesos cada bolsa; estaba viuda desde 1923, de don Leoncio Gigena, comerciante desde 1905, hacendado, "prestamista" y protagonista del primer accidente de tránsito que hubo en Vergara (a pesar de que odiaba los autos) y vivía en el caserón acompañada por un moreno que era el asistente (hacía los mandados, barría los patios, cuidaba de las gallinas, etc.) la cuidaba de cerca su hija: doña Mamerta Belmiria Gigena Alves de Padula y la acompañaba casi que permanente uno de sus nietos: Natalio Leoncio Vergara Gigena "El Trompo", que era Escribiente de la Policía, en la Comisaría de Vergara.-
Todo sucedió en la noche de un 22 de diciembre de los primeros años de la década de 1940.-
Doña Belmiria, estaba "cebando" un pavo para comerlo tradicionalmente en la fiesta navideña y cual no sería su sorpresa cuando el día 23 de diciembre en horas de la mañana, tras levantarse temprano (como era su costumbre) y al abrir la puerta principal del caserón, encuentra colgada del pomo de la misma, la cabeza con la sangre coagulada del plúmífero y un cartel colgado del pomo de la puerta....
Tremenda sorpresa !!!!...
La vieja, súbitamente, retrocedió unos pasos, después, se armó de coraje, reonoció que era la cabeza del pavo que estaba "cebando" para la Navidad y atropelló, con sus pasos cortitos y "falando" palabras en portugués, como lo hacía bastante seguido.-
Sacó la cabeza del "finado" plúmífero y entonces se animó a leer el cartel, que manuscrito con lápiz y sobre una hoja blanca de cuaderno, documentaba la siguiente "cuarteta":
"Disculpe, mama Belmiria,
he peleado con fiereza,
me llevaron todo el cuerpo,
pero salvé la cabeza".......
Después, las "malas lenguas" del pueblo, se enterarían que uno de los cómplices del "homicidio" en cuestión, había sido el propio "Trompo" Vergara y los autores del hecho, no eran otros, que: "Perico Diogo" (que se llamaba Pedro da Silva Gigena y era nieto de doña Belmiria) y "El Sijo" Ledesma (uno de los grandes amigos de Serafín J. García) y por supuesto, que uno de los expertos, en vaciar gallineros ajenos.-
(Escuchado a "El Gordo" Sarasola y a "Pepe" Vergara).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 22 de diciembre del 2018.-

lunes, 26 de noviembre de 2018

"LAS SEIS CUERDAS DE MI GUITARRA"......
                                                                                  (6ta. y última parte)
El mundo musical me ha llevado a conocer a muchos cantores y guitarristas.-
Y de todos ellos, es natural que siempre se aprende algo. La forma de comunicarse con el auditorio (ya sean 3 o 300 personas), la forma de presentarse ante ellos, el respeto para los demás y para uno mismo, adecuarse al ambiente en donde se canta o se toca la guitarra, "calibrar" que le gusta o no al gente, etc. etc.
Así como cuando estudiaba piano, lo conocí personalmente al concertista Hugo Balzo (uno de los grandes músicos de este país) y a los profesores Henry Hassa y Juan Carlos Bustelo; posteriormente he conocido y he tratado a la profesora de piano y musicóloga Olga Picún, también el mundo de la guitarra en este caso, me llevó a conocer al payador Miguel Ángel Olivera Vera, en noviembre del año 1979, cuando andaba recorriendo el país a caballo, con la guitarra enfundada a "media espalda".-
Un gran amigo con el cual a lo largo de todos estos años, hemos sellado una amistad sin rendijas ni fisuras.-
Él me ha dejado décimas de su autoría, pero también una lección muy linda y muy sana que todos los artistas deberían tener en cuenta a la hora de subir o bajar de un escenario: el don, de la modestia... La modestia equilibrada (no, la que ridiculiza) la otra: la de sentir el calor de la gente y poder observar la alegría de los espíritus y el confort en el alma de los demás, cuando se está ejecutando la guitarra o simplemente, entonando una poesía.-
Todas esas observaciones, como en la vida misma, se las recomiendo a todos los músicos. Sin prisa y sin pausa, porque todo va llegando con los años, con el ensayo diario (aunque sea de diez minutos) y con la experiencia vital, que dejan los escenarios.-
Cuando cumplí nueve años de edad, mi madre biológica Emilia Cuello de Muniz, me regaló una guitarra española, construida en Sevilla, marca "SENTCHORDI HERMANOS", comprada en el "Palacio de la Música" en Montevideo y es la guitarra que conservo y atesoro y la que me ha acompañado en reuniones familiares, en un tablado del pueblo en lo de Luisa Lacco de Sosa (hermana de "El Chamaco"), frente al payador Miguel Ángel Olivera en el año 1979, en el rancho de paja y terrón de Paulo Araújo un día 13 de enero de 1980, cuando él, cumplía sus 80 años de edad, en el Liceo de Vergara acompañando a un coro con Lazarito Machado (otro gran amigo y guitarrista excepcional) para cantar "A Don José" y hasta en un evento folclórico trasmitido por CW 45 "Difusora Treinta y Tres", que se llamó "Voces Nuevas para el Folclore" y que al final lo terminó ganando el cantautor de Treinta y Tres: José Ituarte, en reñida pelea con mi condiscípulo de escuela y amigo, el vergarense "Nano" Araújo.-
Como ya lo expresé anteriormente, de todos los cantores y de todos los guitarreros y guitarristas de Academia, he aprendido un poco.-
En el año 1978, cuando cursaba 5to. año en el Liceo de Vergara, mi compañero de clases Derbis Bello, con quien a veces estudiábamos juntos, asistía también a clases de guitarra con su tía Gloria Bello de Zuluaga.-
Una tarde que fui a estudiar con él para la clase de biología, terminamos guitarra en mano y después, tras una semana de corrido, tarde a tarde, tuvo la paciencia de enseñarme la "Milonga en la menor" y "La Mazurca en mi menor" del reconocido músico de Pan de Azúcar: José Pierri Sapere.-
Esa milonga, era una de las preferidas en el repertorio musical de mi gran e inolvidable amigo, el Profesor Washington Téliz Larrosa, discípulo en Montevideo del Profesor Atilio Rapat.-
Problemas familiares con enfermedades y decesos de seres queridos, me llevaron a estar largo tiempo sin tocar la guitarra y sin cantar. -
Luego las investigaciones históricas, la preparación del material obtenido y su contexto en las ediciones de tres libros, me absorbieron varios años que no se los pude dedicar a la guitarra.-
También, ella mereció su investigación histórica y el nombre de sus cultores desde lo más lejano de la comarca.-
Es lógico que en eso me he empeñado y hoy, que he llegado a la sexta cuerda del instrumento, quiero sellar estas, mis memorias, con el nombre y el apellido de aquellos artistas que nacidos en Vergara, en otros lugares del país o en países vecinos, un día llegaron a este pago, tratando de trasmitir el mensaje y el lenguaje universal de la guitarra y/o del canto.-
PARA QUE NO SE BORREN:
Plácido Rosas (Paso del Dragón); Cándido Silveira (Rincón de Ramírez); Energilda Silveira; Eno Palermo Silvera; Bonifacio Niz Jara (guitarra, acordeón de dos hileras, bandoneón, violín y flauta dulce); Laurentina Niz Jara de Antúnez; Julio Antúnez Niz; Concepción César; Bitelmo Batalla (El Ciego); Gabriel Guerra (Luz Negra); Juan Techera (El Indio Juan Chiquito); Josefa Cardozo Viera de Franco "Pepa"; Manuel Germán Cuello y Virginia Das Neves de Cuello (ambos brasileños); María Salomé (Adramantino) y Basilicio Teófilo Cuello Das Neves; Filomena Sequeira de Rodríguez; Padre Miguel Lacroix Esain; Jacinta Viera de Muniz; Pedro B. Da Silva (Pedro Diogo); Agustín Pío Barrios Ferreira (paraguayo); Telémaco Bernardino Morales Hernández; Dr. Francisco Mariño (fue odontólogo en Vergara); Ruben Fernández Rosas (Paso del Dragón- alcanzó a tocar en el Teatro Solís, de Montevideo-); Justino León Carbajal; José Casiano Bonilla; Cosme Araújo; Hilario Fabeiro; Andrés Sinforoso Marta (El Indio Marta); Domingo Olive (El Catalán); Pedro Leandro Ipuche (el poeta y escritor de Treinta y Tres); Filomeno Alberto Padula Merlino (El Nene); Nicolás Correa (El Hijo o El Peluquero Correa) (guitarra "de oído", bandoneón, piano, violín y acordeón a piano); José Rocha; Juan Concepción Rosas Larrosa; "El Rengo" Lucas; Manuel Suárez (guitarra y mandolina); Alquides Correa; Bernardino Vaz Gabriel; Delmirio (Mirico) y Natalio Leoncio Vergara Gigena "El Trompo"; Prudencio y Gerardo Pereira; Corina Muiño de Zuluaga; Dadier Zuluaga (Pelano); Máximo Martínez (El Negro Chueco); Bernardo Lacco; Luisa Coronel de Lacco; Ruben Lucas (El Querido- también tocaba acordeón a piano por música-); Santos Oxley (Vierita- también tocaba bandoneón por música-); Ciro Sequeira; Bonifacio Toledo; José María Silva (El Negro Chorro); Rosalino Cardozo (El Chirú Pintao); Hermanos Barreto; Derneval Sosa (El Negro Barneche); Ignacio Arbelaiz (vasco, radicado en Vergara); Belarmino Silvera Igarabide; Tarcila Vergara de Silvera; Alberto Mastra; Antonio Acuña Freire (Paso del Dragón); Plácido Froilán (El Gaucho); Artigas Colón; Juan Carlos (Chichí) e Hipólito Oribe Rosas Larrosa; Constancio Moreno (Rincón de Ramírez); Hermanos Porto (brasileños- Arrozal 33); Ariosto Rivero (brasileño-Arrozal 33); Tomás Mieres (Arrozal 33); Hugo Abella (Arrozal 33); Aladino Lemos Rivero (Arrozal 33); "El Gringo" (Arrozal 33); Martín Cuello (El Negro peluquero); Juan María y Antolín Pereira; José Pedro Lucas (El Nono); Celso Muniz; Honorio Suárez; Atahualpa Yupanqui (argentino); Eduardo Falú (argentino); Anselmo Grau; Teresita Minetti; Ángel Roque Barreto Ojeda (El Indio Barreto); Washington Téliz Larrosa; Martires Olivera; Nicasio Antúnez (El Solitario); Alberto Baretta (argentino); Evergisto Fernández (El Muñeco); Ruleman Baiz; Hindemburg Lacco Coronel (El Chamaco); Élida Lacco Coronel de Zuluaga (tocaba guitarra y mandolina); Bernardo Lacco Coronel (El Hijito); Eloy Pereira; "El Rengo" Bonilla; Augusto Nicolás Canteros (Rincón de Ramírez); Dalmiro Fernández (Rincón de Ramírez); Mauro Sequeira (El Pibe de Oro); Raúl Lemos (Raúl Pindunga); Darmín y Carlos Piñeiro Cardozo; Blas Pereira (Rincón de Ramírez); Enrique Martínez; Alan Gómez; Expédito Mastrángelo (italiano- Además era ventríloco); Alfredo Zitarrosa; Osiris Rodríguez Castillo; Álvaro Coimbra; Raúl Condon; "Los Arrieros del Este" (uno de ellos tocaba el arpa); Aro Artigas Ferreira; Germán Moreira (Paso del Dragón); Elidio Porto (brasileño); Berticildo y José Fernández (Arrozal 33), Celso de los Ángeles (Arrozal 33); Sigfrido (Oscar del Valle) y Uruguay Moreira; Gilberto y Berta Moreno Rosas; Víctor Rosas; Héctor Rosas Padula; Alberto Silveira; Hebert Tizze (El Cholito); Pedro Mederos; Angelmiro Brun (El Miro); José Nicolás Sarasola (El Gordo o El Pepe); Rosalino Almeida (PRIMER VERGARENSE que cantó en el Festival del Olimar); Pedro Díaz (El Cordobés- argentino); Tania Marins; Hermanos Araújo (Nano, Diego, Dardo y Daniel); Lazarito y Ricardo Machado, Horacio Fernández; Juan Carlos Noguéz (Juan Brujo) (Plácido Rosas); Raúl y Osvaldo Calvetti (El Pelao); José Falcón; Elvys Silva; Rodolfo Beltrán; José Pedro Cuello Satut (El Negro Cuello); Gloria Bello de Zuluaga; Rodolfo Alves Padula; Derbis y Dardo Bello Barreto; Sergio Cuello (Pelé); Bernardo Caraballo; Hermanos Rodríguez Caraballo; Eliecer Díaz; "Cholo" Acuña; "El Pepe" Guerra; Marcos Velásquez; Eustaquio Sosa; Ariel Cabrera Rijo; "Los Hermanos Cabrera"; "Voces Nuevas"; Washington Fleitas Rodriguez; Carlitos Gutiérrez; Omar Mateu; Eduardo César Martínez Machado; José Ituarte; Eduardo Monteverde (El Tigre); Alberto Díaz (El Beto); Juan Carlos Muniz; "Los del Yerbal"; Oscar Prieto (El Laucha); Omar Mesa Prado; Richard López; Raúl Quiroga (brasileño); "El Canario" Martínez; "Pancho" Ruiz Lartegui; Sergio Rebollo Lima; Pablo Graña; Adela Torres Fabra; Ana Gloria Caraballo Sequeira; Cristina Pereira; Luis Vila; Eugenio Orique (El Nito); Adán Gutiérrez; "Los Copla Alta"; "Los del Suquía"; Pablo Estramín; "Cacho" Lavandera; "El Gitano" Silvera; Omar Molina; Carlos Malo; Aníbal López; Rómulo Mesones; "Los Cantaclaro"; Adhemir Cuello; Gonzalo Victoria; Juan del Sur; Luis Marcelo Ledesma, Dacio Becerra; Mario Lucas; Washington Giampietro y Julio Domínguez (El Gaucho Julio).-
PAYADORES: Enerino Gude o Budes; Pedro Medina; Juan Pedro López; Feliciano Álvarez (El Boniato); Eduardo Moreno; Walter Apetseche (El Trovero de San Ramón); Gabino Sosa (La Picana Rochense); Waldemar Lemos; "El Pampa" Barrientos; Nelson Vázquez; Cándido Rodríguez; Nelson González; Raúl Rosalío Mena; Abel Soria; Elbio Sánchez; Nilo Caballero (además era luthiers); Carlos Molina (El Bardo del Tacuarí); Nelson Ferreira (El Gavirola); José María Muniz; Osvaldo Cuenca; José Silvio Curbelo; Washington Montañés; Ademar Martínez; Juan Carlos López; "Cacho" Márquez, Julio Toribio, Feliciano Roldán (El Corina) y Miguel Ángel Olivera Vera.-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 26 de noviembre del 2018.-

lunes, 12 de noviembre de 2018

"LAS SEIS CUERDAS DE MI GUITARRA"....
                                                                                (Quinta parte)

Diría para tomar una fecha y reordenar estas memorias, que a partir del año 1920, no hubo rancho de campaña ni casa de ricos en el pueblo, que no tuvieran una guitarra disponible y en algunas casos "ortofónicas o victrolas" con "discos de pasta" que reproducían la música y la voz de Carlos Gardel, de José Betinotti, de Agustín Magaldi, del payador argentino Evaristo Barrios (con sus décimas picarescas sobre los inventos de los puebleros), del payador oriental Juan Pedro López, de la "Ñata Gaucha" Azucena Maizani, etc. etc.
Ahí los viejos (que ya tenían "el oído" adecuado) sacaban sus piezas en la guitarra o repetían las décimas o los versos de los estilos, cielitos o cifras, cuando se daban por entero a las nobles tareas camperas.-
Recuerdo que de Evaristo Barrios, era muy usual una décima sobre la bicicleta (la bicleseta, le llamaba él) que durante dos generaciones al menos, había ido pasando de boca en boca:
"Los criollos en el poblao
no ensillan ningún sotreta
porque usan "la bicleseta"
de las Uropa importao.
Que corre más que el venao
serena y no corcovea,
no relincha ni patea
ni se asoma a la cañada,
y como no come nada
le juro que ni bostea"......
Había otra, entre muchas más, con la crítica hacia el tranvía:
"Y del tranvía aparcero
si le hago una comparancia
parece un galpón de estancia
sobre dos surcos de acero.-
Y corre más que el pampero
ese galpón embrujao
para hacer alto cuñao,
le avisa al guarda que baja
pega un tirón de la guasca
y se para el condenao".....
Según "El Laucha" Prieto, en su estudio pormenorizado de la guitarra y sus diferentes formas de pulsarla, los músicos "de oído", sentados, apoyaban la curvatura de la guitarra sobre la pierna derecha o cruzaban la pierna derecha sobre la pierna izquierda y apoyaban la curvatura de la guitarra, sobre esta última.-
No lo dice él, pero cuando tocaban parados, afirmaban el pie izquierdo encima de una silla o de un cajón y acomodaban la guitarra al menos de dos formas sobre la pierna izquierda (ya fuera apoyando la curvatura o la parte inferior de la caja de la guitarra).-
Esta última forma, muy común en los payadores o en los llamados "cantores de boliches".-
Los sonidos se obtenían frotando las cuerdas con las uñas o enganchándolas con la yema de los dedos. Luego de 1920, llega desde Montevideo por parte de los herederos de la escuela de Francisco Tárrega, el modo de tocar apoyando los dedos sobre las cuerdas.-
Algunos guitarreros usaron "púa", que era un dedil que se enganchaba en el dedo pulgar de la mano derecha, para los "punteos" (en el guitarrero de oído) y para los preludios musicales (en el guitarrista de academia).-
Acá en Vergara, por lo menos, usaron "púa", en la primera época y para sus legendarios "punteos", José Casiano Bonilla, Ciro Sequeira y "El Querido" Lucas.-
Hoy, es una práctica que se ha extendido mucho y alcancé a tocar con : Víctor Rosas, Angelmiro Brun (Miro), Héctor Rosas y Alberto Silveira, quienes usan "púas" de plástico, pero ya no era el dedil, o sea que la sostenían y la sostienen entre los dedos índice y pulgar de la mano hábil.-
También observé a Ernesto Farías, cantor y guitarrero de la ciudad de Río Branco, cantar una milonga y acompañarse con los respectivos "punteos", sentado, con la guitarra vertical, afirmada en el pie izquierdo y recostada a la pierna del mismo lado.-
Usaron y usan el recurso de invertir el encordado, cuando el que toca es zurdo (ejemplo, Héctor Rosas, en Vergara) y don Atahualpa Yupanqui, que en 1958 estuvo en el cine Dazer. Sin embargo Alberto Mastra (apellido Mastracusa), que tocó la guitarra y cantó tangos y milongas en la década de 1940 en el café de "Larrosa y Quiroga", frente al BROU de Vergara- donde hoy, es el SUPER DE LA VILLA- fue una "rara especie de guitarrero"....Porque era zurdo para tocar, sin embargo, no invertía el encordado, demostrando con ello la maña y la baquía que tenía en su mano derecha para dominar el mástil (el brazo, llamado comúnmente) de la guitarra.-
Nos dice Prieto, que don Prudencio Pereira, cambiaba la segunda de la guitarra por una cuarta y a su vez, la tercera, por una quinta, con el objeto de dotarla de más sonoridad.-
En Vergara, lo ví a Ruben Lucas "El Querido", cambiar la cuarta de la guitarra, por una segunda.-
Concomitantemente con la aparición del instrumento cordófono en cuanto rancho y casa rica había, se inició el periplo de los "guitarreros de boliche" y de los payadores, que eran y son los típicos representantes de los juglares franceses, de la Edad Media. Áquellos, artistas populares, que iban por los pueblos cantando y tocando sus instrumentos, difundiendo noticias o "sucedidos", exaltando hazañas, leyendas, relatos, etc. por la necesidad de una compensación material y hasta de un plato de comida, si no había dinero cantante y sonante....
No eran "bardos" (dado que así se le llamaba a los trovadores primitivos, que eran de raza escandinava o céltica), ni tampoco eran "trovadores" (dado que éstos, eran de raza noble, originarios del Sur de Francia, posición desahogada en cuanto a lo material y habían recibido educación en abadías o monasterios, emporios culturales de la época).-
Por último tampoco eran "troveros" (dado que éstos también eran similares a los anteriores con la diferencia de que residían en el Norte de Francia).-
En vista de ello, si nos ajustamos al caso, don Carlos Molina, no podría haber sido jamás: "El Bardo del Tacuarí"- cuando él no era de raza céltica ni escandinava, no descendía de nobles, dado que predicaba siempre que había nacido en un rancho humilde y su cultura, no era la de una escuela primaria; era, la de un autodidacta.-
Tampoco Walter Apetseche podría haber sido "El Trovero de San Ramón", dado que también predicaba en sus dichos, que era hijo de una numerosa y humilde familia de Canelones, que trabajaban de peones aradores con bueyes y plantadores de la tierra madre.-
Pero así están en la historia de la guitarra y del canto y así estarán para siempre en nuestros mejores recuerdos.-
El día 7 de mayo de 1928, se presentó con su guitarra y con su canto, en el viejo hotel de Claussen en Vergara (ya para la época, "Hotel Uruguayo" de Salvador Acosta) el payador oriental Pedro Medina, nacido en Durazno, que en sus mocedades había sido tropero a "La Tablada" y había matado a puñaladas a otro tropero más, en un hecho bastante confuso, donde Medina, se granjeó antipatías y enemistades, entre los colegas de "La Tablada".-
Tiempo después, iniciado en la guitarra y en el canto, se hizo amigo de Juan Pedro López, anduvo con éste por Buenos Aires y en el año 1925, ganó el primer premio de payadores en la "Rural del Prado" en Montevideo.-
Estaba casado con la vergarense Dorila López (descendiente de "Yuca Vergara" el fundador de nuestra localidad) y como Salvador, visitaba seguido las exposiciones ganaderas en Montevideo, se estima que llegó al hotel viejo, por la misma influencia de su dueño.-
El día 31 de enero de 1929, en el comedor del hotel que daba para la calle Dionisio Coronel, ofreció un recital de guitarra el famoso concertista paraguayo Agustín Pío Barrios Ferreira, el primero en usar cuerdas de metal en esta zona de Treinta y Tres.-
No usaba "púa". Frotaba las cuerdas con sus uñas, mientras junto a él, declamaba su hermano Francisco, que era poeta.-
Se estima que los hermanos Barrios, llegaron a Vergara, ya que visitaban seguido la ciudad de Treinta y Tres (donde Agustín alcanzó a residir temporariamente y era muy amigo de Tomás Muniz, el padre de Lucio, que también tocaba la guitarra y era periodista). Como también está la posibilidad de que hubieran sido traídos por don Julio González Soubes, un verdadero gestor cultural en Vergara, oriundo de "Nico Pérez" , que era periodista, pero además formó un coro junto con los hermanos Santibáñez e impulsó la concresión de varias obras de teatro.-
Por lo tanto Agustín Barrios, el reconocido "Nitsuga Mangoré", versado en filosofía, en historia y en linguística, FUE EL PRIMER ACADÉMICO DE LA GUITARRA, que tocó en Vergara.-
En mayo de 1929, fue inaugurado el Club Centro Uruguay de Vergara y el día 12 de octubre de ese año, para coronar la fiesta de la época e inaugurar el escenario, tocó otro eximio guitarrista nacido en "El Tala" (Canelones): Telémaco Bernardino Morales Hernández, gran rescatador de la música oriental: cielitos, mazurcas, shotis, pericones, valses criollos, milongas, etc. etc.
No tocaba nada más que se saliera de nuestra música del área rural y se cuenta que al dar un concierto por ese año en el Club de "Nico Pérez" (lugar muy frecuentado por Morales) una señora le pidió que tocara algo español.-
Él, huraño como era, no muy simpático que se diga, solterón empedernido y de pocas palabras, le contestó:- Para qué me pide una pieza española, señora?.... Si acá en el Uruguay tenemos nuestra propia música, casi que desconocida y a veces con piezas musicales, hasta más lindas que las que tiene la música española !...
La dejó sin palabras.-
Empuñó la guitarra, preludió algo y continuó tocando su música oriental....
Es de rigor dejar constancia que cuando Morales falleció en la década de 1950, había registrado en AGADU, 174 temas musicales, que obviamente, versaban sobre la música del campo uruguayo.-
(Fuentes: "La historia de la guitarra y de la milonga en Treinta y tres" y "Apreciación musical" de M. García Servetto, además del archivo particular del Escribano José Luis Cuello y del autor).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 12 de noviembre del 2018.-

domingo, 11 de noviembre de 2018

"LAS SEIS CUERDAS DE MI GUITARRA".........
                                                                          (Cuarta parte)

Muchos de quienes lean estas líneas se preguntarán : Cuándo comenzó la música en la Banda Oriental?.....
Cuál es el rastro más lejano?...
De acuerdo a lo que explican los historiadores, los charrúas antes de 1831, practicaban danzas y cantos de combates, acompañándose de instrumentos musicales tales como: bocinas, tambores hechos de un tronco y un arco musical, mono-heterocorde, cuyo resonador era la cavidad bucal del ejecutante.-
Dable es decir también que los guaraníes, contaron con tambores, flautas dulces o de pico (pinkollos) y triángulos. Incluso en el registro histórico de 1680, cuando el primer ataque de los españoles a la Colonia del Sacramento, defendida por los portugueses, los guaraníes que participaron en el asedio de la misma, ejecutaban sus "pinkollos" y sus pífanos (otro tipo de faluta) para animarse al combate y a su vez para tratar de amedrentar a los enemigos sitiados.-
Reuniendo globalmente todo lo antes expuesto en textos anteriores, puedo asegurar que para mediados del siglo XIX en el Uruguay y especialmente en esta comarca de Cerro Largo (recordemos que el departamento de Treinta y Tres, se crea en setiembre de 1884), ya prevalecían guitarras, acordeones, bandoneones, armonium y flautas.-
Es de rigor significar que las comunidades afro en la zona, nunca contaron con sus festejos tradicionales de "San Baltasar" y por lo tanto si hubieron tamboriles, fueron esporádicos y ya entrado bastante, el siglo XX.-
En cambio, sí se ha detectado que integrantes del mundo afro, tocaban especialmente, la guitarra y ocasionalmente, la flauta dulce.-
Vale decir que en el Uruguay Rural de comienzos del 1900, imperaban piezas como : el Estilo (o Triste), la Cifra, la Milonga (que luego derivó en música bailable), la Vidalita, el Cielito, la Media Caña, el Pericón, el Tango, la Mazurca (luego Ranchera), la Polca, el Vals criollo, el Shotis, la Habanera, el Gato, la Chamarrita (llegada en las naves de los emigrantes azorianos a Río Grande del Sur), el Carangueijo, la Tirana y en las iglesias que contaban con armonium, se ejecutaba en los ritos fúnebres de las personas pudientes "El Tercio de Velorio" .-
También detecté que en esta zona, se bailaba una danza denominada "Los Lanceros" (testimonios de Ventura Robaina y de Belarmino Silvera Igarabide, que me contaron alguna vez que ellos habían participado en ese tipo de baile con parejas).-
Pero lo más común eran "Los Saraos" (importados desde Río Grande del Sur) donde algunos les llamaban "Bailes de medio pelo" y otros: "Bailes de cojinillo a la cintura".-
No por estas dos denominaciones, "Los Saraos" dejaron de ser bailes de respeto y de discresión, hechos en casas de familias pobres, pero dignas y honestas; aunque también huelga decir que como toda cosa, tenían sus excepciones, desde "raptos anunciados en el anca del caballo", "borracheras hasta caerse" y peleas "de facón en mano".-
En la casa de mis bisabuelos brasileros Manuel Germán Cuello y Virginia Das Neves (Cañada de la Manguera) a 5 kilómetros de Vergara, luego de pasar la necrópolis local, se hicieron muchos "Saraos" y de acuerdo a la tradición familiar jamás hubo un problema.-
Mi bisabuelo y mi bisabuela, tocaban la guitarra y cantaban y "Dona Viryinia"- como le decía el bisabuelo Cuello- escribía con impecable caligrafía para la época y muchos de los temas que cantaba, los dejó traducidos al papel y escritos en castellano.-
Les llegó el deterioro del tiempo y solo logré salvar una décima de un Estilo, denominado "Lamentos", que ella lo cantaba y se acompañaba con la guitarra.-
Investigué que dicha pieza folclórica fue escrita en 1890, por el payador uruguayo Juan De Nava, quien un día 23 de julio de 1884, en la ciudad de Montevideo y con la presencia del general Máximo Santos, en una cancha de pelota de la calle San José, le disputó la primera payada de contrapunto en el Uruguay, al moreno argentino Gabino Ezeiza, un mítico payador.-
Hay quienes cuentan, que esa payada duró 24 horas.....
Verdad o no, el autor de "Boulevard Sarandí", Milton Schinca, es uno de los tantos que dejó documentada la duración y la existencia, de ese famoso contrapunto.-
Transcribo textual el Estilo escrito por De Nava, que cantaba mi bisabuela: "Tiene en la naturaleza/ perfume el jardín ameno/ maravillas en su seno/ y el cielo la azul belleza./ La mar tiene su riqueza/ su estación la golondrina/ mi lira notas divinas/ y el firmamento tersura/ solo yo tengo amarguras/ y el alma llena de espinas"......
Por su parte, mi abuelo materno María Salomé ("Adramantino") y su hermano Basilicio Teófilo Cuello Das Neves, tocaban milongas y estilos en la guitarra, aprendidos de la mano de la madre y evocando a viejos payadores como: Juan Pedro López, Evaristo Barrios (argentino) y José Betinotti (argentino) dado que ya poseían "ortofónicas" (victrolas) y los escuchaban en los "discos de pasta".-
Se cuenta que el PRIMER PAYADOR, que anduvo por esta zona derrochando sus coplas por los boliches y pulperías de la comarca fue: ENERINO GUDE o BUDE, quien improvisaba solo.-
Viajaba a caballo. Amenizaba pencas, reuniones, bautizos, casamientos, etc. y hacía sus incursiones por el rancherío del "Rincón de Ramírez", donde una de las hermanas Cardozo-Viera, a quien conocí anciana ya y le apodaban "Pepa" (quizás se llamaba, Josefa), tocaba muy lindo la guitarra, cantaba y hacían bailes en el rancho de don Eladio Cardozo y de doña Longina Viera, en la Costa del Sarandí Grande.-
Cuentan que este payador tocaba bastante bien la guitarra, además cantaba tangos, pero entre la bohemia, la mala vida y el alcohol, le decretaron pronto, la sentencia de muerte.-
Ya para esa época, principios del 1900 comenzaban a destacarse valores como: Bonifacio Niz Jara (tío materno de mi padre de crianza) que ejecutaba: guitarra, acordeón de "dos hileras", bandoneón, violín y flauta dulce; su hermana: Laurentina Niz Jara (madre de mi padre de crianza) Juan Techera (un mestizo de guaraní a quien llamaban " El Indio Juan Chiquito"), Juan Concepción Rosas Larrosa, Justino Carbajal, Jacinta Viera de Muniz, Filomena Sequeira López y más jóvenes: José Casiano Bonilla, Domingo Olive "El Catalán", Eno Palermo Silvera, Pedro B. da Silva y Corina Muiño de Zuluaga; quienes en su mayoría ejecutaban la guitarra y algunos cantaban.-
Tampoco puedo omitir al Padre Miguel Lacroix Esain, que era amigo de los Padula y cuando venía a dar misa a Vergara desde 1907 hasta 1911, tocaba la guitarra, el acordeón de "dos hileras", cantaba y fue quien escribió EL PRIMER POEMA que se conoce al pueblo de Vergara y al arroyo Parao.-
En la Parroquia "San José Obrero" de Treinta y Tres, el Padre Lacroix, tocaba el armonium .-
(Fuentes: "El folklore musical uruguayo"- Lauro Ayestarán y archivos del autor).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 11 de noviembre del 2018.-