"JOHN LANGENUS....ENTRE EL REFERATO Y LAS CRÓNICAS DEPORTIVAS"....
John Langenus, a veces llamado "Jean" también, nació en Berchem (sur de Amberes-Bélgica) un día 8 de diciembre de 1891.-
Sus progenitores fueron gente pudiente, por eso en su vida logró una buena educación inicial, la que cultivó con el estudio de cinco idiomas y una incansable lectura, que lo convirtió en periodista y en escritor al final de su vida.-
De niño, comenzó a interesarse por el fútbol. Y tal vez porque no anduvo en la prácticas "de campito" o porque se lastimó el pie derecho en un encuentro de "hacha y tiza", abandonó la actividad y se dedicó a estudiar para cumplir su otro sueño: ser, árbitro de fútbol.-
El primer exámen que dio en su Amberes natal, lo perdió. Dado que le efectuaron dos preguntas a las cuales no pudo y/o no supo responder. Una de ellas, era qué ocurría si se estaba disputando un encuentro de fútbol y la pelota fortuitamente impactaba en un avión que venía a baja altura, cruzando por encima del field.....Y la restante, era que pasaba si en el trámite normal de un partido uno de los goleros abandonaba su puesto, se sentaba encima del travesaño y se negaba a bajarse del mismo.....
Pero no se desanimó, continuó estudiando, asesorándose con gente del fútbol y el próximo exámen para referee lo aprobó con el calificativo de excelente.-
A la vez que Langenus, trabajaba como jefe de gabinete del gobierno de Amberes y como periodista deportivo del diario alemán "Kicker" (donde comentaba los mismos encuentros que arbitraba) los fines de semana se dedicaba de lleno a su gran pasión.-
No le fue fácil, la tarea de dirigir desde adentro de una cancha.-
En sus inicios recibió agresiones verbales de toda clase y físicas, con objetos contundentes, pero el impasible belga, que medía 1 metro 0.90 de altura, que hablaba en castellano, inglés, italiano, francés y alemán, no se dejó intimidar y continuó tratando de dar lo mejor de sí.-
Otro día arbitrando un partido en Bruselas, para ser más estricto consigo mismo y con el tiempo a emplear, se colocó un cronómetro en cada una de sus muñecas. No obstante eso, cuando ingresó a la cancha, uno de los jugadores, le obsequió otro cronómetro (más moderno que los que llevaba puestos) y quedó tan despistado con el regalo, que dio el pitazo inicial sin haberse fijado en la hora de los cronómetros que tenía en ambos pulsos, y olvidándose por completo, de poner en funcionamento, él que diligentemente, el jugador, le había obsequiado.....
Con "ojo de buen cubero", fue llevando el partido y cuando calculó que habría llegado a los 45 minutos, dio por terminada la primera parte. Resopló con tranquilidad, cuando miró de reojos a la tribuna, a los líneas y a los jugadores y nadie, dijo una palabra.-
Corrió con mucha suerte; porque en el estadio, tampoco había un reloj público...
Fue designado para arbitrar en Colombes en 1928. Y le tocó dirigir Uruguay-Holanda, donde los celestes se impusieron por 2 a 0.-
Poco después, arbitró sin problemas, el partido de Italia y Egipto, quienes disputaban la medalla de bronce del torneo olímpico, imponiéndose la primera de las selecciones por el tanteador de : 11 a 3.-
La FIFA, lo nombró árbitro profesional y así llegó a Montevideo, en el año 1930.-
Junto a directivos del fútbol mundial, embarcó en Génova (Italia) en el vapor "Conte Verde" y en el arribó al puerto de Montevideo, para desarrollar sus dos tareas extras: el referato y el periodismo (informando al diario alemán, con rápidas crónicas a veces hasta elaboradas en el vestuario y cursadas al mismo por telégrafo o por teléfono- dependía del momento y de las circunstancias-).-
Langenus, que era soltero, pulcro, sobrio en el vestir y que toda su vida arbitral, usó el mismo silbato, dirigió dos encuentros deportivos (en uno de los cuales tuvo que pedir colaboración policial y entraron a caballo al campo de juego del Estadio Centenario) y como le gustaba mucho viajar, dejó Montevideo y se fue como un turista más, para conocer Buenos Aires....
El día antes de la final Uruguay-Argentina, alguien le dio la noticia en la capital porteña, de que había sido designado para arbitrar la final y que por lo tanto tenía que volverse a Montevideo en el primer barco disponible.-
Bastante asustado y sorprendido, el belga del metro noventa de estatura, que había logrado compenetrarse con lo reñida que iba a ser la final, a juzgar por cierta agresividad que pudo palpar en las hinchadas de uno y otro lado, se vino en el primer barco que encontró, incómodo y apretujado, pero como nadie lo conocía viajó totalmente de incógnito entre gran parte de la hinchada argentina.-
Al llegar al puerto de Montevideo, la Aduana, lo y los sometió a todos los ocupantes del barco a riguroso control, dado que se comentaba que no era difícil que entre ambas hinchadas hubiera gente que portara armas de fuego.-
Posteriormente el belga, salió de apuro a entrevistarse con el capitán del barco "Duilio" quien partía el mismo día de la final (30 de julio) para Europa. Pero qué pasaba?...Que el "Duilio", se iba para Europa a la hora 15 de ese próximo domingo. Y a la hora 15, estaba previsto que se iniciara el partido.-
Langenus, casi que le rogó al capitán del barco que lo esperara y éste (quizás con algunos dólares de por medio en la mano) asintió por último a esperar que terminara el partido.-
En la mañana del domingo, el belga, tuvo que esperar la autorización expresa de las autoridades de su país natal, para que pudiera dirigir el encuentro y luego de sufrir nervios de toda clase, por fin lo autorizaron a la hora 13 de ese día.-
Por último pidió precauciones muy especiales a las autoridades de FIFA.-
Dos horas después, el referee y sus líneas, se encontraban en el campo de juego del Centenario para dar comienzo al esperado encuentro.-
Por lo menos 90.000 personas se movían como un gigantesco enjambre en las tribunas, ovacionando sus equipos, mientras que cerca de 100 policías, estaban solo afectados al cuidado de la terna arbitral.-
El belga, vestía camisa blanca, corbata negra, con rayas blancas y saco color negro. Pantalón de golfista de igual color, medias negras que le llegaban a las rodillas, botines de fútbol y una gorra de visera, para protegerse del sol imperante.-
Llegó el capitán argentino Manuel "Nolo" Ferreira (quien era estudiante de Medicina) queriendo imponer lo de jugar con la pelota que traían ellos....Llegó "El Mariscal" Nasazzi, queriendo imponer, lo contrario...
Entonces el belga, que era reconocido en las canchas por dialogar y entenderse con los jugadores, pensó un instante y decretó lo siguiente: El primer tiempo se jugaba con la pelota de los argentinos....El segundo tiempo, se jugaba con la pelota de los uruguayos....
Todos de acuerdo y callados, escucharon los himnos nacionales y él, dio el retumbante pitazo inicial....
A los 12 minutos, Dorado, le clavó semejante tiro en la red al portero argentino Juan Botasso y el estadio, pareció que se levantaba en vilo.-
Poco después, empató Carlos Peucelle y a los 20 minutos, Guillermo Stábile, decreto el segundo para Argentina.-
"El Mariscal" Nasazzi se le fue por arriba a Langenus, argumentando que había posición adelantada del jugador argentino, pero el belga ya dueño y señor de la situación, miró al línea y ante el asentimiento del mismo, impasible, marcó el centro de la cancha y a otra cosa.-
A los 57 minutos de juego, Pedro Cea "El Vasco", empató el partido con un tremendo "balinazo" y a los 68 minutos, Victoriano Santos Iriarte "El Canario", colocó el tercero en la red, para Uruguay.-
El estadio hervía como un tremendo caldero. Los hinchas argentinos aun esperaban un empate de su equipo, pero, tuvieron la mala estrella de que Héctor Castro "El Manco", el infalible centro delantero de la selección uruguaya, conectó un cabezazo letal y a pesar de que Botasso se estiró todo lo que pudo, jamás, llegó a tocar la pelota.-
Explotó el Centenario y los argentinos, comenzaron a levantarse y a irse en silencio, rendidos y cabizbajos....
Langenus, aun vivía para contarlo y todavía no había perdido el control del partido.-
Vino el pitazo final y tras él, enronquecieron las gargantas, los brazos se elevaron al cielo y el pabellón de la Patria, subió hasta la parte más alta de la "Torre de los Olímpicos"....
Langenus, supo todo eso después, porque le contaron; dado que él, apenas dio el pitazo final, se fue a la carrera al vestuario, se cambió de ropas como pudo y salió "echando" rumbo al puerto de Montevideo.-
Mientras las voces coreaban: URUGUAYYYY NOMÁAA.... se comenta que el referee, terminó el partido 6 minutos antes de los 90, porque ya no soportaba más la tensión del Estadio y temía que los jugadores y las hinchadas se enfrentaran en un batalla campal.-
Nada de eso sucedió por la pronta diligencia de la Policía y del Ejército que reforzaban el orden y estaban atentos a cualquier desatino.-
Sin embargo John Langenus, ascendió al "Duilio" y se encerró en su camarote. Salió de allí, solo para enviar sus crónicas al diario alemán y luego para cenar.-
Una espesa niebla se cernía sobre Montevideo y el puerto, había quedado clausurado para la salida y llegada de barcos.-
Recién al otro día el vapor "Duilio", pudo levar anclas y partir hacia Europa.-
A la semana y ya en su casa de Amberes, Langenus, se enteró por los diarios de la tensión que había entre uruguayos y argentinos (donde en Buenos Aires estuvieron a punto de invadir la embajada uruguaya) aunque él, conservó para sí, la íntima satisfacción de que había arbitrado con total honestidad.-
En los mundiales de 1934 y 1938, volvió a arbitrar algunos partidos y ahí sí, se retiró definitamente del referato.-
Siguió como cronista deportivo y con su trabajo de jefe de gabinete de la gobernación de Amberes.-
Falleció en este último lugar, el día 1ero de octubre de 1952.-
De pronto tuvo tiempo de enterarse de que la noche antes a la final de 1930, espías de Benito Mussolini, lo visitaron al jugador argentino Luis Monti, apodado "Doble ancho" y lo amenazaron de muerte a él y a su familia, de que Argentina fuera a ganar el Campeonato.-
Fernando Paternoster (back izquierdo argentino) en el intervalo que precedía al segundo tiempo, conminó a sus compañeros a perder la final "porque de aquí adentro no salimos vivos" y Francisco Varallo ( entrealas derecho, argentino) que falleció el 30 agosto del 2010 a los cien años de edad, comentó "que los uruguayos nos hicieron la guerra desde que llegamos.....Por las noches no nos dejaban dormir y en los entrenamientos, nos insultaban".....
John Langenus, a veces llamado "Jean" también, nació en Berchem (sur de Amberes-Bélgica) un día 8 de diciembre de 1891.-
Sus progenitores fueron gente pudiente, por eso en su vida logró una buena educación inicial, la que cultivó con el estudio de cinco idiomas y una incansable lectura, que lo convirtió en periodista y en escritor al final de su vida.-
De niño, comenzó a interesarse por el fútbol. Y tal vez porque no anduvo en la prácticas "de campito" o porque se lastimó el pie derecho en un encuentro de "hacha y tiza", abandonó la actividad y se dedicó a estudiar para cumplir su otro sueño: ser, árbitro de fútbol.-
El primer exámen que dio en su Amberes natal, lo perdió. Dado que le efectuaron dos preguntas a las cuales no pudo y/o no supo responder. Una de ellas, era qué ocurría si se estaba disputando un encuentro de fútbol y la pelota fortuitamente impactaba en un avión que venía a baja altura, cruzando por encima del field.....Y la restante, era que pasaba si en el trámite normal de un partido uno de los goleros abandonaba su puesto, se sentaba encima del travesaño y se negaba a bajarse del mismo.....
Pero no se desanimó, continuó estudiando, asesorándose con gente del fútbol y el próximo exámen para referee lo aprobó con el calificativo de excelente.-
A la vez que Langenus, trabajaba como jefe de gabinete del gobierno de Amberes y como periodista deportivo del diario alemán "Kicker" (donde comentaba los mismos encuentros que arbitraba) los fines de semana se dedicaba de lleno a su gran pasión.-
No le fue fácil, la tarea de dirigir desde adentro de una cancha.-
En sus inicios recibió agresiones verbales de toda clase y físicas, con objetos contundentes, pero el impasible belga, que medía 1 metro 0.90 de altura, que hablaba en castellano, inglés, italiano, francés y alemán, no se dejó intimidar y continuó tratando de dar lo mejor de sí.-
Otro día arbitrando un partido en Bruselas, para ser más estricto consigo mismo y con el tiempo a emplear, se colocó un cronómetro en cada una de sus muñecas. No obstante eso, cuando ingresó a la cancha, uno de los jugadores, le obsequió otro cronómetro (más moderno que los que llevaba puestos) y quedó tan despistado con el regalo, que dio el pitazo inicial sin haberse fijado en la hora de los cronómetros que tenía en ambos pulsos, y olvidándose por completo, de poner en funcionamento, él que diligentemente, el jugador, le había obsequiado.....
Con "ojo de buen cubero", fue llevando el partido y cuando calculó que habría llegado a los 45 minutos, dio por terminada la primera parte. Resopló con tranquilidad, cuando miró de reojos a la tribuna, a los líneas y a los jugadores y nadie, dijo una palabra.-
Corrió con mucha suerte; porque en el estadio, tampoco había un reloj público...
Fue designado para arbitrar en Colombes en 1928. Y le tocó dirigir Uruguay-Holanda, donde los celestes se impusieron por 2 a 0.-
Poco después, arbitró sin problemas, el partido de Italia y Egipto, quienes disputaban la medalla de bronce del torneo olímpico, imponiéndose la primera de las selecciones por el tanteador de : 11 a 3.-
La FIFA, lo nombró árbitro profesional y así llegó a Montevideo, en el año 1930.-
Junto a directivos del fútbol mundial, embarcó en Génova (Italia) en el vapor "Conte Verde" y en el arribó al puerto de Montevideo, para desarrollar sus dos tareas extras: el referato y el periodismo (informando al diario alemán, con rápidas crónicas a veces hasta elaboradas en el vestuario y cursadas al mismo por telégrafo o por teléfono- dependía del momento y de las circunstancias-).-
Langenus, que era soltero, pulcro, sobrio en el vestir y que toda su vida arbitral, usó el mismo silbato, dirigió dos encuentros deportivos (en uno de los cuales tuvo que pedir colaboración policial y entraron a caballo al campo de juego del Estadio Centenario) y como le gustaba mucho viajar, dejó Montevideo y se fue como un turista más, para conocer Buenos Aires....
El día antes de la final Uruguay-Argentina, alguien le dio la noticia en la capital porteña, de que había sido designado para arbitrar la final y que por lo tanto tenía que volverse a Montevideo en el primer barco disponible.-
Bastante asustado y sorprendido, el belga del metro noventa de estatura, que había logrado compenetrarse con lo reñida que iba a ser la final, a juzgar por cierta agresividad que pudo palpar en las hinchadas de uno y otro lado, se vino en el primer barco que encontró, incómodo y apretujado, pero como nadie lo conocía viajó totalmente de incógnito entre gran parte de la hinchada argentina.-
Al llegar al puerto de Montevideo, la Aduana, lo y los sometió a todos los ocupantes del barco a riguroso control, dado que se comentaba que no era difícil que entre ambas hinchadas hubiera gente que portara armas de fuego.-
Posteriormente el belga, salió de apuro a entrevistarse con el capitán del barco "Duilio" quien partía el mismo día de la final (30 de julio) para Europa. Pero qué pasaba?...Que el "Duilio", se iba para Europa a la hora 15 de ese próximo domingo. Y a la hora 15, estaba previsto que se iniciara el partido.-
Langenus, casi que le rogó al capitán del barco que lo esperara y éste (quizás con algunos dólares de por medio en la mano) asintió por último a esperar que terminara el partido.-
En la mañana del domingo, el belga, tuvo que esperar la autorización expresa de las autoridades de su país natal, para que pudiera dirigir el encuentro y luego de sufrir nervios de toda clase, por fin lo autorizaron a la hora 13 de ese día.-
Por último pidió precauciones muy especiales a las autoridades de FIFA.-
Dos horas después, el referee y sus líneas, se encontraban en el campo de juego del Centenario para dar comienzo al esperado encuentro.-
Por lo menos 90.000 personas se movían como un gigantesco enjambre en las tribunas, ovacionando sus equipos, mientras que cerca de 100 policías, estaban solo afectados al cuidado de la terna arbitral.-
El belga, vestía camisa blanca, corbata negra, con rayas blancas y saco color negro. Pantalón de golfista de igual color, medias negras que le llegaban a las rodillas, botines de fútbol y una gorra de visera, para protegerse del sol imperante.-
Llegó el capitán argentino Manuel "Nolo" Ferreira (quien era estudiante de Medicina) queriendo imponer lo de jugar con la pelota que traían ellos....Llegó "El Mariscal" Nasazzi, queriendo imponer, lo contrario...
Entonces el belga, que era reconocido en las canchas por dialogar y entenderse con los jugadores, pensó un instante y decretó lo siguiente: El primer tiempo se jugaba con la pelota de los argentinos....El segundo tiempo, se jugaba con la pelota de los uruguayos....
Todos de acuerdo y callados, escucharon los himnos nacionales y él, dio el retumbante pitazo inicial....
A los 12 minutos, Dorado, le clavó semejante tiro en la red al portero argentino Juan Botasso y el estadio, pareció que se levantaba en vilo.-
Poco después, empató Carlos Peucelle y a los 20 minutos, Guillermo Stábile, decreto el segundo para Argentina.-
"El Mariscal" Nasazzi se le fue por arriba a Langenus, argumentando que había posición adelantada del jugador argentino, pero el belga ya dueño y señor de la situación, miró al línea y ante el asentimiento del mismo, impasible, marcó el centro de la cancha y a otra cosa.-
A los 57 minutos de juego, Pedro Cea "El Vasco", empató el partido con un tremendo "balinazo" y a los 68 minutos, Victoriano Santos Iriarte "El Canario", colocó el tercero en la red, para Uruguay.-
El estadio hervía como un tremendo caldero. Los hinchas argentinos aun esperaban un empate de su equipo, pero, tuvieron la mala estrella de que Héctor Castro "El Manco", el infalible centro delantero de la selección uruguaya, conectó un cabezazo letal y a pesar de que Botasso se estiró todo lo que pudo, jamás, llegó a tocar la pelota.-
Explotó el Centenario y los argentinos, comenzaron a levantarse y a irse en silencio, rendidos y cabizbajos....
Langenus, aun vivía para contarlo y todavía no había perdido el control del partido.-
Vino el pitazo final y tras él, enronquecieron las gargantas, los brazos se elevaron al cielo y el pabellón de la Patria, subió hasta la parte más alta de la "Torre de los Olímpicos"....
Langenus, supo todo eso después, porque le contaron; dado que él, apenas dio el pitazo final, se fue a la carrera al vestuario, se cambió de ropas como pudo y salió "echando" rumbo al puerto de Montevideo.-
Mientras las voces coreaban: URUGUAYYYY NOMÁAA.... se comenta que el referee, terminó el partido 6 minutos antes de los 90, porque ya no soportaba más la tensión del Estadio y temía que los jugadores y las hinchadas se enfrentaran en un batalla campal.-
Nada de eso sucedió por la pronta diligencia de la Policía y del Ejército que reforzaban el orden y estaban atentos a cualquier desatino.-
Sin embargo John Langenus, ascendió al "Duilio" y se encerró en su camarote. Salió de allí, solo para enviar sus crónicas al diario alemán y luego para cenar.-
Una espesa niebla se cernía sobre Montevideo y el puerto, había quedado clausurado para la salida y llegada de barcos.-
Recién al otro día el vapor "Duilio", pudo levar anclas y partir hacia Europa.-
A la semana y ya en su casa de Amberes, Langenus, se enteró por los diarios de la tensión que había entre uruguayos y argentinos (donde en Buenos Aires estuvieron a punto de invadir la embajada uruguaya) aunque él, conservó para sí, la íntima satisfacción de que había arbitrado con total honestidad.-
En los mundiales de 1934 y 1938, volvió a arbitrar algunos partidos y ahí sí, se retiró definitamente del referato.-
Siguió como cronista deportivo y con su trabajo de jefe de gabinete de la gobernación de Amberes.-
Falleció en este último lugar, el día 1ero de octubre de 1952.-
De pronto tuvo tiempo de enterarse de que la noche antes a la final de 1930, espías de Benito Mussolini, lo visitaron al jugador argentino Luis Monti, apodado "Doble ancho" y lo amenazaron de muerte a él y a su familia, de que Argentina fuera a ganar el Campeonato.-
Fernando Paternoster (back izquierdo argentino) en el intervalo que precedía al segundo tiempo, conminó a sus compañeros a perder la final "porque de aquí adentro no salimos vivos" y Francisco Varallo ( entrealas derecho, argentino) que falleció el 30 agosto del 2010 a los cien años de edad, comentó "que los uruguayos nos hicieron la guerra desde que llegamos.....Por las noches no nos dejaban dormir y en los entrenamientos, nos insultaban".....
(Fuentes y fotos, tomadas de Internet).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 15 de octubre del 2018.-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 15 de octubre del 2018.-
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