En estos días de diciembre, cuando volvemos los ojos a la historia e irremediablemente nos encontramos con el "Sitio de Paysandú", también es dable recordar a aquellas abnegadas mujeres, sanduceras o no, que no quisieron abandonar a los sitiados y que prestaron sus auxilios, como: cocineras, enfermeras, alcanzando municiones en los distintos cantones, preparando fósforos cuando escasearon los fulminantes, alcanzando baldes con agua para que los combatientes mitigaran la sed, compartiendo un mate, en la tregua de las trincheras y hasta, ayudando a morir a los heridos graves, fingiendo una sonrisa en el rostro, mientras los labios musitaban una oración a Dios y una lágrima se asomaba tímida, tratando de empañar el espejo refulgente de la pupila.-
Del libro "El silencio y la voz" de Aníbal Barrios Pintos, se extrae el nombre de algunas valerosas y abnegadas mujeres, que no quisieron irse para la "Isla de la Caridad", porque querían cuidar de la guarnición defensora de la ley, más allá de que en la misma, estuvieran sus propios esposos, hijos y /o demás familares.-
Algunas de estas mujeres, ya habían soportado el "Sitio de Paysandú" de 1846 y habían visto morir a sus familiares más próximos.-
Si el General Leandro Gómez y sus fieles y valientes soldados, se merecieron el bronce de la memoria eterna que vive en las palabra escrita; también, estas mujeres, se merecen el mismo homenaje, aunque algunas de ellas, fueron sepultadas por el anonimato.-
Acá están: Rosa Rey Olaguibe de González, esposa del Sgto. Mayor Torcuato González, madre de Rosa (que también ayudó en esos momentos) y de los combatientes: Manuel y Exequiel González Olaguibe. Ella, era montevideana y al final del sitio, se presentó ante el General Venancio Flores, para pedirle la libertad de los prisioneros (donde estaban su esposo y sus dos hijos) petición que fue concedida.-
Josefa Catalá de Ribero (hija del pedagogo español Catalá y Codina) y esposa del Comandante Pedro Ribero, muerto, casi al final del sitio.-
Juana González de Aberastury, bonaerense, sobreviviente del "Sitio de 1846", donde fue asesinado su esposo el Teniente Eugenio Aberastury, por las tropas al mando del General Fructuoso Rivera, en la puerta de su misma casa y luego de haberse rendido.-
Manuela Marote de Raña, correntina, esposa del extinto Comandante José María Raña, hermana del combatiente Abelardo Marote y madre del también combatiente Emilio Raña, herido de muerte en las postrimerías de 1864.-
Esta señora, en 1846, había tenido un Hospital de Sangre, en su casa y en 1858, presidió la "Sociedad Filantrópica de Señoras".-
Isabel Abreu de Merentiel, montevideana, esposa del artista francés Calixto Merentiel, que fue defensor de Paysandú en el sitio de 1846. Esta señora, fue quien cuidó hasta sus últimos momentos de vida, al General Lucas Píriz, en la casa del Sr. Marcos Meslier, residencia para donde se había trasladado la familia.-
Rafaela Francia de Ribero, oriental, esposa del brasilero Maximiano Ribero de Almeida, madre de: Adelina Ribero de Aberastury (también presente en la emergencia) y de los combatientes: Pedro, Máximo, Atanasio, Orlando y Rafael Ribero Francia.-
Ya dije, que Pedro (que era masón) fue muerto en las postrimerías del sitio en 1864 y en el patio de la casa de Maximiano Ribero de Almeida, fue donde se produjo el fusilamiento de Gómez, de Braga, de Acuña y de Federico Fernández (que era un artillero, afiliado al Partido Colorado).-
También estaban dentro del recinto fortificado, las Sras. Estefanía Villar de Vila (esposa del Coronel Laudelino Cortés) Dolores Gordon de Mongrell (esposa del Dr. Vicente Mongrell- médico personal de Leandro Gómez y de la guarnición de Paysandú) Etelvina Ribero de Llantada , sanducera, junto a su madre doña Rafaela Francia y María Correa Torigall, brasilera, quien a pesar de que su esposo combatía en el ejército de los sitiadores, ella, optó, por prestar servicios en el Hospital de Sangre, ayudada por la viuda del Dr. Sebastián Berenchel (médico en la "Guerra Grande") y de la cual no se ha podido obtener nombre.-
Tampoco se puede omitir, a la Srta.
Magdalena Pons (hermana del combatiente Rafael Pons, que vino a morir en la "Batalla de Tres Árboles" el 17 de marzo de 1897) quien burlando a los sitiadores,
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Sra. Manuela Marote de Raña |
pasó oculta en su falda, una carta del gobierno nacional para el General Leandro Gómez, la noche del 12 de diciembre de 1864.-
Magdalena Feijoo de Braga, bonaerense, madre de los combatientes: Eduardo, Antonio y Casimiro Braga Feijoo, quien a pesar de haberse ido para la "Isla de la Caridad", todos los días, iba hasta la plaza de Paysandú, para ver a sus hijos.-
Delmira, hija de esclavos, quien estuvo hasta el final del sitio e intercedió ante las fuerzas del General Flores, para que no quemaran casas (lográndolo, en algunas oportunidades) y pidiendo por la vida de otras mujeres anónimas, que también habían quedado en la plaza sitiada.-
Ana María del Carmen Morales Correa de Correa, nacida en San Carlos (Maldonado) esposa de Carlos Teodoro Correa Gutiérrez, también de la misma oriundez, quien fue intimidada a abandonar la plaza para la "Isla de la Caridad". Ella, era sobreviviente del sitio de 1846, donde vio morir a su hijo Federico, de 17 años de edad.-
Cabe consignar que Ana Morales Correa de Correa, fue una de las hermanas Morales-Correa, que el 24 de abril de 1835, vendieron campos en los aledaños de la ciudad de Vergara (Treinta y Tres) para el también "carolino" José De Castro Vergara (padre de "Juca Vergara") nuestro fundador.-
Esta señora, ya viuda, falleció en Paysandú, el día 5 de febrero de 1858.-
Manuela Marote de Raña, luego de perder a su único hijo Emilio Raña, quien murió dos días después de terminado el sitio, a causa de las heridas recibidas; se fue definitivamente para la Argentina.-
Jorge Muniz.-
Vergara, 21 de diciembre del 2022
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