jueves, 15 de diciembre de 2016






                  UN  VIAJE  FUGAZ  POR  LOS  PAISAJES  DE  LA  MEMORIA…..

El sol de diciembre, cae a plomo sobre nuestras cabezas, en este recóndito paraje del “Rincón de Ramírez” (Tercera Sección policial y judicial, del Departamento de Treinta y Tres).-
El aire está bastante pesado y pululan por doquier los “bichitos alados” de la temporada estival.-
Hay un enorme plantío de eucaliptos y entre ellos, de la variedad conocida por “naranjos”, que tienen la corteza color marrón y ella, es un poco más consistente que la de los comunes.-
Ese plantío de eucaliptos se extiende por varias cuadras, costea la calle que viene de la Bomba 2 del Arrozal “33” y sigue su derrotero, hasta morir en la orilla misma del arroyo Sarandí Grande.-
La proyección de la sombra es amplia, tiene vigor estructural y es muy generosa con los cansados de las distancias y de los horizontes infinitos.-
Luisa Marín y José Francisco Larrosa Silva
Llegué al lugar en moto, sorteando obstáculos naturales que hay en el paisaje de las arroceras y transitando caminos de tierra sobre la llanada.-
Fui en compañía del amigo y baqueano de la zona, Juan Carlos Torres, quien conoce el paraje “como las palmas agrietadas de sus manos”….
Fue empleado de la estancia en tiempos de Dermeval Freire y luego por muchos años hasta que se jubiló, empleado de la Empresa Arrozal33” S.A. y por ende, residente en el pueblito de la misma.-
Enfrentamos, lo que una vez fue la portera principal de ingreso y sin más rodeos (con el pastizal por las rodillas) y equilibrando el cuerpo en la tierra desnivelada, penetramos al predio donde fue el casco de estancia, señorial, antiguo y renombrado, de Toribio Larrosa Marín.-
Coincidencia o no, con un rancio linaje que nació en Aragón (España) y que para algunos estudiosos de la Genealogía, se formó aglutinando el “De la Rosa” y para otros, derivaría de “Arro-sa” con oriundez de vascos.-
Lo real del caso- casualidad o no- es que en 1740 probó su nobleza el caballero infanzón Toribio Larrosa, nacido en Remolinos (Zaragoza- España).-
Escudo de la Familia Larrosa
Actualmente, el enorme caserón de paredes de ladrillos “de campo”, asentados en barro, puertas de madera rústica, una ventana con rejas de hierro, baranda con pisos de ladrillos, techo de zinc inglés y la típica impronta de los albañiles italianos, está abandonado.-
Se nota a primera vista y sin conocimiento previo, que a lo largo de los años y en base a distintos dueños que ha tenido, no se hicieron esperar las modificaciones en su estructura.-
El caserón, pertenece a la firma “Gigena Hnos.”, aunque desde hace varios años, el campo, lo arrienda para el cultivo de arroz, la Empresa Arrozal33” S.A.-
Su construcción data de antes de 1900, quizá, de los finales de la década de 1880.-
Está ubicado en dirección Oeste-Este, con el frente hacia el Sur y el fondo con aljibe y baranda, hacia el Norte, a unos cuatro kilómetros del Arroyo “Sarandí Grande” y a unos cinco, del Arrozal “El Tigre” (antigua estancia de José Bagnasco), ubicado del otro lado del arroyo.-
Desde allí, puede verse claramente el establecimiento de campo de Benito Dionisio Casariego Rosas (antigua estancia de Conrado Silvera); la estancia que fuera de Galdós Ugarte y la reductora de UTE, ubicada próxima al arrozal antes aludido.-
No existen los galpones que se dice que había en la época de esplendor de la casona y el baño de ovejas, ubicado al Sur de la misma, está casi que destruido, solo unos pequeños fragmentos de hormigón, le sobreviven.-
Sin embargo tañe la campana de los tiempos, convoca la historia de la comarca y entonces, hacia ella me desplazo, con los elementos que obran en mi poder.-


                                       UN  HOMBRE  Y  SU  TIEMPO
Esta casona que tengo enfrente a mí, se levantó en campos que un día 13 de julio de 1863 y otro día 21 de agosto del mismo año, José Francisco Larrosa , en sociedad con el brasilero Honório Luíz da Silva, adquirieron al reconocido hacendado Juan Pedro Ramírez Carrasco, único hijo varón, antes apoderado y para esa época uno de los herederos del andaluz José Ramírez Pérez, quien otorgó su primer apellido, para que la historia del “Rincón” homónimo lo retuviera para siempre.-
Es de acotar que José Ramírez Pérez, habría fallecido en el año 1847 (para el genealogista Ricardo Goldaracena) o en 1830 (para Real de Azúa), siendo su cuerpo, trasladado a “Valverde del Camino” (Provincia de Huelva- Reino de España), donde por voluntad testamentaria descansa en una ermita del lugar, amortajado con hábito de franciscano, mientras que frente a su tumba, arde sin descanso, una luz perpetua.-
La primera adquisición de los socios (el día 13 de julio) fue de: “5 suertes de estancia”- equivalentes a. 9.961 hectáreas, comprendidas entre el Sarandí Grande (al Norte), campos de Ramírez (Oeste y Sur) y Laguna Merín (al Este), mientras que la segunda adquisición (el día 21 de agosto del mismo año) fue de: “6 suertes de estancia”, equivalentes a: 12.723 hectáreas, comprendidas entre “La Pastoril”, Arroyo Ayala y Laguna Merín.-
O sea que resumiendo números, los socios Larrosa y da Silva, terminaron comprándole a Ramírez, la cantidad de: “11 suertes de estancia”- equivalentes a: 22.684 hectáreas de campo.-
Según el Profesor José Rosas Larrosa-nieto materno de don José Francisco- en su libro “Narraciones de Patriarcas Orientales”, explica que la superficie del campo adquirido a Ramírez, eran: “16.000 cuadras cuadradas”.-
Posteriormente, Larrosa, edificó una casona bastante cerca de la desembocadura del Sarandí Grande en la Laguna Merín, donde comenzó una nueva vida junto a su esposa y a dos hijos chicos que traía; mientras que Honório Luíz da Silva, se asentaba con su familia en otra casa, ubicada en la margen izquierda del Arroyo Ayala, no muy lejos de donde hoy está la central del Arrozal “33 S.A. y en el paraje conocido por “El Villegas”, dado que años después ocupó casa y campos, el Dr. Joaquín Villegas Suárez (de profesión veterinario).-
En base a que Honório había tenido “charqueada” desde varios años atrás, en la costa del río Yaguarón, cerca de donde hoy se levanta la ciudad de Río Branco; ambos socios comenzaron con ganadería y su respectiva “charqueada” en el Sarandí Grande, anexando, comercio de ramos generales en la casona de Larrosa y barcos propios que navegaban por la Laguna llevando productos para el saladero de Francisco Truebas o de Truebas, que desde 1852, ya existía en “Pueblo Arredondo” (hoy, ciudad de Río Branco).-
Se cuenta que la grasa, la almacenaban en los “mondongos” de los bovinos faenados y la traían para la estancia, pesando cada uno de ellos unos 36 kilogramos, aproximadamente.-
A su retorno del saladero de Truebas, los barcos, traían insumos varios, como: azúcar, yerba, café, prendas de vestir, perfumes, lozas de uso doméstico y otros insumos más rústicos, como: tanques  de hierro o de bronce, ruedas para carros, ruedas para carretas, ejes para ambos vehículos, tablones de roble, etc.
Aprovecharon un momento en el cual, Juan Pedro Ramírez había clausurado en 1862, la factoría de su propiedad que se ubicaba 6 kilómetros al Sudeste de La Catumbera (según Eduardo Joanicó Otorgués) y tenía la mira puesta en la crianza de ovinos, hecho pautado y avalado por el gobierno del Dr. Bernardo Prudencio Berro.-
José Francisco Larrosa, mientras se ocupaba de todos estos negocios, trajo un maestro español para que enseñara a leer y a escribir a sus hijos, agrandó su familia, crió ovinos “Ramboulliet” en sociedad con Juan Pedro Ramírez, empleó gente e hizo plantar cuarenta cuadras de maíz para darle de comer a los cerdos, además de árboles frutales, viñedos, naranjas, membrillos y designó a Pedro Posada Larrosa (que luego sería su yerno- esposo de Celia-) como encargado del llamado “Potrero de los Toros”, que quedaba cerca de “El Perdiz” en la Laguna Merín.-
Fue éste, quien mató un enorme yaguareté (“tigre americano”) de los tantos que pululaban por la zona, escondidos y prontos para atacar a personas o animales, desde la espesura de los montes. Se comenta que fue el último que vieron en la zona y que habría sido en las proximidades del Arroyo Sarandí Grande, no muy lejos del Arrozal “El Tigre”.-
Posteriormente, la cabeza y el cuero de ese felino (que algunos dicen que era una hembra), fueron regalados a Plácido Rosas Cavero, que andando el tiempo, también, se constituyó en yerno, de los esposos Larrosa-Marín, tras casarse con Luisa Juana.-
Juan Pedro Ramírez Carrasco
Gran estanciero y criador de ovinos
socio de José Francisco Larrosa Silva
En el año 1871, el irlandés Michael G. Mulhall, un periodista, escritor y estadígrafo, gran criador de ovinos, con campos y haciendas en San Blas (República Argentina) que recorrió a caballo y en carruaje el “Rincón de Ramírez”, escribió en una parte de su libro de viajes: “José Francisco Larrosa, tiene una buena familia….11 leguas de tierra buena…cerdos, carneros “Ramboulliet” son famosos en esta parte del país, que posee en sociedad con Ramírez”….
En el año 1890, tras la muerte del brasilero Honório Luíz da Silva, expiró la sociedad y los sucesores de éste, venden a Larrosa, la tierra que les correspondió, abandonan la casa, compran tierras en el Brasil y se dirigen a ocuparlas.-
De ahí en más toda la heredad de “11 suertes de estancia” o “22.684 hectáreas, más el saladero que funcionaría hasta 1900 aproximadamente, quedaron en poder de un único dueño, de: José Francisco Larrosa Silva, el patriarca del apellido con más descendientes, en el “Rincón de Ramírez”.-
A la fecha de este informe, sus datos biográficos no son para nada abundantes, ni se conoce en que circunstancias llegó al “Rincón de Ramírez”, pero de acuerdo a los estudios genealógicos del colega historiador John Medina Silveira; Larrosa, había nacido en “Pan de Azúcar”- Departamento de Maldonado- en el año 1822 y era hijo de los esposos: Ramón Larrosa y Manuela Rufina Silva Borrego.-
En el año 1848, se casó con Luisa Marín (apellido de Cerro Largo), con la cual procreó 13 hijos entre varones y mujeres: Carlos; Pedro Francisco; Prudencio; Loreta Emilia; Luisa Juana; Toribio; Taurino; María Teresa; Ángel; Aurita; “Pepa”; Celia y Luisa Braulia.-
No se conoce su fecha de fallecimiento, sí, la de su esposa Luisa Marín, quien falleció en 1898 y está sepultada en el panteón familiar del cementerio de “Garao” (Departamento de Cerro Largo).-


Toribio Larrosa Marín y Albertina Portella Viaut.-

 LA  ESTANCIA  DE  TORIBIO  LARROSA  MARÍN
Como lo expresé anteriormente, es la casona o el caserón, que tengo frente a mí, en este viaje que a la postre nos insumiría 90 kilómetros de marcha, partiendo desde mi domicilio particular y arribando al mismo, en la ciudad de Vergara.-
Toribio Larrosa Marín, fue el sexto hijo de los esposos: José Francisco Larrosa Silva y Luisa Marín y se casó con Albertina Portella Viaut.-
Ordenó la construcción de la casona en campos heredados de sus progenitores y se dedicó al comercio, a la ganadería, a las carreras de caballos y a militar con fuerte ascendencia en filas del Partido Colorado.-
Procreó 13 hijos: Toribio; Carlos (que luego fue Escribano); Alberto Bolívar (que fue Médico-Pediatra); Luis (que fue Rematador Público y acopiador de Frutos del País); Mario (que fue Comisario de Policía y el que llevó preso a José Saravia cuando el famoso “Crimen de la Ternera”); José; Aelia; Clotilde; Albertina Alejandrina; Iracema y “Nenucha”.-
La estancia de Toribio Larrosa Marín, actualmente
También se preocupó de la plantación de frutales (al igual que su padre) y en 1894, trajo a don Nereo Aguilera (quien ejercía como Maestro de Escuela sin poseer título habilitante) para que enseñara a leer y a escribir a la gente de la zona y logró que en su casa se instalara la Escuela Nro. 16 y llegara el “correo de campaña” (P-52), instituido como “Arroyo Zapata”.-
En abril del año 1917, Toribio Larrosa Marín, adquirió en Treinta y Tres, un auto Ford, de 12 caballos de fuerza, hizo pasar un telegrama a Vergara, para que lo fueran a esperar a la “Cruz Alta” y llegó pasado el mediodía entre el asombro, los aplausos y la gritería de la gente, con su chófer personal, Sr. Mercedes Rodriguez.-
Fue el segundo auto, que pisó las calles de Vergara y el primero en ser empadronado con el número 719 en el Concejo Auxiliar del pueblo.- (Archivo escrito del Escribano José Luis Cuello).-
Se cuenta que en el año 1919, arribó a esta estancia del Sarandí Grande, en avión privado, don “Pepe” Batlle, para quien el dueño de casa había mandado fabricar unos cubiertos especiales (dicen que bañados en oro) y para la ocasión, se carnearon y se asaron 10 vaquillonas, con la concurrencia de toda la vecindad habida y por haber.-
La estancia en la década de 1940
En esa oportunidad, Toribio Larrosa Marín, se dio el gusto de volar en avión y llegar conjuntamente con el piloto, hasta la “Cruz Alta” en Vergara (proximidades del liceo “Dr. Braulio Lago Miraballes”) siendo según la tradición oral, el primer “pájaro mecánico” que posó su marcha sobre la tierra vergarense, con el consiguiente amontonamiento y comentario de “los mirones”.-
Es conocida la anécdota y circuló su tiempo en bocas de familiares, de que cuando remontaron vuelo desde la estancia, el sombrero de don Toribio, también “remontó vuelo”, pero al final del caso, no quiso llegar a Vergara y decidió quedar en campos del establecimiento…
También circula en bocas de algunos de sus descendientes que el pintor Pedro Figari (reconocido militante del Partido Colorado), también habría visitado esta estancia y la llamada “Estancia Vieja” de José Francisco Larrosa, y que sus edificios, árboles y gentes le sirvieron de motivo, para pintar algunos de sus coloridos cuadros, que evocan “cielitos” y “pericones” de lejanas reminiscencias.-
Tampoco se conoce fecha de fallecimiento ni de Larrosa ni de su esposa Albertina Portella.-

                                      “EL  PUEBLITO  DE  PADULA”
En la década de 1920 los hijos del matrimonio Larrosa-Portella, ya fuera por trabajo, por casamientos o por destinos, comenzaron a desmembrarse y los activos heredados en campos y semovientes, comenzaron a conocer su decadencia.-
Próximo al año 1930, compraron la estancia y los campos de la misma, los esposos: Luis Justiniano Padula Merlino y Mamerta Belmiria Gigena Alves, quienes no tuvieron descendencia, pero, fueron padres de crianza de un lote de gurises y de gurisas de aquellos tiempos.-
Es conocido en la familia, que Luis Justiniano (el mayor de la progenie de los esposos italianos: Francisco Antonio Padula Furiatti e Inés Merlino), fue pagando en cuotas la compra de la estancia, a la cual encontró con los campos vacíos y la fue poblando de vacas flacas, luego las engordaba y vendía y que además, cuando se le venía la fecha de vencimiento encima y no tenía el dinero disponible, le pedía prestado al italiano viejo, quien era muy cuidadoso de la solvencia económica del apellido y en este caso puntual, nunca dejó de a pie a su hijo, ni a ninguno de los otros.- 

                                  LA  HISTORIA  DEL  PUEBLITO….
Luis Padula, también continuó con el comercio ya instalado en la estancia y siguió adelante con la ganadería, chacras, árboles frutales y la plantación de eucaliptos, que tras varias cuadras de extensión, alcanzaron el margen derecho del Arroyo Sarandí Grande.-
Corría la década de 1930 y esta estancia, con su caserón y sus gentes, comenzó a marcar una referencia tal, que hasta hoy perdura en la tradición de las nuevas generaciones y aparece documentada en el mapa de la región y en el Google Earth.-
En su mente, comenzó a fluir y a tomar forma la creación de un centro poblado (quien sabe por qué influencia) y lentamente, a partir de los inicios de la década de 1930, el lugar siguió contando con su Escuela Pública Nro. 16, pero, ya separada por un lote de cuadras de la estancia, ubicada en un lugar, donde hoy le llaman “El Cherri”, dado que allí residió Pedro Cherri, acompañado de su familia.-
Maestro José Ferrari Lete con el moreno
Cleto González (domador)

Allí dictaron clases las Maestras: María Bussoño, Rica Elizondo y Rosa Ducatelli de Padula y los Maestros: José Ferrari y Julio Macedo.-
 Hubo circuito de votación en las Elecciones Nacionales y “Correo de Campaña” (P-52)- por parte de los “valijeros”: Marcos Viera o Aparicio López, quienes a tales efectos viajaban en “charret” o a caballo, hilvanando horizontes, leguas y caminos al compás de sus caballos trotadores.-
Al comercio de ramos generales, se le anexaron: peluquería, zapatería (por parte del belga Juan Fouquet), carnicería y un bar, regenteado por Juan Moreno Cidade “El Manco” (hijo de crianza de los esposos Padula-Gigena) y a quien Luis Justiniano, terminó regalándole unas cuadras de campo, no lejos de la casona y que hasta hoy, las conserva su sucesor “El Bebe” Moreno Rosa.-
Cada cierto tiempo, llegaba un cura al lugar y hacía bautismos y confirmaciones; luego venía el Juez de Paz Cloromildo Machado Larrosa y efectivizaba los casamientos, que siempre terminaban en reuniones de vecinos, con los consiguientes bailes, que duraban hasta el amanecer.-
Juan Moreno, había construido un rancho largo dentro de su campo, donde tenía el bar y como todavía estaba soltero, hasta allí comenzaron a llegar, las “Mujeres de la Vida”, que viajaban desde Vergara.-
Parte del rancho de Juan Moreno
Iban regenteadas por doña Carlota Lugo y viajaban en el carro de cuatro ruedas del viejo Antonio Rosendo Piñeiro, quien llevaba como “cuarteador” a Dinarte Elpidio Sosa, conocido por “El Negro Juez”.-
Allí fueron entre varias más: Irma Narváez “La Gamusa”; “La Liebre” Ramírez; “Pepa” Alfaro; “La Bordada” Techera; Paula Silva “La Tirurí”; Joaquina Campelo “La Milica”; Sara Freire; Antonia Silva “La Pecho” y Julia Silva- quien terminó formando pareja con Mercedes Rodríguez- que había sido el chófer del auto Ford que en 1917, había comprado Toribio Larrosa Marín.-
Concomitante a todo esto, desde el año 1934, se estaba iniciando también el pueblito del Arrozal “33” en las adyacencias de la “Bomba 2” a unos 15 kilómetros de la estancia de Padula y las mujeres, también se detenían unos días en ese lugar, cerca de la casa de comercio y de familia de Cirilo Reboa, cuya esposa también era Larrosa de apellido.-
Tanto en lo de Moreno como en lo de Reboa, se alojaban en sendos ranchos de terrón y paja, donde ejercían el meretricio y trataban de saciar con sexo, bailes con guitarras, alcohol y placeres comprados, a los obreros y peones del Arrozal “33” y de las estancias de la zona.-  


"Mujeres de la Vida" en el "Pueblito de Padula".-
A la derecha de la foto, doña Carlota Lugo, enseguida de ella
Paula Silva "La Tirurí".-
                                 EL  RANCHERÍO Y  SUS  MENESTERES…
Poco a poco, comenzó a formarse un rancherío, en los alrededores del campo de Juan Moreno, a pocas cuadras de la estancia y en dirección al Sur- hacia la Escuela Nro. 16- hoy, potrero de “El Cherri”.-
Y no fueron ajenos al lugar: Apolonio Acosta y familia; Bonifacio, Elisa, Marieta, Raúl y Edelma Toledo; los padres de Julieta Caldas; Pedro Cherri y familia; Juan Sosa y familia; Ramón Olivera y familia; y Bernardino Vaz Gabriel, que fue quien con un arado y un caballo, acompañado de su esposa Elodina Melgarejo, plantó la enorme fila de eucaliptos que encuentran su fin en la margen derecha del Sarandí Grande, pegado al potrero de “Las Acacias”. Donde hay una palma sola y muda, que evoca que allí y en otro tiempo, tuvieron su rancho los esposos: Marcos Moreno (que era chacarero de Luis Padula) y María Balbina Cidade, con su familia de varones y mujeres.-
El ayudante del comercio era: Amadeo Freire Ledesma, hasta que en 1938, se fue definitivamente para la Argentina, siguiendo un emprendimiento arrocero en el lugar conocido por “La Mazaruca” (cerca de la ciudad de Zárate) y lo suplantó su hermano: Dermeval Freire Ledesma, quien a la postre se casó con Gila Barrios (hija de crianza del matrimonio Padula-Gigena).-
Esporádicamente también asistía a la Escuela: Francisco Gigena Silvera (“Panchito”) quien era sobrino paterno de la esposa de Luis Padula y protegido de la misma.-
Tanto Luis Padula, como su esposa eran militantes blancos y de acuerdo al testimonio de Vicenta Acosta Sosa, quien moraba en el pueblito junto a sus padres y al momento de esta crónica, vive en Vergara, con 95 años de edad, cuando la fracasada revolución de enero en 1935, estuvieron escondidos en la estancia los blancos-independientes: Palmiro Fernández Almeida; Francisco Gigena Alves “El Querido”- que era hermano de doña Mamerta- y Carlos Senosian Larrosa “Carlitos”, quienes eran perseguidos por los que estaban a favor de la dictadura colorada del Dr. Gabriel Terra, pero, que nunca los pudieron encontrar.-
Reunieron caballadas y hubo gente armada en la estancia; mientras que encubiertamente el “chasquero” que era el brasilero Ananías Fernández, que luego murió de viruela en Vergara, se desplazaba a caballo subrepticiamente, para no despertar sospechas y les traía noticias exteriores de “como marchaba el asunto”…..
Allí permanecieron hasta los primeros días de febrero, cuando abortó la revolución y tras la retirada de Basilio Muñoz para el Brasil, las aguas se aquietaron y todos pudieron volver en paz a sus hogares y a la forja diaria del trabajo …
Con el vecindario incluido de los Acosta Sosa; los Rosas Larrosa (hijos de don Juan); los Rosas Larrosa (hijos de don Plácido); los Farías; los Barboza; los Toledo; los Barneche-Silva; los Casariego Sosa; los Sosa Larrosa; los Larrosa-Rojas; los Larrosa Posada; algunos de los Padula Ducatelli y Padula Silva; los Vila Montiel; los Moreno Cidade; los Silveira Larrosa; los hijos de Ramón Olivera; los Cherri-Rivero; algunos de los hijos de Carmen Viana; los Moreno Rosas; los Pereira Silvera, etc etc la Escuela, alcanzó a tener a través de los tiempos, hasta 40 alumnos entre varones y mujeres….
Todo indicaba que el futuro sería próspero.-
Pero la mala suerte y los factores climáticos, marcarían el comienzo del fin, para el pueblito, ya que Luis Padula había plantado arroz y una creciente imprevista de la Laguna Merín y del Sarandí Grande, le barrieron literalmente los sembradíos, cuando el arroz ya estaba pronto para cosechar.-
Las pérdidas fueron incalculables y Padula, decidió no repetir más la experiencia de plantar arroz.-
La gente comenzó a irse del lugar, a dejar los ranchos vacíos y a conchabarse de peones-jornaleros, en el floreciente Arrozal “33”…..

"Pueblo de Padula" (Italia)

     UNO  SIMILAR  EN  ITALIA….
Sobre dos colinas, en el “Vallo de Diano”, región de Campania y al Sudeste de la Provincia de Salerno (Italia) se levanta un pueblito tipo medieval, que al año 2013, tenía 5.522 habitantes.-
Se denomina: “Pueblo de Padula” y está a 100 kilómetros de Salerno y a 65 kilómetros de Potenza (de donde era oriundo don Francisco Padula Furiatti).-
Sabido es que el apellido “Padula”, deriva  del latín medieval “Paludem” que en italiano se escribe “Palude” y significa: “Pantano”.-
En 1871, este pueblito italiano alcanzó su pico máximo de 9.307 habitantes y a diferencia de su par del “Rincón de Ramírez”, este otro aun persiste, tiene Alcalde, iglesias, conventos, molinos, museos y hasta un museo del apellido, inaugurado en abril del 2012.-
Su santo patrón es San Miguel Arcángel y a sus habitantes se le conoce por el gentilicio de: “Padulés”…..

                                        EL  FIN  DE  UNA  ÉPOCA
Hacia 1944, la Escuela todavía existía, pero bien pronto hubo de clausurarse por falta de asistencia.-
Luis Justiniano Padula Merlino, enfermó, se dice que a causa de su mala suerte con la plantación del arroz donde había cifrado todas sus esperanzas y en el lecho de muerte, entregó a sus hermanos el resto del dinero que le había quedado debiendo a su padre; quien ya se había marchado físicamente  el 4 de octubre de 1944 a los 98 años de edad.-
Escudo de la Familia Padula
Luis, falleció el día 8 de marzo del año 1945 y fue sepultado en el cementerio de Vergara, en el panteón familiar.-
La Escuela Nro. 16, se cerró por falta de alumnos y posteriormente, funcionó una Auxiliar en el llamado “Potrero de las Acacias”, donde dictaron clases los docentes: Malva Rosa Delfín; Rosmarís Díaz y Celsa Irigoín Cháves.-
Al frente de todo, quedó doña Mamerta con su legión de ahijados e hijos e hijas de crianza.-
Por un tiempo, arrendó casona y campos a Ubaldo Zuluaga, pero no anduvo el negocio y tras la entrega de los bienes a la propietaria, quedó al frente de la misma Dermeval Freire, quien se estableció con su esposa e hijos y explotó esos campos y otros en el lugar conocido por “El Pajal” (bastante cerca de la Laguna Merín) solo para el rubro de la ganadería.-
Continuó con esas labores hasta la década de 1970 en que sucesores de doña Mamerta, quien había fallecido en 1962, se hicieron cargo de la casona y de los campos en cuestión; respetando como tal, el que había sido otorgado a Juan Moreno Cidade.-
Hecho que continúa hasta el día de hoy y que ya fue detallado al inicio de estas líneas.-
Actualmente, en el "Rincón de Ramírez" y en la costa del Sarandí Grande, descendientes de LARROSA-MARÍN, conservan en su totalidad, unas 2.000 cuadras de campo, aproximadamente.-
Nos vamos con Juan Carlos Torres, con el sol de enero que cada vez pesa más y la brisa de la Laguna, que quema brazos y caras.-
Atrás, dejamos una casona sin ojos y sin boca. Vacía de sueños, de reflexiones y de esperanzas.-
Solo cuidan de ella, los duendes etéreos del silencio y cobra vida provisoriamente, cuando los obreros del Arrozal “33” que laboran en sus alrededores, descansan con sus palas rústicas y con sus máquinas sofisticadas, en el galpón (cuidándose de las cruceras) o a la sombra generosa del plantío.-
Gracias a Dios y a mucha gente que aun vive para contar, puedo reunir estas memorias y llevarlas a un papel para que no se mueran definitivamente.-
Quizá alguien las lea, reflexione, se llene de recuerdos, agregue más detalles y hasta pueda enjugar alguna lágrima escapada al descuido.-
Entonces ahí me sentiré satisfecho, por el solo hecho de haber penetrado en la mente y en el corazón del lector.-
Ya no habrá olvido y eso es lo que importa.-

(Agradecimiento a: Francisca Barneche Silva (ya fallecida); María del Carmen Rodríguez; Ariel Torres Fernández; Juan Carlos Torres; Vicenta Acosta Sosa; Teresa Padula Silva; Ana Rosas de Lemos; Roberto Rosas Silveira; John Medina Silveira; Wilmar Pereira Silvera; Juan Barneche Silva y Luis Larronda Fernández).-

Texto: Jorge Muniz.-
“Rincón de Ramírez”- Departamento de Treinta y Tres.-
Costas del Sarandí Grande, 9 de diciembre del 2016.-

Pozo de balde de la estancia, en la actualidad.-



Mamerta Gigena Alves y Luis Padula
quien sostiene en brazos a Luis Antonio
Freire- Década de 1940-
Aelia Larrosa Portella de Senosiain
Luisa Juana Larrosa Marín de Rosas
Mamerta Belmiria Gigena Alves

Luisa Braulia Larrosa Marín y Cándido Silveira



Dr. Alberto Bolívar Larrosa Portella (Médico- Pediatra)
Comisario Mario Larrosa Portella (izquierda de la foto) llevando detenido a José Saravia en el año 1929.-
Maestro Nereo Aguilera
          
Vicenta Acosta Sosa a sus 95 años de edad
Vivió con sus padres en el pueblito y fue alumna
de la Escuela Nro. 16.-
Hoy, año 2016, reside en Vergara.-
  
                                
             
Acá se levantaba la casa de Marcos Moreno
que fue chacarero de Luis Padula
Potrero de "Las Acacias".-
Al medio de la foto entre los eucaliptos
se levantaba la Escuela Nro. 16
Potrero "El Cherri".-
La casona actualmente, abandonada y en franco deterioro.-
De izquierda a derecha: Parados: Arturo Larrosa Rojas, Lorenzo Fierro, "El Rubio" Padula y "El Tocayo" Rosas.-
Sentados: Guardiacivil Luciano Ferreira "El Capataz", Benicio Pacheco,
Sub Oficial Cándido Durán, Inocencio Rodriguez y "Correo de Campaña" Aparicio López
(Inicios de la década de 1940)
Plantios de eucaliptos de la estancia, hechos por Bernardino Vaz, en tiempos de Luis Padula Merlino.-
Otra vista de los plantíos de eucaliptos que van hasta el Sarandí Grande.-
Romería en el "Pueblito de Padula"
Rosendo Pereira con el violín y Justino Carbajal con la guitarra.-
Familia Rosas- Arias (entre los que se encuentra doña Luisa Juana Larrosa Marín de Rosas) descendientes directos de José Francisco Larrosa Silva.-
                                  

Teresa Padula- Vivió durante años en la estancia
y fue a la Escuela Nro. 16.-
Gloria Araújo cuando era estudiante de Medicina, junto a una de las palmeras
al fondo de la estancia.-
Aelia Larrosa Portella de Senosiain
con todos sus hijos.-
             
Albertina Senosiain Larrosa "Tina"
Nieta materna de los esposos: Larrosa-Portella
Durante años vivió en la estancia y fue alumna
de la Escuela Nro.16.-
De izquierda a derecha: Filomeno Alberto; Viterbo Rosa; Santina; Luis Justiniano y Felipe Padula Merlino, en el frente de la estancia.-
Panteón de Luis Padula y de Mamerta Gigena, cementerio de Vergara.-
Luis Ruben Larrosa Portella.-
Dermeval Freire encima del molino de viento de la estancia.-



Albertina Portella, Pura Olano de Larrosa y Luis Larrosa Portella.-


Iracema Larrosa Portella, Pura Olano de Larrosa y Luis Larrosa Portella.-


miércoles, 14 de diciembre de 2016

UN ENCUENTRO DE "ARMAS TOMAR" SOBRE LAS BLANCAS ARENAS DEL TACUARÍ.....
Esta foto fue sacada el día 11 de diciembre del corriente año, en circunstancias que el crepúsculo vespertino comenzaba a llenar de sombras y a silenciar de gorjeos de pájaros, el lecho cristalino del río Tacuarí a la altura del "Paso del Dragón".-
La arena y los plantíos que podemos observar, están del lado del "Rincón de Ramírez" (Tercera Sección del Departamento de Treinta y Tres) y además de tener en su haber el famoso hundimiento de la balsa de Plácido Rosas, el día 18 de junio de 1897 y de que en las cercanías del monte, tenía su pulpería "El Viejo Sagreras"- apodado "El Capitán Dragón"- dado que durante la Guerra Grande, había formado en ese cuerpo de soldados dragones, comandados por el General Ignacio Oribe, también el arenal que se observa, en el mes de julio del año 1863, fue mudo testigo de una pequeña batalla.-
Algunos autores la han catalogado como "Combate del Rincón de Ramírez", aunque lo cierto es, de que el Capitán José Taborda, perteneciente a la Policía de Cerro Largo, con gente a sus órdenes y obedeciendo al Gobierno blanco del Presidente Bernardo Prudencio Berro, se enfrentó a una pequeña columna de colorados, partidarios del General Venancio Flores (que había invadido el país en son de guerra) dirigidos en la ocasión por: Francisco Martínez, Ramón Rivero y Luis González y los derrotó, matándoles soldados y tomando prisioneros, junto a caballadas, recados y algunas armas que quedaron diseminadas en el lugar.-
La historia poco habla de este enfrentamiento en las arenas del río Tacuarí.-
Sin embargo, gracias a los historiadores Francisco N. Oliveres y Luciano Obaldía Goyeneche, conocemos puntualmente que este hecho ocurrió, cerca de donde diez años después Plácido Rosas Cavero, comenzó su vida de comerciante, adquiriendo a los sucesores, la pulpería que había sido del "Viejo Sagreras" (como lo denominó el irlandés Mulhall cuando pasó por el lugar en el año 1871).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 14 de diciembre del 2016.-

domingo, 4 de diciembre de 2016

VERGARA  Y  SU  COLECTIVIDAD  DE  ITALIANOS….

La llegada del primer italiano al caserío primigenio de “El Parao”, de acuerdo a documentos que obran a la vista, fue el día 28 de mayo de 1893.-
Y tomo esa fecha como referencia, dado que coincide con las compras de 12.800 metros de terreno, que en manzanas separadas adquiriera a “Juca” Vergara, por la suma de 200 pesos, el italiano Carlos Bonelli.-
Un cruza-caminos, con muchos kilómetros entrelazados a sus pies, originario de Potenza (donde había nacido alrededor del año 1843) y que antes de radicarse en “El Parao”, anduvo mucho tiempo por la Argentina. Luego, cruzó al Uruguay y entre varios lugares más, estuvo como alambrador y olero, en el “Rincón de Ramírez” (Departamento de Treinta y Tres).-
Falleció, cuando esto ya era Vergara, en horas de la mañana de un día 23 de agosto de 1917, a los 74 años de edad y afectado por una neumonía.-
Posterior a ese año y cuando el caserío comenzaba a tomar forma, dimensión y color, muchos italianos más, llegaron a radicarse y en ese caso es de rigor nombrar a: Filomena Branchinni (esposa de Bonelli); Carmen y Catalina Bonelli (hijas del matrimonio); José Ramagli (boticario); Josefa Miraglia (su esposa); Juan Bautista (fotógrafo y retratista) y Rosa Ramagli Miraglia (hijos de la pareja);  los hermanos Nicolás (que era sastre) y José (fotógrafo y retratista) Scarano Ramagli; Julio Pucciarelli (albañil); Roque Zito (albañil y carpintero); Lucas Ducatelli (albañil); Leonardo Di Bueno (albañil); Fabio Gonzatti (albañil); Ángel Fattarini (comerciante): Benedicto Pisso (chacarero y fruticultor) y Angel Tomás Marolta (quintero).-
Por si fuera poco, otro italiano radicado en la “Cuchilla de Dionisio” (Cuarta Sección de Treinta y Tres), llegaba en un carro tirado por caballos, ofreciendo su oficios de “mercachifle, relojero y hojalatero”…Éste, era Francisco Faliveni Tedesco (nacido en Curti, un pequeño pueblito aislado y montañoso, allá cerca del Golfo de Salerno).-
Y cuando el caserío ya había tomado su semblanza de pueblo, continuaron llegando al mismo: el Dr. Pedro Sala Consonno (primer médico que se estableció en Vergara); Juan D´Angelo (el que exhibía películas en el “Altillo de Padula”);  Petrucelli (jugador de fútbol del Vergarense F.C., ejecutante de clarinete y Director de la Banda de Música del “Centro Filarmónico”); Bernardo Zito (el primer cura que se estableció en la localidad); Aurelio Giroldi (Conductor de ómnibus, albañil y fruticultor); Francisco Macciello (albañil) y José Moretti Olyate (albañil y quintero).-
Muchas veces me he preguntado acerca del motivo que impulsó a esos hombres y a esas mujeres de otro tiempo, a tomar la determinación de treparse a un barco (con pasajes de “Tercera”), atravesar mares lejanos, y desafiar ingentes tempestades, en busca de un mundo nuevo, con gentes, paisajes y costumbres desconocidas… Donde solo sabían, que faltaban brazos para el trabajo, suponían que había algo de solvencia económica y que más allá de ciertos relumbrones raciales y algunos levantamientos guerreros, reinaba la paz, la concordia y la solidaridad….
Venían de una Italia, que además de conocer las guerras, conocía también en carne propia la disparidad económica, social y cultural que existía entre sus distintas regiones y donde los del Sur (como muchos de los que llegaron a esta localidad), eran los más perjudicados.-
Se elevaron los impuestos decretados por el Gobierno, aumentó la población, decayó la producción artesanal y los minifundios, fueron cada vez menores.-
Los cereales que llegaban de América, se vendían más que los producidos por los campesinos italianos.-
Aumentó la malaria, la pelagra, se vinieron abajo las cosechas con motivo del aumento en los aranceles aduaneros, el gobierno se preocupó en construir más ferrovías y la miseria, fue tomando cuenta de todo.-
Muchos italianos del Sur, terminaron sobreviviendo a base de polenta y de pájaros que cazaban como forma de ingerir proteínas….
Por lo tanto, no les quedó otro remedio que partir con las pocas ropas y enseres que les quedaban, hacia la América del Sur y a trabajar, en lo que viniera….
Muchos de ellos, jamás, retornaron a la tierra italiana ….Para qué?...Si esta Patria Oriental, les había dado trabajo, cobijo, paz y amor….A cambio de un recuerdo que no era grato, que no se iba de la mente, que estrujaba el alma y que les arrancaba lágrimas eternas.-
Francisco Antonio Padula Furiatti, junto a
hijo: Luis Justiniano

          UN PERSONAJE MUY PARTICULAR…

Sin despreciar a ninguno de ellos, entre los italianos e italianas que llegaron a este pago, elijo a uno para hablar de él, por sus datos biográficos, por la popularidad de la cual gozó en el pueblo y porque nunca dejó de lado “la impronta italiana”.-
Dueño de un genio tremendo, trabajador incansable, simpatizante del Partido Nacional, acérrimo enemigo del Comisario José Germán Muiño y el que les ganó a todos en edad, porque murió con casi cien años….Incluso, hasta cuando lo llevaban a enterrar al cementerio de Vergara, dio lugar a otra de las tantas leyendas que atravesó los tiempos y recorrió los caminos sinuosos de la memoria, hasta posar en el nimbo azulado de nuestra generación.-
Es que nadie supo porque no se hablaba ni se miraba siquiera, con Carlos Zito Bonelli (el hijo del italiano Roque) que tenía carpintería y empresa de “Pompas Fúnebres”, frente a su casa.-
Había pedido por favor a los hijos que el día que muriera no lo llevara a enterrar “su enemigo”. Y cuando la luz de sus ojos, comenzó a cerrarse de a poquito, desde el lecho de muerte, con el genio incontenible, tratando de cerrar los puños con sus dedos temblorosos y huesudos, alcanzó a musitar imperativamente: “Qui no mi cheve cuesto…..gringue maledetto”…. Y se apagó definitivamente…
Sin embargo los familiares no le hicieron lugar al pedido del anciano y como no tenían ningún problema con Carlos Zito, contrataron los servicios de éste y lo velaron en la casa. Cuando lo llevaban a enterrar, los dos caballos que cinchaban el carro funerario, al llegar a la Cañada “El Charco” en la mitad del pueblo, camino a la necrópolis de Vergara, comenzaron a relinchar y a pararse de manos desobedeciendo totalmente, las órdenes del cochero, que era Juan Cándido.-
Estaban furiosos y un grupo de comedidos, tuvo que ayudar a desprenderlos…
Seguidamente, consiguieron dos caballos más con Juvenal Fabeiro, que tenía comercio en “La Cuchilla” y carro de reparto de mercaderías por las casas del pueblo.-
La suerte, fue parecida a la anterior. Porque los prendieron a la carroza y tocaron al galope hasta la puerta del cementerio, nerviosos, “testereadores” y fuera de sí.-
Cuando por fin lograron llegar los dolientes y acompañantes, que habían quedado lejos retrasados, los caballos de Fabeiro, desprendidos del carro venían corriendo rumbo a la querencia, bufando y relinchando en una forma por demás extraña….
Ahí la gente del pueblo empezó a comentar por lo bajo:- Esto pasó porque el hombre viejo, no se daba con el “Gringo” Zito…Y ni después de muerto, le perdonó la ofensa que tenía!….
Entonces, aquí y en este momento, surge el nombre de ese personaje tan particular: Francisco Antonio Padula Furiatti.-
Nacido en la ciudad de Potenza, región de Basilicata (Italia), un día 2 de diciembre de 1845, hijo de los esposos italianos: Giussepe Padula y María Luigia Furiatti.-
Un 23 de octubre de 1895, llegó al caserío de “El Parao”.-
Ya estaba casado con la italiana Inés Merlino (también de Potenza), tenía dos o tres hijos por los menos y había estado radicado en el “Paso del Dragón” (Cerro Largo), adonde había llegado, traído (quién sabe de dónde?) por don Plácido Rosas Cabero…
En octubre de 1895, compró a “Juca” Vergara, 1600 metros de terreno, ubicados en la manzana Nro. 20 y en la suma de 63 pesos.-
Dicha manzana, estaba y está circunscripta entre las calles: Jacinto Ruiz, Coronel Marcelo Barreto, Fortunato Jara y Dionisio Coronel.-
Inicialmente, compró la parte que está sobre la calle Marcelo Barreto y allí mandó levantar sus primeras poblaciones (hoy, ubicadas frente a ABITAB Vergara y pertenecientes al Escribano José Luis Cuello y al Sr. Nelson Pintos Antúnez).-
Una vez establecido en el caserío, comenzó a plantar quintas, a criar vacas lecheras, a arar la tierra….Luego puso un comercio y ayudó a su esposa en la crianza de los hijos: Luis Justiniano; Viterbo Rosa; Filomeno Alberto; Felipe Filomeno; Nicolás Vicente; Francisco Ricardo y Santina Justiniana….
Prosperó en sus negocios y el día 28 de diciembre de 1904, compró a Braulio Silvera, parte del terreno que originariamente había pertenecido al Agrimensor Manuel Coronel Muniz y específicamente, el que hace la esquina de las calles Marcelo Barreto y Jacinto Ruiz, donde con el devenir de los años mandaría edificar “El Altillo”.-
El día 1º de diciembre de 1905, Padula, instaló zapatería sobre la calle Marcelo Barreto (donde conocimos viviendo a los esposos: Justino Carbajal y Blanca Oxley) y para mejorar la misma con nueva maquinaria y mercaderías acordes al rubro, el día 9 de setiembre de ese año, viajó a Montevideo acompañado de su hijo Luis, para las compras correspondientes.-
Aprovechando el momento, viajaron a Buenos Aires y visitaron familiares que vivían en Ramos Mejía.-

                               “EL ALTILLO” UN REFERENTE SOCIAL….

En el año 1910 aproximadamente, los italianos albañiles Lucas Ducatelli y Leonardo Di Bueno, comenzaron a pedido de don Francisco, la construcción de “El Altiche”- como él, solía llamarle- en un lugar privilegiado: frente a la Plaza “Confraternidad”.-
Allí está aun. Erguido, solitario y desafiando el paso de muchos vendavales que han surcado el espacio “a todo trapo”. Y sin duda, es uno de los íconos de aquellos años donde los sueños y las esperanzas, caminaban a la par del progreso.-
Cuentan que sus cimientos tienen dos metros de profundidad. Están rellenados con piedras que fueron extraídas del campo de Garate, en los alrededores de Vergara y que una noche, mientras no habían sido rellenados aun, fue puesto en el interior de los mismos, Felipe Padula y dejado allí hasta la madrugada cuando se le retiró, para que no pudiera asistir a un baile.-
Los ladrillos con los cuales fue levantado el edificio, fueron elaborados por el italiano Carlos Bonelli y para alcanzar la parte superior del mismo, eran tirados “al boleo” por varios brazos que se agrupaban en lugares estratégicos.-
La inauguración del “Altillo de Padula”, ubicado en la esquina de las calles Jacinto Ruiz y Coronel Marcelo Barreto, de Vergara, sucedió el día 18 de julio de 1913.-
Hubo actividad musical con la presencia de la orquesta de la casa, integrada por los hermanos Padula Merlino: Santina (que tocaba la pianola o el violín); Francisco (que tocaba el violín); Felipe (que tocaba la flauta); Filomeno (que tocaba el clarinete o la guitarra) y otras guitarras que se alternaban entre: Casiano Bonilla, Justino Carbajal, Jacinta Viera o Magdalena Barone.-
Pero también es de destacar que el Cura Miguel Lacroix Esain (amigo de los Padula) que residía en Treinta y Tres, aprovechó ese momento para dar a conocer un poema de su autoría donde elogiaba al pueblo y al arroyo Parao.-
Lo dicho en líneas anteriores: los sueños y las esperanzas caminaban a la par del progreso…. Y por ello, en la planta baja del altillo se ubicó el comercio de los Padula, bien surtido y con carro de reparto por la zona rural.-
Carnavaleros y murguistas de alma, a partir de 1905 (según está documentado en los libros policiales) y hasta muchos años después, los Padula, el viejo italiano y sus demás coterráneos, animaron y encendieron las luces de la alegría en muchos febreros de aire tibio con olor a malvón…
“Los Loberos”- la murga de los Padula-, “Los Gorriones”- la murga de los Scarano-, el fútbol, los bailes, las quemas de la barrica de alquitrán y de un Judas en el medio de la Plaza, durante la noche de “San Juan”, ciertos disfraces que hasta ahora prevalecen en los carnavales; la Banda de Música del “Centro Filarmónico”; el cine “mudo”; una propuesta de alumbrado público, en el año 1924 y hasta el equilibrista “Jaminson Dick” que se trepó en una bicicleta por encima de un hilo de alambre, hasta la parte superior del “Altillo”, en una noche de febrero de 1934, fueron hechos que no escaparon al contralor y al “ojo clínico” de don Francisco ….El cual, escondido detrás del oficio de zapatero, era el patriarca, el consejero y el catalizador, a la hora de apurar o de serenar los ánimos.-
Su esposa: Inés Merlino, falleció a los 73 años de edad, un día 20 de enero de 1930.-Mientras que él, viudo y con 98 años, falleció un 4 de octubre de 1944.-
Ambos, descansan en el cementerio de Vergara.-
Muy lejos, de aquella Potenza italiana, que un día, entre montañas,“canzonettas” y caminos, los vio perderse para siempre, entre el límpido terciopelo de los horizontes.-

(Investigación realizada por el Escribano José Luis Cuello Núñez y por Jorge Carlos Muniz Cuello).-
Texto: Jorge Muniz
Vergara, 4 de diciembre del 2016.-


Carlos Bonelli y parte de su familia
                                                                       


                             


         TODO  FUE  POR  UN  SOMBRERO....
 En Vergara y en la década de 1930, quien no conoció al brasilero "Pertingo" Pérez.-
 Era un personaje más, que a nadie le importaba como se llamaba. Lo respetaban por ser un hombre bueno, trabajador y un vecino más del pago viejo . Con su barril de agua panzón, cobrando a medio real, la lata del líquido extraído del Parao, su vieja de nombre María y su hijo Utopio, que era boxeador en Montevideo, el brasilero "Pertingo", estaba casi orgulloso de ser aguatero.-
Más orgulloso todavía, cuando Utopio compitió por un sitial de privilegio en el pugilismo uruguayo....Pero no pudo llegar y quedó por el camino...
- Diz a rádio do seu  Robaina (Ventura), que meu filho Utopio foi deslocado...Sim senhor !! Isso mesmo diz !!..-comentaba el brasilero- en su afán por explicar que el hijo, había sido noqueado en plena pelea....
Dos ranchos en forma de "L", encalados y techados de paja, con piso de tierra, formaban las heredades del brasilero "Pertingo".- 

Cerraba esa rústica "L", un galpón de similar material, que guardaba en su interior el carro aguatero y otros enseres más.- Al fondo, la casona de don Ventura Suárez. Al frente la calle General Artigas y a un costado, la casa de don Vicente Ferreira Cháves y el rancho de dos aguas, de don Fermín Olivera.-
Algunas de las noches, en uno de los ranchos del brasilero había lotería de cartón, con bolillas de madera, velas parpadeantes y cantor a la vista.-

Era una forma de escurrazar la nostalgia y el aburrimiento de aquel Vergara de la década de 1930, donde la noche, con su luna y sus estrellas, se adueñaba de la pereza del rancherío.-
En una de esas tantas loterías de cartón, llegó al lugar Filemón Francisco Moreno, nuestro querido "Pancho". Gran amigo, que era tendero de oficio y recitador de ocasión.- 
Saludó a los presentes (incluido el dueño de casa y la esposa), tomó asiento en un grupo y se dispuso a escuchar el canto de los números elegidos.....
El "Pertingo" advirtió algo que quizás para los demás había pasado desapercibido. Hizo parar la lotería y echando mano a sus bien intencionadas palabras, sacó pecho y se fue despachando de a poquito: - Gente, volta e meia vem a Polícia por meu rancho. Eles passam revista a quem fica e eu, nâo quero ter problemas com ninguém....Entâo vou perguntar:- Quem de vocês tem revólver?....Nadie contestó nada....- Quem de vocês, tem faca na cintura ?....

Ahí sí se paró Moreno y le dijo:- Yo tengo don Pérez- Y echando mano a la cintura, sacó un puñal con el mango de plata, con unos filetes de oro y una hoja de unos veinte centímetros..Se lo entregó con vaina y todo y el brasilero, solícitamente, se lo alcanzó a doña María que estaba a su costado. -
Guarda isso mulher ! Vai, leva pra cima do ropeiro, que fique bem guardado.....Después quiso asegurarse nuevamente: - Volto a perguntar, alguém ficou com armas ?....Ahí contestaron al unísono: - No, don Pérez !!!...Entonces, sucedió lo imprevisto.-
Enderezó rumbo a Moreno, al tiempo que le recriminaba: - Seu Moreno, meu rancho é de gente pobre. Mas, é gente trabalhadora e de bom. Nâo é gente vira-lata...como você tem pensado.....Se le fue acercando cada vez más hasta que le gritó casi que en la cara: - Tira o chápeu da cabeça !!!......Moreno, rojo de verguenza se quitó el sombrero y se quedó quietito en su silla, mientras el dueño de casa ordenaba: - Siga a lotaria !!....Y se perdía rancho afuera.-
Recién ahí, "Pancho", se dio cuenta de que el brasilero, primero lo desarmó y después lo mandó que se sacara el sombrero.-
De allá de la oscuridad reinante, "El Pertingo", llamó a su mujer: -Maríaaaa...vem prá cá !! Después le dijo al oído: - Quando a reuniâo termine, entrega pra o Moreno a faca que está acima do ropeiro...Se ele pregunta por mim, diz que nâo posso receber gente, que estou acamado.....Caminó unos pasos, volvió a llamarla y le repitió: -Sim. Diz que estou acamado...Que estou bebendo uma infusâo que você tem feito...Que tenho muito dor de cabeça e que até falar me faz muito mal !!!....
Y ahí sí, dándole la espalda a la mujer, se perdió dormitorio adentro, a manotazo limpio con la oscuridad !!!

(Escuchado al propio "Pancho" Moreno).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 4 de diciembre del 2016.-