jueves, 15 de diciembre de 2016






                  UN  VIAJE  FUGAZ  POR  LOS  PAISAJES  DE  LA  MEMORIA…..

El sol de diciembre, cae a plomo sobre nuestras cabezas, en este recóndito paraje del “Rincón de Ramírez” (Tercera Sección policial y judicial, del Departamento de Treinta y Tres).-
El aire está bastante pesado y pululan por doquier los “bichitos alados” de la temporada estival.-
Hay un enorme plantío de eucaliptos y entre ellos, de la variedad conocida por “naranjos”, que tienen la corteza color marrón y ella, es un poco más consistente que la de los comunes.-
Ese plantío de eucaliptos se extiende por varias cuadras, costea la calle que viene de la Bomba 2 del Arrozal “33” y sigue su derrotero, hasta morir en la orilla misma del arroyo Sarandí Grande.-
La proyección de la sombra es amplia, tiene vigor estructural y es muy generosa con los cansados de las distancias y de los horizontes infinitos.-
Luisa Marín y José Francisco Larrosa Silva
Llegué al lugar en moto, sorteando obstáculos naturales que hay en el paisaje de las arroceras y transitando caminos de tierra sobre la llanada.-
Fui en compañía del amigo y baqueano de la zona, Juan Carlos Torres, quien conoce el paraje “como las palmas agrietadas de sus manos”….
Fue empleado de la estancia en tiempos de Dermeval Freire y luego por muchos años hasta que se jubiló, empleado de la Empresa Arrozal33” S.A. y por ende, residente en el pueblito de la misma.-
Enfrentamos, lo que una vez fue la portera principal de ingreso y sin más rodeos (con el pastizal por las rodillas) y equilibrando el cuerpo en la tierra desnivelada, penetramos al predio donde fue el casco de estancia, señorial, antiguo y renombrado, de Toribio Larrosa Marín.-
Coincidencia o no, con un rancio linaje que nació en Aragón (España) y que para algunos estudiosos de la Genealogía, se formó aglutinando el “De la Rosa” y para otros, derivaría de “Arro-sa” con oriundez de vascos.-
Lo real del caso- casualidad o no- es que en 1740 probó su nobleza el caballero infanzón Toribio Larrosa, nacido en Remolinos (Zaragoza- España).-
Escudo de la Familia Larrosa
Actualmente, el enorme caserón de paredes de ladrillos “de campo”, asentados en barro, puertas de madera rústica, una ventana con rejas de hierro, baranda con pisos de ladrillos, techo de zinc inglés y la típica impronta de los albañiles italianos, está abandonado.-
Se nota a primera vista y sin conocimiento previo, que a lo largo de los años y en base a distintos dueños que ha tenido, no se hicieron esperar las modificaciones en su estructura.-
El caserón, pertenece a la firma “Gigena Hnos.”, aunque desde hace varios años, el campo, lo arrienda para el cultivo de arroz, la Empresa Arrozal33” S.A.-
Su construcción data de antes de 1900, quizá, de los finales de la década de 1880.-
Está ubicado en dirección Oeste-Este, con el frente hacia el Sur y el fondo con aljibe y baranda, hacia el Norte, a unos cuatro kilómetros del Arroyo “Sarandí Grande” y a unos cinco, del Arrozal “El Tigre” (antigua estancia de José Bagnasco), ubicado del otro lado del arroyo.-
Desde allí, puede verse claramente el establecimiento de campo de Benito Dionisio Casariego Rosas (antigua estancia de Conrado Silvera); la estancia que fuera de Galdós Ugarte y la reductora de UTE, ubicada próxima al arrozal antes aludido.-
No existen los galpones que se dice que había en la época de esplendor de la casona y el baño de ovejas, ubicado al Sur de la misma, está casi que destruido, solo unos pequeños fragmentos de hormigón, le sobreviven.-
Sin embargo tañe la campana de los tiempos, convoca la historia de la comarca y entonces, hacia ella me desplazo, con los elementos que obran en mi poder.-


                                       UN  HOMBRE  Y  SU  TIEMPO
Esta casona que tengo enfrente a mí, se levantó en campos que un día 13 de julio de 1863 y otro día 21 de agosto del mismo año, José Francisco Larrosa , en sociedad con el brasilero Honório Luíz da Silva, adquirieron al reconocido hacendado Juan Pedro Ramírez Carrasco, único hijo varón, antes apoderado y para esa época uno de los herederos del andaluz José Ramírez Pérez, quien otorgó su primer apellido, para que la historia del “Rincón” homónimo lo retuviera para siempre.-
Es de acotar que José Ramírez Pérez, habría fallecido en el año 1847 (para el genealogista Ricardo Goldaracena) o en 1830 (para Real de Azúa), siendo su cuerpo, trasladado a “Valverde del Camino” (Provincia de Huelva- Reino de España), donde por voluntad testamentaria descansa en una ermita del lugar, amortajado con hábito de franciscano, mientras que frente a su tumba, arde sin descanso, una luz perpetua.-
La primera adquisición de los socios (el día 13 de julio) fue de: “5 suertes de estancia”- equivalentes a. 9.961 hectáreas, comprendidas entre el Sarandí Grande (al Norte), campos de Ramírez (Oeste y Sur) y Laguna Merín (al Este), mientras que la segunda adquisición (el día 21 de agosto del mismo año) fue de: “6 suertes de estancia”, equivalentes a: 12.723 hectáreas, comprendidas entre “La Pastoril”, Arroyo Ayala y Laguna Merín.-
O sea que resumiendo números, los socios Larrosa y da Silva, terminaron comprándole a Ramírez, la cantidad de: “11 suertes de estancia”- equivalentes a: 22.684 hectáreas de campo.-
Según el Profesor José Rosas Larrosa-nieto materno de don José Francisco- en su libro “Narraciones de Patriarcas Orientales”, explica que la superficie del campo adquirido a Ramírez, eran: “16.000 cuadras cuadradas”.-
Posteriormente, Larrosa, edificó una casona bastante cerca de la desembocadura del Sarandí Grande en la Laguna Merín, donde comenzó una nueva vida junto a su esposa y a dos hijos chicos que traía; mientras que Honório Luíz da Silva, se asentaba con su familia en otra casa, ubicada en la margen izquierda del Arroyo Ayala, no muy lejos de donde hoy está la central del Arrozal “33 S.A. y en el paraje conocido por “El Villegas”, dado que años después ocupó casa y campos, el Dr. Joaquín Villegas Suárez (de profesión veterinario).-
En base a que Honório había tenido “charqueada” desde varios años atrás, en la costa del río Yaguarón, cerca de donde hoy se levanta la ciudad de Río Branco; ambos socios comenzaron con ganadería y su respectiva “charqueada” en el Sarandí Grande, anexando, comercio de ramos generales en la casona de Larrosa y barcos propios que navegaban por la Laguna llevando productos para el saladero de Francisco Truebas o de Truebas, que desde 1852, ya existía en “Pueblo Arredondo” (hoy, ciudad de Río Branco).-
Se cuenta que la grasa, la almacenaban en los “mondongos” de los bovinos faenados y la traían para la estancia, pesando cada uno de ellos unos 36 kilogramos, aproximadamente.-
A su retorno del saladero de Truebas, los barcos, traían insumos varios, como: azúcar, yerba, café, prendas de vestir, perfumes, lozas de uso doméstico y otros insumos más rústicos, como: tanques  de hierro o de bronce, ruedas para carros, ruedas para carretas, ejes para ambos vehículos, tablones de roble, etc.
Aprovecharon un momento en el cual, Juan Pedro Ramírez había clausurado en 1862, la factoría de su propiedad que se ubicaba 6 kilómetros al Sudeste de La Catumbera (según Eduardo Joanicó Otorgués) y tenía la mira puesta en la crianza de ovinos, hecho pautado y avalado por el gobierno del Dr. Bernardo Prudencio Berro.-
José Francisco Larrosa, mientras se ocupaba de todos estos negocios, trajo un maestro español para que enseñara a leer y a escribir a sus hijos, agrandó su familia, crió ovinos “Ramboulliet” en sociedad con Juan Pedro Ramírez, empleó gente e hizo plantar cuarenta cuadras de maíz para darle de comer a los cerdos, además de árboles frutales, viñedos, naranjas, membrillos y designó a Pedro Posada Larrosa (que luego sería su yerno- esposo de Celia-) como encargado del llamado “Potrero de los Toros”, que quedaba cerca de “El Perdiz” en la Laguna Merín.-
Fue éste, quien mató un enorme yaguareté (“tigre americano”) de los tantos que pululaban por la zona, escondidos y prontos para atacar a personas o animales, desde la espesura de los montes. Se comenta que fue el último que vieron en la zona y que habría sido en las proximidades del Arroyo Sarandí Grande, no muy lejos del Arrozal “El Tigre”.-
Posteriormente, la cabeza y el cuero de ese felino (que algunos dicen que era una hembra), fueron regalados a Plácido Rosas Cavero, que andando el tiempo, también, se constituyó en yerno, de los esposos Larrosa-Marín, tras casarse con Luisa Juana.-
Juan Pedro Ramírez Carrasco
Gran estanciero y criador de ovinos
socio de José Francisco Larrosa Silva
En el año 1871, el irlandés Michael G. Mulhall, un periodista, escritor y estadígrafo, gran criador de ovinos, con campos y haciendas en San Blas (República Argentina) que recorrió a caballo y en carruaje el “Rincón de Ramírez”, escribió en una parte de su libro de viajes: “José Francisco Larrosa, tiene una buena familia….11 leguas de tierra buena…cerdos, carneros “Ramboulliet” son famosos en esta parte del país, que posee en sociedad con Ramírez”….
En el año 1890, tras la muerte del brasilero Honório Luíz da Silva, expiró la sociedad y los sucesores de éste, venden a Larrosa, la tierra que les correspondió, abandonan la casa, compran tierras en el Brasil y se dirigen a ocuparlas.-
De ahí en más toda la heredad de “11 suertes de estancia” o “22.684 hectáreas, más el saladero que funcionaría hasta 1900 aproximadamente, quedaron en poder de un único dueño, de: José Francisco Larrosa Silva, el patriarca del apellido con más descendientes, en el “Rincón de Ramírez”.-
A la fecha de este informe, sus datos biográficos no son para nada abundantes, ni se conoce en que circunstancias llegó al “Rincón de Ramírez”, pero de acuerdo a los estudios genealógicos del colega historiador John Medina Silveira; Larrosa, había nacido en “Pan de Azúcar”- Departamento de Maldonado- en el año 1822 y era hijo de los esposos: Ramón Larrosa y Manuela Rufina Silva Borrego.-
En el año 1848, se casó con Luisa Marín (apellido de Cerro Largo), con la cual procreó 13 hijos entre varones y mujeres: Carlos; Pedro Francisco; Prudencio; Loreta Emilia; Luisa Juana; Toribio; Taurino; María Teresa; Ángel; Aurita; “Pepa”; Celia y Luisa Braulia.-
No se conoce su fecha de fallecimiento, sí, la de su esposa Luisa Marín, quien falleció en 1898 y está sepultada en el panteón familiar del cementerio de “Garao” (Departamento de Cerro Largo).-


Toribio Larrosa Marín y Albertina Portella Viaut.-

 LA  ESTANCIA  DE  TORIBIO  LARROSA  MARÍN
Como lo expresé anteriormente, es la casona o el caserón, que tengo frente a mí, en este viaje que a la postre nos insumiría 90 kilómetros de marcha, partiendo desde mi domicilio particular y arribando al mismo, en la ciudad de Vergara.-
Toribio Larrosa Marín, fue el sexto hijo de los esposos: José Francisco Larrosa Silva y Luisa Marín y se casó con Albertina Portella Viaut.-
Ordenó la construcción de la casona en campos heredados de sus progenitores y se dedicó al comercio, a la ganadería, a las carreras de caballos y a militar con fuerte ascendencia en filas del Partido Colorado.-
Procreó 13 hijos: Toribio; Carlos (que luego fue Escribano); Alberto Bolívar (que fue Médico-Pediatra); Luis (que fue Rematador Público y acopiador de Frutos del País); Mario (que fue Comisario de Policía y el que llevó preso a José Saravia cuando el famoso “Crimen de la Ternera”); José; Aelia; Clotilde; Albertina Alejandrina; Iracema y “Nenucha”.-
La estancia de Toribio Larrosa Marín, actualmente
También se preocupó de la plantación de frutales (al igual que su padre) y en 1894, trajo a don Nereo Aguilera (quien ejercía como Maestro de Escuela sin poseer título habilitante) para que enseñara a leer y a escribir a la gente de la zona y logró que en su casa se instalara la Escuela Nro. 16 y llegara el “correo de campaña” (P-52), instituido como “Arroyo Zapata”.-
En abril del año 1917, Toribio Larrosa Marín, adquirió en Treinta y Tres, un auto Ford, de 12 caballos de fuerza, hizo pasar un telegrama a Vergara, para que lo fueran a esperar a la “Cruz Alta” y llegó pasado el mediodía entre el asombro, los aplausos y la gritería de la gente, con su chófer personal, Sr. Mercedes Rodriguez.-
Fue el segundo auto, que pisó las calles de Vergara y el primero en ser empadronado con el número 719 en el Concejo Auxiliar del pueblo.- (Archivo escrito del Escribano José Luis Cuello).-
Se cuenta que en el año 1919, arribó a esta estancia del Sarandí Grande, en avión privado, don “Pepe” Batlle, para quien el dueño de casa había mandado fabricar unos cubiertos especiales (dicen que bañados en oro) y para la ocasión, se carnearon y se asaron 10 vaquillonas, con la concurrencia de toda la vecindad habida y por haber.-
La estancia en la década de 1940
En esa oportunidad, Toribio Larrosa Marín, se dio el gusto de volar en avión y llegar conjuntamente con el piloto, hasta la “Cruz Alta” en Vergara (proximidades del liceo “Dr. Braulio Lago Miraballes”) siendo según la tradición oral, el primer “pájaro mecánico” que posó su marcha sobre la tierra vergarense, con el consiguiente amontonamiento y comentario de “los mirones”.-
Es conocida la anécdota y circuló su tiempo en bocas de familiares, de que cuando remontaron vuelo desde la estancia, el sombrero de don Toribio, también “remontó vuelo”, pero al final del caso, no quiso llegar a Vergara y decidió quedar en campos del establecimiento…
También circula en bocas de algunos de sus descendientes que el pintor Pedro Figari (reconocido militante del Partido Colorado), también habría visitado esta estancia y la llamada “Estancia Vieja” de José Francisco Larrosa, y que sus edificios, árboles y gentes le sirvieron de motivo, para pintar algunos de sus coloridos cuadros, que evocan “cielitos” y “pericones” de lejanas reminiscencias.-
Tampoco se conoce fecha de fallecimiento ni de Larrosa ni de su esposa Albertina Portella.-

                                      “EL  PUEBLITO  DE  PADULA”
En la década de 1920 los hijos del matrimonio Larrosa-Portella, ya fuera por trabajo, por casamientos o por destinos, comenzaron a desmembrarse y los activos heredados en campos y semovientes, comenzaron a conocer su decadencia.-
Próximo al año 1930, compraron la estancia y los campos de la misma, los esposos: Luis Justiniano Padula Merlino y Mamerta Belmiria Gigena Alves, quienes no tuvieron descendencia, pero, fueron padres de crianza de un lote de gurises y de gurisas de aquellos tiempos.-
Es conocido en la familia, que Luis Justiniano (el mayor de la progenie de los esposos italianos: Francisco Antonio Padula Furiatti e Inés Merlino), fue pagando en cuotas la compra de la estancia, a la cual encontró con los campos vacíos y la fue poblando de vacas flacas, luego las engordaba y vendía y que además, cuando se le venía la fecha de vencimiento encima y no tenía el dinero disponible, le pedía prestado al italiano viejo, quien era muy cuidadoso de la solvencia económica del apellido y en este caso puntual, nunca dejó de a pie a su hijo, ni a ninguno de los otros.- 

                                  LA  HISTORIA  DEL  PUEBLITO….
Luis Padula, también continuó con el comercio ya instalado en la estancia y siguió adelante con la ganadería, chacras, árboles frutales y la plantación de eucaliptos, que tras varias cuadras de extensión, alcanzaron el margen derecho del Arroyo Sarandí Grande.-
Corría la década de 1930 y esta estancia, con su caserón y sus gentes, comenzó a marcar una referencia tal, que hasta hoy perdura en la tradición de las nuevas generaciones y aparece documentada en el mapa de la región y en el Google Earth.-
En su mente, comenzó a fluir y a tomar forma la creación de un centro poblado (quien sabe por qué influencia) y lentamente, a partir de los inicios de la década de 1930, el lugar siguió contando con su Escuela Pública Nro. 16, pero, ya separada por un lote de cuadras de la estancia, ubicada en un lugar, donde hoy le llaman “El Cherri”, dado que allí residió Pedro Cherri, acompañado de su familia.-
Maestro José Ferrari Lete con el moreno
Cleto González (domador)

Allí dictaron clases las Maestras: María Bussoño, Rica Elizondo y Rosa Ducatelli de Padula y los Maestros: José Ferrari y Julio Macedo.-
 Hubo circuito de votación en las Elecciones Nacionales y “Correo de Campaña” (P-52)- por parte de los “valijeros”: Marcos Viera o Aparicio López, quienes a tales efectos viajaban en “charret” o a caballo, hilvanando horizontes, leguas y caminos al compás de sus caballos trotadores.-
Al comercio de ramos generales, se le anexaron: peluquería, zapatería (por parte del belga Juan Fouquet), carnicería y un bar, regenteado por Juan Moreno Cidade “El Manco” (hijo de crianza de los esposos Padula-Gigena) y a quien Luis Justiniano, terminó regalándole unas cuadras de campo, no lejos de la casona y que hasta hoy, las conserva su sucesor “El Bebe” Moreno Rosa.-
Cada cierto tiempo, llegaba un cura al lugar y hacía bautismos y confirmaciones; luego venía el Juez de Paz Cloromildo Machado Larrosa y efectivizaba los casamientos, que siempre terminaban en reuniones de vecinos, con los consiguientes bailes, que duraban hasta el amanecer.-
Juan Moreno, había construido un rancho largo dentro de su campo, donde tenía el bar y como todavía estaba soltero, hasta allí comenzaron a llegar, las “Mujeres de la Vida”, que viajaban desde Vergara.-
Parte del rancho de Juan Moreno
Iban regenteadas por doña Carlota Lugo y viajaban en el carro de cuatro ruedas del viejo Antonio Rosendo Piñeiro, quien llevaba como “cuarteador” a Dinarte Elpidio Sosa, conocido por “El Negro Juez”.-
Allí fueron entre varias más: Irma Narváez “La Gamusa”; “La Liebre” Ramírez; “Pepa” Alfaro; “La Bordada” Techera; Paula Silva “La Tirurí”; Joaquina Campelo “La Milica”; Sara Freire; Antonia Silva “La Pecho” y Julia Silva- quien terminó formando pareja con Mercedes Rodríguez- que había sido el chófer del auto Ford que en 1917, había comprado Toribio Larrosa Marín.-
Concomitante a todo esto, desde el año 1934, se estaba iniciando también el pueblito del Arrozal “33” en las adyacencias de la “Bomba 2” a unos 15 kilómetros de la estancia de Padula y las mujeres, también se detenían unos días en ese lugar, cerca de la casa de comercio y de familia de Cirilo Reboa, cuya esposa también era Larrosa de apellido.-
Tanto en lo de Moreno como en lo de Reboa, se alojaban en sendos ranchos de terrón y paja, donde ejercían el meretricio y trataban de saciar con sexo, bailes con guitarras, alcohol y placeres comprados, a los obreros y peones del Arrozal “33” y de las estancias de la zona.-  


"Mujeres de la Vida" en el "Pueblito de Padula".-
A la derecha de la foto, doña Carlota Lugo, enseguida de ella
Paula Silva "La Tirurí".-
                                 EL  RANCHERÍO Y  SUS  MENESTERES…
Poco a poco, comenzó a formarse un rancherío, en los alrededores del campo de Juan Moreno, a pocas cuadras de la estancia y en dirección al Sur- hacia la Escuela Nro. 16- hoy, potrero de “El Cherri”.-
Y no fueron ajenos al lugar: Apolonio Acosta y familia; Bonifacio, Elisa, Marieta, Raúl y Edelma Toledo; los padres de Julieta Caldas; Pedro Cherri y familia; Juan Sosa y familia; Ramón Olivera y familia; y Bernardino Vaz Gabriel, que fue quien con un arado y un caballo, acompañado de su esposa Elodina Melgarejo, plantó la enorme fila de eucaliptos que encuentran su fin en la margen derecha del Sarandí Grande, pegado al potrero de “Las Acacias”. Donde hay una palma sola y muda, que evoca que allí y en otro tiempo, tuvieron su rancho los esposos: Marcos Moreno (que era chacarero de Luis Padula) y María Balbina Cidade, con su familia de varones y mujeres.-
El ayudante del comercio era: Amadeo Freire Ledesma, hasta que en 1938, se fue definitivamente para la Argentina, siguiendo un emprendimiento arrocero en el lugar conocido por “La Mazaruca” (cerca de la ciudad de Zárate) y lo suplantó su hermano: Dermeval Freire Ledesma, quien a la postre se casó con Gila Barrios (hija de crianza del matrimonio Padula-Gigena).-
Esporádicamente también asistía a la Escuela: Francisco Gigena Silvera (“Panchito”) quien era sobrino paterno de la esposa de Luis Padula y protegido de la misma.-
Tanto Luis Padula, como su esposa eran militantes blancos y de acuerdo al testimonio de Vicenta Acosta Sosa, quien moraba en el pueblito junto a sus padres y al momento de esta crónica, vive en Vergara, con 95 años de edad, cuando la fracasada revolución de enero en 1935, estuvieron escondidos en la estancia los blancos-independientes: Palmiro Fernández Almeida; Francisco Gigena Alves “El Querido”- que era hermano de doña Mamerta- y Carlos Senosian Larrosa “Carlitos”, quienes eran perseguidos por los que estaban a favor de la dictadura colorada del Dr. Gabriel Terra, pero, que nunca los pudieron encontrar.-
Reunieron caballadas y hubo gente armada en la estancia; mientras que encubiertamente el “chasquero” que era el brasilero Ananías Fernández, que luego murió de viruela en Vergara, se desplazaba a caballo subrepticiamente, para no despertar sospechas y les traía noticias exteriores de “como marchaba el asunto”…..
Allí permanecieron hasta los primeros días de febrero, cuando abortó la revolución y tras la retirada de Basilio Muñoz para el Brasil, las aguas se aquietaron y todos pudieron volver en paz a sus hogares y a la forja diaria del trabajo …
Con el vecindario incluido de los Acosta Sosa; los Rosas Larrosa (hijos de don Juan); los Rosas Larrosa (hijos de don Plácido); los Farías; los Barboza; los Toledo; los Barneche-Silva; los Casariego Sosa; los Sosa Larrosa; los Larrosa-Rojas; los Larrosa Posada; algunos de los Padula Ducatelli y Padula Silva; los Vila Montiel; los Moreno Cidade; los Silveira Larrosa; los hijos de Ramón Olivera; los Cherri-Rivero; algunos de los hijos de Carmen Viana; los Moreno Rosas; los Pereira Silvera, etc etc la Escuela, alcanzó a tener a través de los tiempos, hasta 40 alumnos entre varones y mujeres….
Todo indicaba que el futuro sería próspero.-
Pero la mala suerte y los factores climáticos, marcarían el comienzo del fin, para el pueblito, ya que Luis Padula había plantado arroz y una creciente imprevista de la Laguna Merín y del Sarandí Grande, le barrieron literalmente los sembradíos, cuando el arroz ya estaba pronto para cosechar.-
Las pérdidas fueron incalculables y Padula, decidió no repetir más la experiencia de plantar arroz.-
La gente comenzó a irse del lugar, a dejar los ranchos vacíos y a conchabarse de peones-jornaleros, en el floreciente Arrozal “33”…..

"Pueblo de Padula" (Italia)

     UNO  SIMILAR  EN  ITALIA….
Sobre dos colinas, en el “Vallo de Diano”, región de Campania y al Sudeste de la Provincia de Salerno (Italia) se levanta un pueblito tipo medieval, que al año 2013, tenía 5.522 habitantes.-
Se denomina: “Pueblo de Padula” y está a 100 kilómetros de Salerno y a 65 kilómetros de Potenza (de donde era oriundo don Francisco Padula Furiatti).-
Sabido es que el apellido “Padula”, deriva  del latín medieval “Paludem” que en italiano se escribe “Palude” y significa: “Pantano”.-
En 1871, este pueblito italiano alcanzó su pico máximo de 9.307 habitantes y a diferencia de su par del “Rincón de Ramírez”, este otro aun persiste, tiene Alcalde, iglesias, conventos, molinos, museos y hasta un museo del apellido, inaugurado en abril del 2012.-
Su santo patrón es San Miguel Arcángel y a sus habitantes se le conoce por el gentilicio de: “Padulés”…..

                                        EL  FIN  DE  UNA  ÉPOCA
Hacia 1944, la Escuela todavía existía, pero bien pronto hubo de clausurarse por falta de asistencia.-
Luis Justiniano Padula Merlino, enfermó, se dice que a causa de su mala suerte con la plantación del arroz donde había cifrado todas sus esperanzas y en el lecho de muerte, entregó a sus hermanos el resto del dinero que le había quedado debiendo a su padre; quien ya se había marchado físicamente  el 4 de octubre de 1944 a los 98 años de edad.-
Escudo de la Familia Padula
Luis, falleció el día 8 de marzo del año 1945 y fue sepultado en el cementerio de Vergara, en el panteón familiar.-
La Escuela Nro. 16, se cerró por falta de alumnos y posteriormente, funcionó una Auxiliar en el llamado “Potrero de las Acacias”, donde dictaron clases los docentes: Malva Rosa Delfín; Rosmarís Díaz y Celsa Irigoín Cháves.-
Al frente de todo, quedó doña Mamerta con su legión de ahijados e hijos e hijas de crianza.-
Por un tiempo, arrendó casona y campos a Ubaldo Zuluaga, pero no anduvo el negocio y tras la entrega de los bienes a la propietaria, quedó al frente de la misma Dermeval Freire, quien se estableció con su esposa e hijos y explotó esos campos y otros en el lugar conocido por “El Pajal” (bastante cerca de la Laguna Merín) solo para el rubro de la ganadería.-
Continuó con esas labores hasta la década de 1970 en que sucesores de doña Mamerta, quien había fallecido en 1962, se hicieron cargo de la casona y de los campos en cuestión; respetando como tal, el que había sido otorgado a Juan Moreno Cidade.-
Hecho que continúa hasta el día de hoy y que ya fue detallado al inicio de estas líneas.-
Actualmente, en el "Rincón de Ramírez" y en la costa del Sarandí Grande, descendientes de LARROSA-MARÍN, conservan en su totalidad, unas 2.000 cuadras de campo, aproximadamente.-
Nos vamos con Juan Carlos Torres, con el sol de enero que cada vez pesa más y la brisa de la Laguna, que quema brazos y caras.-
Atrás, dejamos una casona sin ojos y sin boca. Vacía de sueños, de reflexiones y de esperanzas.-
Solo cuidan de ella, los duendes etéreos del silencio y cobra vida provisoriamente, cuando los obreros del Arrozal “33” que laboran en sus alrededores, descansan con sus palas rústicas y con sus máquinas sofisticadas, en el galpón (cuidándose de las cruceras) o a la sombra generosa del plantío.-
Gracias a Dios y a mucha gente que aun vive para contar, puedo reunir estas memorias y llevarlas a un papel para que no se mueran definitivamente.-
Quizá alguien las lea, reflexione, se llene de recuerdos, agregue más detalles y hasta pueda enjugar alguna lágrima escapada al descuido.-
Entonces ahí me sentiré satisfecho, por el solo hecho de haber penetrado en la mente y en el corazón del lector.-
Ya no habrá olvido y eso es lo que importa.-

(Agradecimiento a: Francisca Barneche Silva (ya fallecida); María del Carmen Rodríguez; Ariel Torres Fernández; Juan Carlos Torres; Vicenta Acosta Sosa; Teresa Padula Silva; Ana Rosas de Lemos; Roberto Rosas Silveira; John Medina Silveira; Wilmar Pereira Silvera; Juan Barneche Silva y Luis Larronda Fernández).-

Texto: Jorge Muniz.-
“Rincón de Ramírez”- Departamento de Treinta y Tres.-
Costas del Sarandí Grande, 9 de diciembre del 2016.-

Pozo de balde de la estancia, en la actualidad.-



Mamerta Gigena Alves y Luis Padula
quien sostiene en brazos a Luis Antonio
Freire- Década de 1940-
Aelia Larrosa Portella de Senosiain
Luisa Juana Larrosa Marín de Rosas
Mamerta Belmiria Gigena Alves

Luisa Braulia Larrosa Marín y Cándido Silveira



Dr. Alberto Bolívar Larrosa Portella (Médico- Pediatra)
Comisario Mario Larrosa Portella (izquierda de la foto) llevando detenido a José Saravia en el año 1929.-
Maestro Nereo Aguilera
          
Vicenta Acosta Sosa a sus 95 años de edad
Vivió con sus padres en el pueblito y fue alumna
de la Escuela Nro. 16.-
Hoy, año 2016, reside en Vergara.-
  
                                
             
Acá se levantaba la casa de Marcos Moreno
que fue chacarero de Luis Padula
Potrero de "Las Acacias".-
Al medio de la foto entre los eucaliptos
se levantaba la Escuela Nro. 16
Potrero "El Cherri".-
La casona actualmente, abandonada y en franco deterioro.-
De izquierda a derecha: Parados: Arturo Larrosa Rojas, Lorenzo Fierro, "El Rubio" Padula y "El Tocayo" Rosas.-
Sentados: Guardiacivil Luciano Ferreira "El Capataz", Benicio Pacheco,
Sub Oficial Cándido Durán, Inocencio Rodriguez y "Correo de Campaña" Aparicio López
(Inicios de la década de 1940)
Plantios de eucaliptos de la estancia, hechos por Bernardino Vaz, en tiempos de Luis Padula Merlino.-
Otra vista de los plantíos de eucaliptos que van hasta el Sarandí Grande.-
Romería en el "Pueblito de Padula"
Rosendo Pereira con el violín y Justino Carbajal con la guitarra.-
Familia Rosas- Arias (entre los que se encuentra doña Luisa Juana Larrosa Marín de Rosas) descendientes directos de José Francisco Larrosa Silva.-
                                  

Teresa Padula- Vivió durante años en la estancia
y fue a la Escuela Nro. 16.-
Gloria Araújo cuando era estudiante de Medicina, junto a una de las palmeras
al fondo de la estancia.-
Aelia Larrosa Portella de Senosiain
con todos sus hijos.-
             
Albertina Senosiain Larrosa "Tina"
Nieta materna de los esposos: Larrosa-Portella
Durante años vivió en la estancia y fue alumna
de la Escuela Nro.16.-
De izquierda a derecha: Filomeno Alberto; Viterbo Rosa; Santina; Luis Justiniano y Felipe Padula Merlino, en el frente de la estancia.-
Panteón de Luis Padula y de Mamerta Gigena, cementerio de Vergara.-
Luis Ruben Larrosa Portella.-
Dermeval Freire encima del molino de viento de la estancia.-



Albertina Portella, Pura Olano de Larrosa y Luis Larrosa Portella.-


Iracema Larrosa Portella, Pura Olano de Larrosa y Luis Larrosa Portella.-


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