“EL SOROCABANA VERGARENSE”……..
(6ta. Parte)
Mientras que por la calle Joaquín Suárez, cruzaba Isidro
Cecilio Niz, en “el charret” de la UTE, con la escalera sobre el lado derecho y
al trote acompasado de un tordillo cruza con “percherón”, los viejos de la
rueda de amigos, se preguntaban:- Dónde será el corte de luz?
O de repente es algún recambio de lamparilla que se quemó en alguna esquina…..
O de repente es algún recambio de lamparilla que se quemó en alguna esquina…..
Así se alumbraba Vergara, en la década de 1960 y parte de 1970, con focos en
las esquinas o lamparillas que dentro de un receptáculo con forma de campana,
pendían sobre las bocacalles.-
Con la vieja sala de máquinas de UTE marchando a pleno, con
la toma de agua y el sistema de cañerías, que partía desde el arroyo Parao,
para refrigerar el dele y dele de los
motores, que bramaban las 24 horas del día, sin parar….
Allí estaban como entreverados por el tiempo: Ciriaco Pérez, Ramón González, “El Negro” Raúl Alvarez, “El Vasco Pepe”
Senosiain, “El Negro” Caraballo, Vicente
Cidade al cual le llamaban “Vicente Porto”, Pedro Cruz, alias “Pedroza”, “El loco” Antonio
Brun, “Pitito” Zuluaga, “El Viejo” Luis Cristoforone, “El Flaco” Alttieri, Luis Suárez, Víctor García, Mario Peña, “El Flaco”
Quintana, Walter Moreno, Oscar Oliz y “Pepe” Acosta que era el administrativo.
Después vendría Dardo Senosiain, que terminó siendo Jefe de la UTE, Jesús
Santana, “El Rubio” Román, “El Gordo” Pereira, el capataz
Torres, José Castro, “El Cuya”
Techera, Rosa Brun y Balcedo.-
Obvio que sin olvidar al primer Jefe de la UTE, en el año
1931, que fue Samuel Gosweiller, esposo
de una hermana del “Coco” Correa.-
LOS
LABERINTOS DE LA MEMORIA….
La tardecita entraba puerta adentro con los últimos reflejos
de un sol que buscaba su muerte tras la línea azulada del horizonte.
Recrudecían los recuerdos y allí se hablaba del brasilero Manuel Pires “Maneco” con su barba blanca, su espalda doblada por los años y
sus ojos buenos. Fue uno de los primeros habitantes del “Paso de Píriz”. Cosechaba y procesaba el tabaco “en rama”,
leía el diario día por medio, atrás del espaldar de su cama, guardaba una lanza
“de palometa” que había conocido las montoneras blancas de 1897 y 1904 y murió
con "96 pirulos" un 16 de febrero de 1958. Hablaban de Evaristo Martínez, que era
chacrero de “Maneco” y una tarde, al parecer sin motivos de ninguna clase, se
colgó con un sobeo, de una de las tijeras del rancho que ocupaba en el “Paso de
Píriz”, dejando sobre la cama, el chaleco, la plata y el reloj de bolsillo que usaba…..
No faltaban en la rueda tampoco, las historias del brasilero
José Avelino Beledo, estanciero en “San Francisco” (Segunda Sección de Treinta
y Tres) con su agudeza tremenda de futuro y ciertas excentricidades, como:
guardar las libras esterlinas envueltas en cuero de venado, tener prontos el féretro y
la cruz de fierro hecha por Gurruchaga en su dormitorio, para el día en que
muriera, comer libras de chocolate y tomar “caldo de coruja” (lechuza) - según él- mezcla de elixires para detener el envejecimiento.-
Hablaban de don Felipe Pereira, cuando hizo dar vuelta un
“parejero” que traía para unas pencas en Vergara, porque se le atravesó en el
camino una crucera “con mal rumbo”; del primer Concejo Auxiliar que hubo en
Vergara, en 1906, que lo presidía
Braulio Silvera y que lo integraban: Edelmiro Silvera, Rudecindo Pereira, José
Lucas, Luis Lineras, Irineo Aguilera y Juan Cándido. Por supuesto que no se
quedaba atrás la balsa y el bote del “Paso de Píriz”, donde el brasilero Juan
Pires (hermano de “Maneco”) tripulaba la balsa y conducía el bote, cuando había
necesidad y cobraba “peaje” para el Concejo Auxiliar de Vergara. Si hablamos
del “Paso de Píriz”, imposible olvidar a la Maestra más recordada de la Escuela
Nro. 51 María Eugenia Rondán de Arnaud “La Yiya”, las pencas en lo de Bairo,
los bailes de farol “a mantilla”, en la propia Escuela, la muerte de Alvarez al
derrumbársele el brocal del pozo, el boliche de don Ángel Soto, la panadería y
“cancha de bochas” de Alberto Barragán, la pelea de los contrabandistas con la
Policía de Vergara, en la boca del “Paso de Píriz”, las plantaciones del viejo
Nieves Lacuesta y de Lourdes Silva, el Club de Fútbol Armonía,
donde el golero era “El Jefe “ Mombrú y hasta se dieron el lujo de
militar en el Liga Regional Vergarense….
Hablaban de los Comisarios: Miguel Lezama (que fue el primero que hubo en esta zona en 1884), Ramón Santellán, Segundo Oxley,
José Muiño, Orfilio Fernández (muerto de una complicación en uno de sus riñones, mientras ejercía el cargo) y Ramón Zabalegui, como celosos cumplidores de la ley y azote
permanente de los “malevos y malvivientes” que osaban pasar por esta zona y que
ni soñaban con las palizas de rebenque, los baños en el arroyo Parao, las
“estaqueadas” en el patio de la Comisaría
y “las esperas” en “el cepo” o “en la barra”, porque en ese tiempo no
había calabozos y los mismos Comisarios, se encargaban de administrar policial
y judicialmente, la Sección, ya que el Juzgado de don Paulino Sánchez o de
Miguel Rocha, estaba emplazado en el paraje “Los Ceibos”.-
Seguía cayendo la tardecita inexorablemente.-
Con las primeras luces que se encendían en los viejos
faroles esquineros de la UTE, pasaba Apolinario Techera “El Negro Polilla”,
montando un oscuro como “un rancho de grande”, marca de la estancia de don
Mauricio Zuluaga, borracho por unanimidad, “de lao a lao” y a los gritos:- Viva
los colorauuuuussss….carajo!!... Iva los colorauuuusss....carajo!!
Parecía un monito, trepado arriba de semejante matungo y hacía malabares para no caerse del apero….
Parecía un monito, trepado arriba de semejante matungo y hacía malabares para no caerse del apero….
Decía mi padre:- Este pobre negro, es hijo de Gil Techera con una negra-
viene a ser hermano por padre de “Juan Tierra”-
y fue criao con Ulpiano Núñez, que era administrador de “La Catumbera” y
de “El Altillo”, cuando mandaban los Astiz. "El viejo" Núñez, que había andado con los
colorados en 1904, le enterraba cada palizas a este pobre negro, que lo deshizo
todito. Por eso es que cuando anda de a pie, camina como la langosta, todito atravesao. Dicen que una vuelta de tan acobardao que estaba de las palizas del
viejo, se metió pa dentro de un bañao y el viejo Ulpiano, como era gordo y no
podía entrar a caballo de afuera del
plantío lo sentenciaba al pobre “Negro ” con un puñal de plata y oro en la
mano…… Si los habré visto pasar a los dos por la casa de mis viejos en el
Sarandí Grande, en el carruaje que tenía don Ulpiano, rumbo a “El Altillo”……De
lejos se sentía la gritería del viejo con los caballos y “El Polilla” venía en
“la puntera”, porque era el que le abría y le cerraba las porteras y le
cambiaba de caballos en el trayecto y aun así, el viejo los pasaba en la trenza
a los matungos y al “Polilla” también!!....
Ya entrada la noche, la reunión propendía a exaltar las
“benzeduras” de doña Eulogia Olmos, del gallego
Manuel Rodriguez, que además era carnicero, de la china Eduviges Cruz, de “La
Tonga”- que se llamaba Mauricia Fernández-, de doña Petrona Fleitas “La negra vieja
Briola” (mano derecha del Dr. Juan Carlos Sciallero) y de su hija Élida
Álvarez, conocida por “La Negrita”, vecina y muy amiga de mi abuelo Adramantino
Cuello…..Seguían las historias, mientras se esperaba la llegada del coche de
Empresa ONDA S.A. y saltaban a la luz, recuerdos de don Fermín Olivera, cuando intentó volar
de arriba de su rancho, provisto de unas alas “de palma” y cayó en el fondo del
terreno, arriba de un ortigal; del “Chico Galletero” y de Paulino Rodríguez
Soto, cuando les dieron una paliza los
“terristas “ de 1935, porque querían saber donde estaban escondidos Palmiro
Fernández y “El Querido” Gigena; de “El Loco” Aparicio Moreno, cuando salió a
la revolución de 1935, “en pelo” en un caballo gateado, con un fusil que no
tenía gatillo y vivando a los gritos a José Pedro Zuluaga (que era uno de los
caudillos del gobierno); de la pelea de
“Gabrielito” Guerra siendo Sub Comisario de Policía a los tiros adentro de la
Comisaría de Vergara con Luis Padula, porque le había dado una “cachetada” a
don Francisco (el italiano viejo que estaba preso en “la cuadra”); del circo
PENSADO HNOS. y de un león que se les escapó rumbo al Tacuarí y nunca más lo
encontraron; de doña Amalia Silva, en
cuyo rancho Macario Silva y “El Lobo Marino”, velaron un gato barcino muy querido que
tenían, con féretro propio, velas , dolientes y entierro en el fondo del
terreno; de Avelino Freire, que era
carpintero, herrero y tuvo una tahona donde hoy es el comercio de “Marito” Bresque; de los carreros con caballos: Leonardo
Fernández, “Don Gallo”, Paulino Carneiro, “El Tartamudo” Teófilo Rodriguez, Martires Alza y Sabás Cela; de los periodistas: Juan Paseyro y Monegal, Delfín Diez, José Fariña, Julio González Soubes, León
García y Jacinto Cabrera; de los bailes en lo de Justino Cándido “El Patita” ;
de las hermanas “Cachila” (que era mujer de “El Patita”) y de Juana Píriz (que
era mujer de Blas Barrios- peón de campo de los Zito, en “La Guacha” y luego peón de campo en el Arrozal 33); de
“El Chancho” Armando, que vivía en un galpón de don Ubaldo Zuluaga y había
volado en 1954, con el piloto y acróbata aéreo Carlos Alejo Rodriguez; de “Seu Mora”, que se llamaba Indalécio Moura, había nacido en Camacuá (Brasil), fue esclavo , tocaba acordeón de “dos
hileras”, cantaba y murió dicen que “con más de 100 años” arriba; del “Ronco”
Presa que era timbero y que cuando alguno salía con “las alas cortadas de la
timba”, él, decía- Síiii….chillá nomás!; del “Rengo” Cándido, que también se
llamaba Justino, que hacía de cobrador de entradas en el “Parque Vergarense” y
en Carnaval, se disfrazaba de “burrito”; del viejo Brígido Muiño que era
jubilado de Guarda Aduanero, que mentaba que había ido a la guerra con los
colorados en 1904 y que había hecho una cocina rústica en su rancho, con
piedras que había sacado de un nicho del “cementerio viejo”. Era novio de una
hermana de Luis Larronda y hacía arroz con leche y le mandaba de regalo a la
novia y ella, no lo comía porque con solo saber que aquello era cocinado sobre
las piedras sacadas de un cementerio,
“se le daba vuelta el estómago y hacía las del zorro”……….de Arué Presa
(hermano de “El Ronco”) que jugaba al fútbol en Vergarense FC y en un choque
que tuvo con otro contrario, cuando sus compañeros lo levantaron del suelo, notaron
que tenía un cuchillo entre short y camiseta deportiva….Le preguntaron:- Y éste
cuchillo??....Él, “pescareta” y nervioso como era, les contestó casi que de
corrido:- Es pa sumírselo al “Portugués” Falcón! Que
casualmente y en ese partido, era uno de
los contrarios…..
“DOS CUARTAS
DE GUASCA”…….
-
“Lo bueno, se vende como bueno”…..
Ése, era uno de los tantos slogans que tenía Constancio
María Islas Salaverry cuando remataba en sus locales de ferias ganaderas…..
Fue nuestro vecino en el barrio de “El Centro” y tanto
Mariel como yo, nos criamos en su casona de la calle Joaquin Suárez, entre
Jacinto Ruiz y Coronel Francisco Tajes, de Vergara, donde hoy reside con su
familia, el Sr. Silvano Melgarejo.-
Era el padrino de bautismo y de confirmación de Mariel,
tenía la estancia “Los Arroyitos”, había sido criado en campos de Lavalleja y
se había forjado un lugar en la vida, a fuerza de trabajo, dedicación y experiencia.-
Tanto su esposa Adelita Martínez (que era de “María Albina”)
como sus hijos: Dardo, Álvaro “El
Flecha” o “El Loco Alvarito” y “Maricucha” (que en realidad se llamaba María
Juana) eran como familiares nuestros y nos aguantaban todo tipo de
impertinencias propias de la edad.-
Constancio, era un tipo bien puesto, campero, prolijo, se
hacía respetar sin levantar la voz, siempre me llevaba a campaña, me decía
“Jorge María” y recuerdo que usaba pañuelo de cuello (aunque anduviera de
pantalón corrido) y un puñal, con el mango surtido de caballitos dibujados en
blanco y celeste……A pesar de esa característica que narro, Constancio, era
colorado de alma….
Muy amigo de papá, con el cual, se daban tratamiento de
“compadres”, hicieron viajes juntos a
Lavalleja (a la estancia de los Salaverry)
y a veces tiraban algunas manos, al “golfo”y "al monte" también……Porque a Constancio, le
gustaban los naipes y jugaba por plata, si la ocasión se le cuadraba.-
Tenía mucho de camino andado y varios viejos pícaros de la
campaña, lo llamaban por el mote de: “La Lechuza”, porque decían que se había
comido toditos “los cascarudos” (se referían a los viejos de plata, que lo
único que sabían era solo amontonar capitales). No se daban gustos de ninguna clase y el día que
“estiraban la pata”, los parientes se peleaban a muerte por el capital, lo dilapidaban en poco tiempo,
con autos caros, mujeres “de lujo” y casas en la playa…..
Una mañana de ésas, estaba Constancio en el comercio de casa
y llegó “El Paraguay” Antonio Coito, que era uno de sus peones, en “Los Arroyitos”.-
Fue Constancio y lo mandó a la Junta Local (hoy, Municipio
de Vergara) a pagarle las patentes de los carros y sulkys que tenía en la
estancia. De allá volvió “El Paraguay” con el cuento de que le había dicho José
Francisco Pereira das Neves, que era el Secretario de la oficina, que todavía
no habían empezado con las cobranzas.-
Al parecer Constancio no andaba bien de carácter y llamativamente,
porque no era de contestar mal a nadie, le dijo a “El Paraguay”:- Deben de
estar cobrando sí, lo que pasa es que ustedes no quieren hacer nada……
Sorpresivamente, el otro, que ya había tenido tremenda pelea
a cuchillo con Tiburcio Arismendi, en el “Rincón de Ramírez” y se hablaba de
que era hombre de coraje y de respeto, se le vino por arriba a Constancio,
lo manoteó del pañuelo y se llevó la diestra al cuchillo que tenía en la
cintura…..
Papá, saltó el mostrador con su proverbial agilidad y se
interpuso entre ambos:
- Pará “Paraguay”,
atendé que vos sos un hombre con familia y no estás para ir a parar preso…..Atendé, dejá ese cuchillo y soltalo al compadre…..
-
Bueno, “Negrito” (conocido es que a papá, le
decían “El Negro” Antúnez) lo viá´cer
por vos carajo, que te conozco de gurí….Pero el patrón jué un atrevido con
decirme lo que me dijo y me retó como que yo juera negro chico……
Los dos hombres se separaron, Islas, reconoció que había
estado mal, hablaron entre ellos y se
terminaron pidiendo disculpas mutuamente……
Andaban en la camioneta azul doble cabina que tenía , por el
“Rincón de Ramírez”, viendo unas haciendas para rematar en la pista del local
de Sarasola y el camino estaba feo (con los barrizales propios de la zona y de
un tiempo pasado) y en determinado momento, la camioneta se les quedó
atascada.-
Cerca, había una casa y decidieron ir hasta la misma a ver
si conseguían un tractor, una yunta de bueyes o un caballo “cinchador”, que
pudiera sacar la camioneta.-
Serían más o menos las dos de la tarde, de un mes invernal y
golpearon las manos y tras el griterío de los perros que habían quedado en la
casa salió una mujer joven, espantando perros y dando la mano:- Cómo le va
doña?......Muy bien y uté, bien gracias…..
-
Señora, su marido no anda por aquí?……
-
No, don…..Mire mi marido salió con mijo pa la
chacra….Ayá tán ellos (y la mujer señaló dos figuras que se veían a cierta
distancia, al parecer detrás de unos bueyes)…..
-
Y usté no sabe si su esposo tiene algo con qué
cinchar la camioneta, que agarramos bruto peludo…
-
Tiene sí don, con que cinchar….Si tenemo dos
yunta de gueye ques con las quel ara y cincha el rastrón…..Pero vaya tranquilo
nomá y hable con él, vaya por aquí por este camino don, porque yo se bien que
tiene dos unta de gueye y dos cuartas de
guasca, que con eso le garanto que le saca la camioneta del barrial………Porque
mire don, que son fuertaza y buena, las dos cuartas de guasca que tiene mi marido……
Decía Constancio después:- Agaché la cabeza y me reí a
escondidas pa que la mujer no me fuera a ver…..
(Fin de la
6ta. Parte)
Jorge Carlos Muniz Cuello
Vergara, 25 de febrero del 2018.-
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