miércoles, 16 de mayo de 2018

"DOS PORTUGUESES Y UN VIRREY ESPAÑOL".....
Soldados y Oficiales del Virrey de España.-

El Virreinato del Río Plata fue creado el día 27 de julio de 1776 y confirmado (como en los bautismos religiosos) el día 15 de octubre de 1777, cuando el Capitán General Pedro de Cevallos, irrumpía por segunda vez en el estuario del Plata y había arrasado, rendido y cegado a la Colonia del Sacramento, pasándola a dominios españoles y terminando de una vez por todas "con esa manzana de discordia".-
No conforme con todo eso y munido de un poderoso ejército de infantes, caballería, artillería y marina, se llevó por delante a los portugueses hasta meterlos en los más lejanos reductos de Río Grande del Sur.-
La monarquía de España, tenía que marcar presencia en los territorios conquistados y luego del 1ero de octubre de 1777, cuando lo hicieron dar vuelta a Cevallos de su fulgurante campaña guerrera, firmaron el Tratado de San Ildefonso con los portugueses, empezaron a pensar seriamente, en colonizar tierras, atendiendo a lo frágiles y vulnerables que eran las fronteras.-
A pesar de que el Virrey Vértiz, marcó su impronta mandando levantar el Fuerte de Santa Tecla en el año 1774, no fue hasta el cuarto período de los Virreyes (1789-1795) donde el General Nicolás de Arredondo y Pelegrín, dispuso de todo lo concerniente para establecer Guardias Armadas a lo largo de la frontera.-
Para ello don Nicolás, que residía en la ciudad de Buenos Aires (capital del Virreinato) y que estaba entre sus ideas el de darle un gran incentivo a la explotación ganadera, se valió de un ciudadano portugués, que a la sazón era segundo Comandante del Resguardo del Puerto de Montevideo.-
Me estoy refiriendo a don Cipriano de Melo y Meneses, un ciudadano nacido en Lisboa, en el año 1740 aproximadamente, hijo de una familia de acrecentada fortuna y que entre muchas cosas más, fue un avezado práctico de la marina en el Río de la Plata, al servicio de las poderosas flotas del Virrey Cevallos.-
A los 7 años de edad, había quedado huérfano de padre y madre y fue remitido a Río de Janeiro por sus familiares, para que otro de ellos se hiciera cargo de su cuidado.-
A su vez, ese pariente de Río de Janeiro, lo transfirió para la Colonia del Sacramento encomendándolo al Gobernador de la Plaza.-
A los 10 años de edad, se fugó de la Colonia del Sacramento y se fue para Buenos Aires.-
A los 15 años se incorporó a los voluntarios del ejército de Andonaegui y participó en la Guerra Guaranítica.-
Terminada ésta, se ausentó para Cádiz (España) con el fin de adquirir conocimientos náuticos que le atraían de sobremanera.-
Vuelto a Colonia del Sacramento luego de algunos años, con más equipaje y dinero proporcionado por sus familiares, no demoró en ponerse "debajo del ala" de don Pedro de Cevallos, quien como se dijo, lo designó práctico de toda su flota.-
Ahí, recién comenzaba la larga y dilatada carrera por la vida de don Manuel Cipriano de Melo.-
Además de marino avezado, fue comerciante, contrabandista, empresario teatral, escritor, masón, católico, caudillo rico y generoso.-
Devoto de la Virgen del Carmen, su casona de Montevideo (la que luego fue vendida al General Juan Antonio Lavalleja) y que hasta ahora se conserva, en todos las piezas habidas y por haber no le faltaba una imagen, de la virgen protectora.-
Un hombre astuto, diligente y audaz este portugués de Melo, que casó con la portuguesa Ana Joaquina da Silva y que un día 31 de enero de 1780 la Real Orden por un lado y la ayuda de Cevallos, por otro,lo colocaron como Comandante del Resguardo del Puerto de Montevideo.-
Años turbulentos lo llevaron a no quedar bien parado muchas veces, pero el astuto y pillo portugués, las "salvó todas", se sometió a quedar como segundo jefe del Resguardo y por las dudas, estuvo un tiempo preso en Buenos Aires.-
Virrey Nicolás Antonio de Arredondo.-
Lo convenció con su prosa al General Arredondo y éste, que ya trataba de efectivizar el cordón de guardias armadas a lo largo de la frontera, le propuso de que él, las recorriera a caballo y fuera estableciéndolas bajo la supervisión del Capitán de Marina gallego: Joaquín Gundín.-
No esperó más, don Cipriano y un 6 de febrero de 1791, montó a caballo y acompañado de varios funcionarios del Resguardo, de un cabo, 12 soldados Dragones y 250 caballos, partió de Montevideo hacia el Fortín Santa Tecla (500 kilómetros de distancia) en un derrotero que de ida y vuelta, más el tiempo que insumió de patrullaje en la Laguna Merín, le llevó 3 meses y unos días más.-
Asimismo se llevó consigo al ciudadano Alfonso Pereira Chávez, que se hallaba preso en la Ciudadela, con el motivo de "regenerarlo" y herramientas varias compradas con su propia dinero.-
El gobernador de Montevideo era el Coronel Antonio Olaguer y Feliú y ya el día 17 de febrero de ese año, don Cipriano, desde la costa del arroyo Alférez en el Departamento de Rocha, le enviaba la primera remesa de cuatro carros aprehendidos con 323 cueros de contrabando.-
Siguió su derrotero, correteando gauchos vagos y contrabandistas hasta que al final de su periplo el balance total le dio un botín estimado en 6 canoas, 44 carros, 6000 cueros, 1500 caballos, 132 rollos de tabaco, 16 esclavos rescatados y 36 delicuentes aprehendidos.-
No escatimó en avanzar entre soles hirientes y aguaceros torrenciales, acampando un lote de días en el norte del arroyo "Parado", donde le dio respiro a las caballadas y a su gente, para luego continuar detrás de los contrabandistas: Carlos Grande, Morera, Benito el Gallego y don Pedrito, que andaban haciendo estragos por la zona.-
Siguió adentrándose hacia la Laguna Merín, hasta que dio con el arroyo Sarandí, donde por poco, se le escapó Morera y de ahí siguió hasta la Punta de Quiroga ya en la Laguna, donde prendió al granadino Juan Antonio Araoz y a Vicente Suárez "Vicentón", que venía con una canoa desde Río Grande y 105 pesos en plata doble, para pagar los cueros que iba a adquirir.-
A los dos, les hizo jurar fidelidad al Rey de España y luego de ello, los incorporó a sus fuerzas, equipó una canoa corsaria y lo puso a "Vicentón" al mando de la misma.-
Vale decir que de todos esos procedimientos, don Cipriano, informaba al Virrey con lujo de detalles, haciendo gala de cierta grandilocuencia y esteticismos en sus palabras.-
El día 10 de marzo, se encontraba con sus hombres en las inmediaciones del Cerro Largo y el día 14, luego de haber observado, las condiciones geográficas y climáticas del lugar, ordenó a su gente edificar algunos ranchos,y dio inicio a lo que llamó "PARADA DE SAN NICOLÁS DE BARI", hasta tanto el Virrey dispusiera elevarla a la categoría de guardia.-
Este lugar habría de convertirse en "LA GUARDIA DE SAN NICOLÁS DE BARI " y posteriormente en la denominada "GUARDIA VIEJA DEL CERRO LARGO".-

Dibujo hecho por el Cabo de 2da. Cotelo en el año 1975  y que representaría la Guardia Vieja
del Cerro Largo.-
Desde allí (ni qué hablar!) le mandó otra carta al Virrey, explicándole de lo obrado y tras dejar al Teniente Félix Gómez, transitoriamente a cargo de la futura- casi guardia- y de los trabajos concernientes al establecimiento de la misma, siguió con otro grupo rumbo a la Laguna "errándole viajes a Don Pedrito" y a 40 contrabandistas más, que huyeron por el "Paso de la Cruz" del Tacuarí y vadearon el Yaguarón por el "Paso del Sarandí" con un lote de animales robados.-
Teniente General portugués Rafael
Pinto Bandeira.-
Fue aquí que el ladino portugués, decidió escribirle una carta al Teniente General Rafael Pinto Bandeira, que era el Gobernador Interino de Río Grande y recorría la zona con sus partidas de "Dragones del Río Pardo".-
Pinto Bandeira, contestó a la epístola de don Cipriano en muy buena forma, se puso a las órdenes de su coterráneo e inmediatamente comenzaron a patrullar la frontera de un lado y del otro del Yaguarón y de la Merín.-
A pesar de que el Virrey le reclamaba una y otra vez a don Cipriano que retornara a Montevideo, éste, se dio el lujo junto a Pinto Bandeira de prender más gente y contrabando, de quemar ranchos, de incautar cueros y esclavos y de dejar en marcha otra guardia más próxima al Paso de los Minuanes, sobre la barra del arroyo Tarariras.-
"POR CARLOS IV- GUARDIA DE SAN JOSÉ Y SANTA ROSA- MAYO PRIMERO DE MIL SETESCIENTOS NOVENTA Y UNO".....
De retorno a Montevideo, dejando la canoa corsaria de "Vicentón" en la Laguna Merín (en 1792, se le sumaría la Guardia de Arredondo o "Bocas de la Laguna"- donde hoy se levanta la ciudad de Yaguarón-) en paz con Pinto Bandeira y en paz, la propia Laguna Merín, prendió al gaucho Lorenzo Moroti que se le había escapado varias veces y le sugirió al Comandante de la Campaña Agustín Arenas, que la Comandancia tenía que ser mudada del "Paso del Rey" en el río Yí al Fortín de Santa Tecla.-
Con los huesos tremendamente doloridos a raíz de una caída del caballo, don Cipriano, con todo ese periplo de encuentros y desencuentros hecho a "pata de caballo", llegó de retorno a Montevideo a media tarde del día 16 de mayo de 1791.-
No podía con su cuerpo y estuvo en cama un lote de días hasta que pudo pasar a Buenos Aires, para llevarle un detallado, preciso y "adornado" informe, al Virrey Arredondo.-
A pesar de las encomiables palabras que la autoridad emitió en bien de su ejemplar subordinado, hubieron otras voces denigrantes que lo llevaron a don Cipriano de Melo y Meneses a solicitar su jubilación en el año 1793, después de haber sido 20 años funcionario del Resguardo del Puerto de Montevideo.-
Su retorno al ruedo político y social de Montevideo sería como empresario teatral.-
Aunque ya nada ni nadie podría borrarle el trayecto que le seguía en la creación y sugerencias de guardias en la frontera:"San Nicolás de Bari" (Guardia Vieja del Cerro Largo);"Arredondo" o "Bocas de la Laguna" (donde hoy está la ciudad de Yaguarón); "San José"; "San Antonio" y "Santa Rosa" en las cabeceras del Candiota, mandadas por los Comandantes: Félix Gómez; Joaquín de Paz; Gabriel Bascou, Francisco de Vera y el Alférez de Dragones Juan Bautista Rondeau, respectivamente; ni tampoco en la amistad sellada con Pinto Bandeira, quien fallecería en Porto Alegre, en el año 1796.-
Entre "gallos y medias noches" su vida de embrollos y disputas judiciales, culminó en Montevideo, un día 20 de mayo de 1813, suscribiendo un holgado testamento, donde además de dejarle la casona, una quinta llena de frutales y con 27 esclavos, más dinero en existencia a su esposa, liberó 5 esclavos que tenía en la casona y puntualizó una por una las deudas que tenía impagas y por supuesto que las que le debían también....
Cuenta la historia, que ahí recién su alma quedó en paz, lejos de los avatares de la vida terrenal.-
(Fuentes: "Don Cipriano de Melo- Señor de Fronteras"- Arturo Ariel Bentacur; "Historia de los Pueblos Orientales" Tomo III- Aníbal Barrios Pintos y material encontrado en Internet).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 16 de mayo del 2018.-


Sol poniente en la Laguna Merín.-

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