domingo, 5 de agosto de 2018


"EL GENERAL RIVERA, HA MUERTO !"...
Una  escena poco conocida y que recrea la muerte del General Fructuoso Rivera, el día 13 de enero de 1854, en el rancho de Bartolomé Escolástico Silva Rebollo “Bartolo" (hijo de primeros pobladores, con mercedes otorgadas por el Capitán Agustín de la Rosa) a orillas del arroyo Conventos (Cerro Largo) y a escasa distancia de la "Villa de Melo".-
El hombre barbado que se encuentra a la derecha del dibujo, era el Coronel Brígido Silveira (caudillo colorado del Departamento de Lavalleja) que estaba asignado por el General Flores, con un grupo de militares "de línea" a custodiar al General Rivera.-
El que aparece sentado al costado de Silveira, era Andrés Vega que oficiaba como secretario del General y a los pies de la cama del fallecido, la figura barbada y de poncho negro, era el Comandante Manuel De Brun Carabajal “Manduca” (otro legendario caudillo, de la zona de Lavalleja) y quien de acuerdo a su jerarquía, era el segundo al mando de la fuerza militar que acompañaba a Brígido Silveira.-
Sentado a la derecha de Carabajal, está el Coronel Camilo Vega, hombre que siempre estuvo muy cercano a su general y parado a la izquierda de "Manduca" saco negro y brazos cruzados está el médico andaluz Dr. Luis María Navarrete Romero, quien en 1854 ejercía como “Médico de Policía” en la “Villa de Melo”.-
El muchacho de pelo ensortijado y rasgos morenos que viste chiripá, botas de potro y espuelas con grandes "lloronas", era: Faustino Reynoso, uno de los tantos “guayaquíes” que siempre acompañaron al caudillo.-
Es de rigor acotar, que esta escena fue dibujada siguiendo los minuciosos detalles que describió el periodista, historiador y político uruguayo: Telmo Manacorda, en su obra del año 1933: “FRUCTUOSO RIVERA. EL PERPETUO DEFENSOR DE LA REPÚBLICA ORIENTAL”.-
General Fructuoso Rivera.-

Para ordenar estas líneas es necesario hacer constar, que el General Rivera, había ingresado a territorio oriental, el día 10 de noviembre de 1853 procedente de Yaguarón donde se hallaba alojado transitoriamente en una casona (hoy,"Hotel Siñuelo") - y adonde había llegado, procedente de Río de Janeiro, muy deteriorado, acostado sobre cojinillos en el interior de un carruaje con difíciles etapas previas, vadeó el río  por el llamado “Paso de las Piedras” (no muy lejos de la hoy ciudad de Río Branco-Cerro Largo) y se puso bajo el amparo de unos 50 militares, “ una pieza de bronce” (vale decir un cañón) que comandaba el Coronel Brígido Silveira, quienes ya de antemano lo esperaban, para ejercer una sólida custodia.-
Mientras se desplazaba por territorio brasilero, lo acompañaron soldados del imperio de Don Pedro II, algunos orientales y unitarios argentinos que habían peleado en la batalla de “Monte Caseros” donde fue derrotado Juan Manuel de Rosas.-
Coronel Nicasio Borges.-
Según los historiadores orientales, el General Rivera, pasó el Tacuarí, el arroyo Sarandí de Barcelo, se volcó hacia las faldas del Cerro Largo y se fue buscando la “Posta de Mena” en las “Puntas del Avestruz” (hoy, Quinta Sección del Departamento de Treinta y Tres) donde confraterniza con el General Anacleto Medina y la gente de su División.-
Es lógico,  que ese periplo junto al escuadrón de Silveira, le insumió un derrotero más extenso donde llegó hasta Durazno, no quiso seguir hasta Montevideo y retornó una y otra vez a la zona de Cerro Largo, según la tradición oral recorriendo lugares puntuales como: las “Puntas del arroyo del Oro”, “El Leoncho” y “La Azotea de Ramírez” (hoy, Departamento de Treinta y Tres) llegando a acampar unos días junto al regimiento del Coronel Nicasio Borges (nacido en Santa Cruz de Tenerife- España- abuelo del escritor argentino Jorge Luis Borges) y al servicio de las fuerzas coloradas.-
No es novedad que el caudillo oriental sabía que había contraído tuberculosis pulmonar mientras había estado preso en rigurosas condiciones en la “Fortaleza de Santa Cruz” en Río de Janeiro, a solicitud del Gobierno de la Defensa de Montevideo y por intrigas del Dr. Andrés Lamas, entre los meses de febrero de 1851 hasta febrero de 1852 , incluso tras ser puesto en libertad, estuvo internado en un hospital de Río, con ahogos, pérdida de conocimiento y vómitos de sangre, siendo atendido por el Dr. Pablo Cándido y otras veces por los Dres. Geraldo y Barbosa.-
Tampoco es novedad que durante su estadía en la campaña oriental, vivaqueando sin rumbo, luego del 10 de noviembre de 1853, Rivera, buscaba afanosamente crear una insurrección entre los blancos (eso lo documentan sus últimas cartas) e incluso en las “Puntas de Tupambaé” estuvo a punto de chocar con la División Cerro Largo, que comandaba el Coronel blanco Dionisio Coronel Muniz y que fue neutralizado sin llegar al combate, por el escuadrón de  Medina, que como Nicasio Borges, recorrían la tierra oriental con el fin de aplacar probables brotes de guerra….

Foto de los calabozos de la "Fortaleza de Santa Cruz" (Río de Janeiro- Brasil)

La República vivía los tiempos de un triunvirato de gobierno, que ya no era tal, dado que el General Juan Antonio Lavalleja uno de sus integrantes, junto a los Generales Venancio Flores y Fructuoso Rivera, había fallecido en Montevideo el día 22 de octubre de 1853 a causa de un infarto de miocardio.-

Mientras las cartas del General Melchor Pacheco y Obes, le pedían encarecidamente a Rivera que retornara de una vez por todas a Montevideo, para asumir su rol de triunviro junto a Flores, éste, seguía con el tema de la insurrección de los blancos y según se dice, haciéndose atender por "El Pardo Bartolo" Silva, quien era uno de los tantos expertos en las “curas con agua fría”,  tan de moda en esa época.-
No se escatima tampoco decir que el General además de tener una amistad fluida con "Bartolo" (cuñado del militar Albano de Oliveira Bueno) era amante de una hermana del mismo, que se llamaba María del Carmen Silva (según el Dr. Luis Bonavita) María Rosa Silva (según otros historiadores) o Rosa del Carmen Silvera y que fruto de ese amor a escondidas, nacieron en Cerro Largo, los gemelos: Cayetano y Frutuoso (sic) el día 9 de agosto de 1822 .-
Sin embargo, bautizados al día siguiente, en la Parroquia de Melo, por el Teniente Cura Vicario Interino, el brasileño Juan Themudo Cabral Diniz, resultaron ser: "hijos legítimos de Ramón Benito Nodal, natural de Galicia- Reino de España- y de Rosa del Carmen Silvera, natural de Portugal y vecinos de esta Villa en paraje Cañada de los Burros.....Padrino, el Coronel del Regimiento de la Nación don Frutuoso Rivera" ...(Fs. 53- Libro I de Bautismos).-
O sea que documentalmente y en este caso, don Frutos, había quedado libre de culpas... Porque todo fue un gran invento de ciertos historiadores. La mujer antes nombrada, no tenía ningún parentesco fehaciente con "Bartolo" (que era yerno de los esposos: Luciano y Leonarda Teixeira de Mello) y además ella, vivía en "Cañada de los Burros",más cerca de Aceguá, que de la antigua "Villa de Melo".-
No así con : Ramona Laureana Rivera Fernández, nacida en "San Pedro del Durazno" (hoy, ciudad de Durazno- Uruguay) el día 4 de julio de 1842, quien bautizada el día 12 de setiembre del mismo año, por el Cura Vicario de la Iglesia de la localidad:  Raimundo Farragó, consta que "es hija natural del Sr. Presidente de la República Dn. Fructuoso Rivera, natural de la Florida y de doña Ramona Fernández, natural de Santa Lucía, vecina de esta Villa del Durazno; fueron padrinos Dn Martín Martínez, natural de Murcia y D. Saturnina Fernández, natural de Santa Lucía, vecinos de esta Villa"......
Incluso existen un lote de cartas debidamente archivadas, de Rivera a doña Ramona Fernández, algunas de ellas fechadas en el año 1852, cuando estaba preso en la fortaleza de Santa Cruz y culmina enviándole epístolas en 1853, cuando ya incursionaba por las tierras de Cerro Largo. Siempre preguntando y marcando pautas, en el cuidado e instrucción de la hija "Ramonita".-
Ramona Laureana Rivera Fernández, se casó con Hilario Pérez, tuvo 5 hijos del matrimonio y falleció en Durazno en diciembre de 1844, a los 42 años de edad.-
También es cierto que a su influjo y durante su Presidencia, un día 30 de setiembre de 1833, el Coronel Servando Gómez ( esposo de Manuela Visillac e hijo de crianza de Rivera, que después se pasó sin miramientos para los blancos) había dado inicio a la "Villa de San Servando", sobre el río Yaguarón, la que por motivos económicos y poblacionales, feneció a principios del año 1851, cuando su vecino y contemporáneo: "Pueblo Arredondo" (hoy, ciudad de Río Branco) comenzó a catapultarse con majestuoso poder comercial.-
Pero el General Rivera se sentía desfallecer, cada vez estaba más débil y en la tardecita del día 11 de enero de 1854, pasó con su séquito por la “Villa de Melo” sin detener la marcha y desmontó casi sin aire, debajo de la enramada del rancho de "Bartolo".-
Eligió sentarse al aire libre. Fue trasladado para la parte inferior de uno de los tantos árboles que rodeaban la finca constituida además por un galpón a la izquierda, con una cocina de media agua y con otro rancho abierto adelante y así que le arrimaron un banco de ceibo, se sentó casi que ahogado, pero, dando la espalda para la cercana villa.-
Es que el General, no era ni cerca de bien visto por los pobladores de Melo, donde era recordado por sus sitios "a sangre y fuego" en 1844 y 1845 (contra el cantón militar que mandaba Dionisio Coronel, con su segundo Juan Rosas “El Rubio-Negro”) y además, pendía del recuerdo, la famosa “estaqueada” que durante el segundo sitio, le mandó propinar al cordobés José Nicasio Guerrero (de ideales blancos,con campos propios y evidente prestigio en la zona) quien a raíz de ese castigo, quedaría de por vida, con serios problemas motrices para desplazarse.-

Coronel Dionisio Coronel Muniz.-
Perseguidor implacable del General Rivera.-
Alojado en el rancho de adobe y quincha de totora, el enfermo intentó dictar unos apuntes a su secretario Andrés Vega, pero se fatigó y dejó para hacerlo al día siguiente.-
El 12 de enero la situación permaneció incambiada a pesar de una mejoría breve durante la mañana. Próximo a la hora 14, les señaló un baúl a sus más próximos y les dijo: - “Ese baúl, si muero, se encargarán ustedes de entregarlo al Gobierno. En él, se encierran todos los actos de mi vida pública, y en ellos encontrarán mis enemigos documentos que prueban que jamás he dejado de servir a mi patria”.-
Después, entró en un coma casi irreversible….
Allí estaban: los Comandantes Carabajal, Pantaleón Illescas y Camilo Vega, el Mayor Francisco Gadea, el Capitán Julio Borches, el secretario Andrés Vega, el Sargento Pedro Onetti y el muchacho de nombre Faustino; mientras el Coronel Brígido Silveira en persona había ido hasta la “Villa de Melo” a buscar algún médico.-
Regresó de noche, con el Dr. Luis Navarrete, acompañado de los practicantes Juan Fernández y Francisco Mestre, pero, ya no había nada que hacer. Solo, esperar el desenlace fatal….

Dr. Luis María Navarrete Romero.-
General argentino y unitario
 Juan Madariaga.-
Extrañamente a la hora 05:00 del día 13 de enero, Rivera, se despertó, balbuceó con lucidez la hora, dijo que sentía mejor y “que a las ocho haremos esos apuntes, algunos de ellos servirán para la felicidad de mi patria”….
Casualmente a esa misma hora desmontó bajo la enramada del rancho, el General argentino y unitario Juan Madariaga, quien avisado de la gravedad que experimentaba Rivera, llegó “reventando caballos” y logró estar una hora y diez minutos, junto al lecho de muerte de su amigo.-
Tras hundirse en un pronunciado letargo a la hora 6 y 10 de la mañana, expiró y el Dr.  Navarrete, al respecto, certificó: “Hemotisis (sic) consecuente de pleuronemonía con gastro hepatisis e hipertrofia del corazón”…..
De inmediato el Coronel Silveira, salió al exterior del rancho y ordenó, que cada cuarto de hora, se hiciera un disparo de cañón, a la vez que dispuso de dos hombres, para que se trasladaran de apuro a caballo, a Montevideo con el siguiente parte: “Exmo. Señor General de la Campaña: Don Venancio Flores: Hoy, a la 6 y 10 minutos de la mañana, dejó de existir el señor Brigadier General, primer miembro del Gobierno de la República don Fructuoso Rivera, bajo las órdenes inmediatas de quién me hallaba; y estando las fuerzas que tengo el honor de mandar, a disposición del Gobierno, me dirijo a V.E. para que disponga de ellas, ordenándome lo que tenga que hacer a fin de llenar mi deber. Conventos, 13 de enero de 1854. (Firmado) Brígido Silveira”.-
Se cuenta, que poco después de producirse el deceso de Rivera, se presentó en el rancho Dionisio Coronel Muniz, observando las normas de respeto y consideración debidas, ante el cuerpo de su otrora rival político.-
Saludó a todos quienes se encontraban allí y luego, se retiró del lugar.-
Así eran áquellos hombres !!...

                                     EL TRASLADO DEL CUERPO A LA CAPITAL….
  
No esperó más órdenes Brígido Silveira y por su cuenta, inició las maniobras para el traslado del cuerpo a Montevideo.-
Mandó a sus hombres que consiguieran una gran caja de hojalata, la llenaron con caña blanca y luego introdujeron el cuerpo desnudo, taponaron todo escape con algodón y después, pusieron la misma, dentro de otra caja de madera, que se cerró, herméticamente.-
Consiguieron toda la tela posible de coco negro, colocaron el "improvisado ataúd" en un carruaje que consiguieron con la Sra. Justa Blanco Melgarejo de Puente (esposa de Epifanio Puente y sobrina del Coronel Luciano Blanco- oficial de confianza de Rivera-) lo cubrieron de negro y el Coronel Silveira, dispuso que toda la tropa portara luto y designó a seis lanceros, de custodia de honor (dos abriendo la marcha y cuatro más atrás, a ambos lados del carruaje).-

Para conducir el carruaje eligieron al moreno africano: Juan Teodoro Ferrán Sóñora, llegado al Brasil en un "barco negrero" y luego a tierra oriental, aproximadamente en 1824, como esclavo del brasileño Jerónimo de Silva Ferrón y luego fue esclavo de Manuel Sóñora, que fue quien lo libertó y por ende adoptó los apellidos de sus dos patrones.-
En 1874, Juan Teodoro Ferrán contrajo matrimonio con la Sra. María Fermina Centeno, en la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar y San Rafael, en la "Villa de Melo" y reconoció los hijos que ya tenían en común. (Libro IV- Fs. 125 de Matrimonios).-
Falleció en el año 1879 y su nombre se perpetúa en una calle de la hoy, ciudad de Melo.-
Así se pusieron en marcha hacia Montevideo, bajo el comando de “Manduca” Carabajal y en la mañana del día 17 de enero de 1854, sobre un gajo del arroyo Mansavillagra (Departamento de Florida), se encontraron a su vez con otro carruaje que procedente de Montevideo, traía a los Coroneles Santiago Labandera (medio yerno del fallecido) y Manuel Freire (uno de los 33 Orientales) conjuntamente con el Dr. Enrique Muñoz y doña Bernardina Fragoso de Rivera, quien había sido enterada de que su esposo estaba en cama, pero desconocía la gravedad del mismo y su posterior fallecimiento.-
Al ver acercarse aquel carruaje tapado de negro, con los lanceros escoltando su marcha, dos oficiales detrás (“ Manduca” Carabajal y Camilo Vega) y 30 hombres más, de la tropa asignada a la custodia del General, doña Bernardina, no tuvo dudas de que aquel vehículo conducía un muerto.-
Y sus dudas se aventaron totalmente, cuando al acercarse el mismo, el oficial que mandaba el cortejo, profirió un grito: - EL GENERAL RIVERA, HA MUERTO !....
Comandante "Manduca" Carabajal.-
La última vez que doña Bernardina había visto con vida a su esposo había sido en Yaguarón, en octubre de 1853, donde él había estado en cama con los empujes propios de la enfermedad, aunque luego se había repuesto y había vuelto otra vez a montar a caballo.-
Entonces ella se dirigió hacia Montevideo, a los efectos de preparar la casa, para el pronto retorno del esposo.-
Ello, no pudo ser.-
Descansaron viajeros y caballos todo día 17 de enero y el día 18, en horas de la mañana arrancaron a trote parejo rumbo a Montevideo.-
En la tardecita del 19 de enero, hicieron su ingreso en la capital y el cuerpo fue velado en la Iglesia San Agustín de la Unión, la misma donde tiempo después fue depositado el cuerpo del General Manuel Oribe.-
Gracias al cuidado dispuesto en Cerro Largo, por el Coronel Silveira, el cadáver se conservó sin descomponerse a pesar del intenso y sofocante calor.-
A las 7 de la mañana del día 20, el cortejo fúnebre partió de la Iglesia de San Agustín, escoltado por la fuerza militar que venía de Cerro Largo hacia el centro de la ciudad y al llegar frente a la Plaza Cagancha se les unió otra fuerza militar al mando del General César Díaz.-
Así llegaron a la casa de la calle Rincón (propiedad del General Rivera) próximo a la hora 11, donde se encontraban el Dr. Francisco Araucho, el General Venancio Flores y el General José María Paz ("El Manco Paz").-
Luego de los discursos de rigor el poeta Francisco Acuña de Figueroa, improvisó una poesía y terminada la parte protocolar, cargaron el féretro a pulso: los Generales Anacleto Medina y José María Paz, luego el Jefe de la Armada Argentina Almirante José Muratore y los Coroneles: Manuel Freire, Velazco, Possolo, Acosta, Espinosa, Dupui, Tajes y Labandera (que era casado con Concepción, hija adoptiva del General Rivera).-

Coronel Santiago Labandera.-
(Casado con una hija adoptiva
del General Rivera)

Al arribar a la Catedral Metropolitana, fue depositado en un sepulcro, abierto al costado de donde ya descansaba su compadre, amigo y enemigo varias veces, el General Juan Antonio Lavalleja, otro de los forjadores de esta nación.-
Anda una leyenda circulando entre el claro-oscuro de los tiempos, que dice que indios guaraníes que constituían la fuerza militar que custodiaba a Rivera, durante el viaje a Montevideo, bebieron de la caña blanca que cubría el cuerpo, buscando según sus ritos ancestrales "adquirir los poderes que el finado, había tenido en vida"....
Lo que sí no es leyenda, es que al frente del Gobierno quiérase o no, quedó el General Venancio Flores, un militar colorado, que había sido lugarteniente de Rivera, que se escapó por un pelo que lo degollaran en la "Batalla de India Muerta" el 27 de marzo de 1845 y que además de haberse convertido en dictador, optó por el servilismo y se volvió  aliado militar de Argentina y de Brasil, poniendo en juego en forma perversa y categórica, la soberanía de la Patria.-
(Fuente: Internet, además de los libros: “Mansavillagra- Crónica Histórica del Pago”- Edición año 1969- del historiador Alcides Olivera; “Fructuoso Rivera- El perpetuo defensor de la República Oriental"- Edición año 1933- del historiador y político Telmo Manacorda; "El silencio y la voz" del historiador Aníbal Barrios Pintos; Diario de Cerro Largo, año 1993; versiones familiares del Profesor José María Mujica Miralles y Libros de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar y San Rafael, de la ciudad de Melo- Cerro Largo).-
Texto: Jorge Muniz.-
Ampliado y corregido, en Vergara, a 29 de enero del 2024.-

Actualmente, el rancho de Bartolo Silva, reconstruido a orillas del arroyo Conventos.-
"Parque Rivera" de la ciudad de Melo (Cerro Largo).-

1 comentario:

  1. Excelente informe que nos permite conocer los entretelones de nuestra historia.

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