lunes, 13 de agosto de 2018

"JUSTINO MUNIZ. CAUDILLO DE LA FRONTERA REBELDE"....
Justino Muniz, nació en Sauce de Olimar (hoy, departamento de Treinta y Tres), el día 5 de setiembre de 1838.-
Era hijo legítimo de Julián Ramírez (quien se fue del hogar antes de su nacimiento) y que en 1834 era soldado de la división Cerro Largo, que mandaba el sargento mayor Marcelo Barreto  y de Josefa Benita Muniz Azcurra; por lo que queda demostrado que no era hijo natural, como especularon durante cierto tiempo varios historiadores, dado que sus progenitores se habían casado en 1837.-
En realidad su verdadero nombre era: Justino Ramírez Muniz.-
Más allá de que un dejo de rebeldía frente al padre que no conoció y que había abandonado a la madre cuando se hallaba embarazada, Justino, de por vida, tomó consigo el apellido Muniz.-
Y así lo conoció la historia, de un lado y del otro, en el tema de las "divisas políticas".-
Huraño, de pocas palabras, heredero de un tiempo bárbaro, hijo predilecto de las llanuras, de las sierras y de los montes, su vida se templó en la dura lucha de las faenas del campo y su alma de hombre honesto y de palabra dada, fue una eterna contradicción con su pensamiento lineal y carente por completo de la luz que aportan las aulas y de la cultura que aportan los libros.-
Era totalmente analfabeto y lo que es peor, despreciaba a quienes buscaban un solaz en la cosecha de las letras y hasta llegó a llamarlos: "embrollones de letra menuda".-
Cara contradicción en este hombre tratado hasta de "semi-salvaje" por sus compañeros y por sus contrarios, cuando en su descendencia hubieron hombres y mujeres que les apasionaron las letras y que incursionaron en el magisterio, en el profesorado, en las crónicas, en la poesía, en la dramaturgia (como su nieto materno Justino Zavala Muniz) y hasta en el dibujo, como Fabio Muniz Carvalho (uno de los nietos de Ángel Muniz).-
Viene al caso contar en este momento que según la tradición oral de aquellos tiempos, verdadera o no, el Alférez Sebastián Bouquet, que durante la revolución de 1904, era secretario de Muniz, muchas veces lo hizo firmar la correspondencia agarrándole la mano con todo cuidado, mientras repetía casi que maquinalmente: "Para arriba, para abajo, para arriba para abajo etc. etc. ....Para el costado y ahora sí, una raya por abajo, mi General"....
Otros cuentan que le preguntaba a Bouquet (que era recién egresado del Colegio Militar y luego llegaría al grado de General de Brigada) :- Ché y la "o" de "Justino" como l´hago?
- Redonda y cerrada, como la argolla de un lazo, mi General !
Todo ello, constituiría el cerno y la carnadura con la cual estaba formado ese hombre. Heredero de un apellido que surgió en la "Isla Sâo Miguel" y especialmente en la región "Fenais de Ajuda", de las Azores (Portugal) y que llegó a Río Grande del Sur, antes del año 1748, con un largo tránsito que incluyó Río de Janeiro, Porto Alegre, Viamâo y Rio Grande, hasta que en 1763, el general Pedro de Cevallos, capturó a "los Muniz" más viejos y con ellos y otras familias, fundó la floreciente población de "San Carlos" (Maldonado).-
Familia prolífica como fue de ahí en más, se dispersaron por todo el suelo oriental y en especial viraron hacia las tierras y el espacio campesino, del antiguo Cerro Largo.-
Justino Muniz, tenía 7 meses de edad, cuando su madre lo abandonó para siempre y tuvo, que sustraerse a los cuidados de su abuelo materno: José Bernardo Muniz Pintos, quien había sido soldado del general José Artigas, lancero y oficial del general Rivera en "India Muerta" en noviembre de 1816, para luego "cambiar de sitio" y volverse adicto a las fuerzas blancas del general Manuel Oribe, donde llegó a ostentar el grado de capitán.-
Todo un entramado a veces hasta incomprensible, que lo llevó a un anciano José Muniz Pintos, a vivir en el "Rincón de Suárez" (tierras del padre de don Joaquín Suárez, en Cerro Largo), por "consejo" de su hijo el después general Ángel Muniz Azcurra, caudillo blanco de la región, quien entre otras cosas, temía por la integridad física del anciano.-
Así fue que Justino, alternando en las orillas del arroyo Fraile Muerto, a unas 9 leguas de la ciudad de Melo, comenzó la vida común de un peón de estancia, ni bien alboreó los 16 años.-
A los 20 años, usaba chiripá negro, sombrero, botas de potro y espuelas con grandes "lloronas". Ahí fue cuando tuvo la primera pelea de su vida a cuchillo con el tal "Felisberto Pelo Largo", saliendo ambos heridos de la contienda y demostrándole al otro matón, que a pesar de su edad y de la falta de contextura física, le sobraba coraje y honor, para no dejarse "pasar por arriba" y defender la dignidad suya y del prójimo, costara lo que costara.-
En 1853, a órdenes del tío Ángel Muniz ("El Manco Angelito") participó en el combate de "Las Rengas" (afluente del arroyo Cordobés) y a pesar de que la pelea quedó inconclusa, Ángel Muniz, lo hizo ascender a teniente segundo de Guardias Nacionales, luego de la caída del Presidente Giró.-
Nuevas afrentas vendrían para la vida de Justino.....Y el hombre se enamoró perdidamente, de una bella moza del Cerro Largo, llamada Eufemia Rodríguez, que tenía 18 años de edad.-
Una noche de diciembre de 1858, conocedor de que los padres de la misma la querían hacer casar con un gallego comerciante de la zona, llegó a caballo hasta la morada de "la prienda" la alzó en ancas y se fue con ella, para el rancho, que ya había levantado fruto de sus trabajos como esquilador y arador en tiempos de paz.-
El 18 de noviembre de 1865, Ángel Muniz, se les apareció una mañana en el rancho que ocupaba la pareja, con un cura y dos testigos, "se tomaron varios mates amargos" y después procedieron al casorio....
La pareja, entre "revolución y revolución" tuvo 11 hijos entre varones y mujeres.-
No obstante, desde 1863 y hasta la caída de Paysandú, anduvo combatiendo a órdenes de Ángel Muniz y como sostén del gobierno blanco de Berro, primero y luego, de Aguirre.-
Está poco documentado (capaz que se buscó esconder ese detalle), pero se conoce que la división Cerro Largo en su totalidad, al mando de Ángel Muniz, participó de la batalla de Yatay y de la rendición de Uruguayana, cuando la "Guerra de la Triple Alianza".-
En 1870, con 32 años de edad y una bien ganada fama de lancero corajudo y entrador, peleó del lado de los blancos de Timoteo, en las batallas de: Manantiales y en la del Sauce (donde en la navidad de ése año, combatieron entre unos sembradíos, "Goyo" Suárez, hizo degollar a unos 500 blancos heridos y /o rendidos y luego ordenó que les pasaran encima con los caballos) mientras que el escuadrón de caballería que mandaban "los Muniz" (Ángel y Justino) lograron mantener sus posiciones y salvar la gente en una tenaz retirada.-
Luego de la paz de 1872, el Jefe Político y de Policía de Cerro Largo Bernabé Manuel Rivera (hijo del coronel Bernabé Rivera, pero, de ideales blancos y al servicio de Ángel Muniz), lo nombró a Justino, comisario general del departamento de Cerro Largo.-
Ahí fue donde puso en paz, la campaña de Cerro Largo, corriendo a punta de lanza para el Brasil, a "Nico" Coronel, al "Pardo Luna" (que se llamaba Ambrosio Luna) y al oportunista brasileño Manduca Cipriano, que siempre estaba "al golpe del balde" cuando se armaban revoluciones en el Uruguay.-
En 1875, con el tío Ángel, tomaron distancia del general Timoteo Aparicio y se involucraron en la "revolución Tricolor", donde Justino mantuvo un duelo a lanza con Melitón Muñoz (sin llegar a herirse ambos) y posteriormente, a través de la mediación del coronel brasilero Astrogildo Pereira da Costa (que era primo-hermano de Josefa Benita Muniz Azcurra, por ende tío-segundo de Justino) parlamentó con el coronel Lorenzo Latorre, quien le dio la palabra del respeto debido por sus hombres, le comunicó que todo estaba perdido y le aconsejó que se internara en el Brasil al igual que el tío Ángel.-
Vaya a saberse que entretejidos hubieron en ese parlamento....Porque si es cierto que Justino acató la orden de exiliarse en el Brasil (cerca de la frontera con Uruguay), también es cierto, que Astrogildo Pereira, lo ayudó por esa época, a comprar el campo en "Bañado de Medina".-
Regresó en 1880 y por influencias del comandante Higinio Vázquez, Jefe Político y de Policía de Cerro Largo, que era primo del general Máximo Santos, le fue restituido el grado de comisario general del Departamento y posteriormente se abstuvo de salir a la revolución del Quebracho y fue "premiado" el día 9 de febrero de 1886, con el grado de coronel del "ejército de línea".-
Cambió radicalmente el tema y a pesar de que Muniz, juraba ser blanco "como gueso e´bagual" indirectamente, comenzó a deberle favores al Partido Colorado y por ende, también comenzó a ir contra los que habían sido sus compañeros de armas en las pasadas revoluciones.-
El 26 de setiembre de 1893, falleció Eufemia Rodríguez, dejando un hondo pesar en la trayectoria de su esposo, quien a pesar de la vida azarosa que llevaba, la amaba con toda pasión y nunca se conoció que le fuera infiel.-
Pero las cartas, estaban jugadas y el mundo político del Uruguay le convenía atraer a un hombre que ya era caudillo en Cerro Largo, que el gauchaje lo conocía y lo seguía y entonces, el Dr. Julio Herrera y Obes, lo ascendió a general "de línea" el día 17 de febrero de 1894.-
El 16 de noviembre de 1895, se unió sentimentalmente a Clotilde Massaro, con quien tuvo 5 hijos: 4 varones y una mujer.-
Palanqueado por la minoría blanca de los Dres. Martín Aguirre y Juan José Segundo, entró en frontal oposición con los Saravia (a pesar de que cuentan que había sido íntimo amigo de Gumersindo) y que en agosto de 1896, el veterano caudillo Fortunato Jara, intentó atraerlo hacia filas blancas e incluso que tuviera una reunión con Aparicio Saravia.-
Parece que la cosa estaba bastante encaminada, pero el día 26 de noviembre de 1896, cuando el fatídico atropello del capitán blanco Juan Sosa "Juan Garras" a la casona de Ramón Mundo, que ocasionó la muerte de Segundo Muniz, de 16 años de edad, todo cambió en el alma y en la mente del general; máxime cuando se enteró de las bocas de la esposa de Ramón Mundo y de su hija Eugenia (la madre de Zavala Muniz) que el propio "Chiquito" Saravia, lanza en mano, les había intimado la rendición, por una de las ventanas de las casona, luego de que Alberto Muniz, diera muerte de dos tiros a "Juan Garras", diciéndoles en forma por demás amenazante:- Entreguensé o los mato a todos !...
A lo que habría contestado Eugenia desde adentro y con sus hijos prendidos de la pollera:- Mátenos si es capaz....Ningún Muniz, se entrega a un enemigo!.....
En 1897, acicateado por los "dotores" que tanto despreciaba y por la muerte del hijo, Justino Muniz, se enfrentó a "Chiquito" y a Aparicio un día 19 de marzo, en la cuchilla de Arbolito.-
Mucho se ha escrito y mucho se ha dicho de esa batalla, pero en síntesis además de la carga a lanza casi de leyenda que llevó "Chiquito" adelante y que le costó la vida, pelearon "blancos municistas" contra "blancos saravistas", con "pases" de uno al otro ejército y hasta donde se especula que el parlamento solicitado por Muniz, antes de la carga a lanza de "Chiquito" era para llegar a un acuerdo que favoreciera a los dos bandos en común...Cuando no, para conformar una inesperada fusión!..
Llamativamente, no hubo ensañamientos con los "blancos saravistas" cuando se tendieron en retirada y mucho menos, con los heridos que quedaron asistiéndose en casas cercanas adonde fue la batalla.-
A pesar de estar consolidado como caudillo el general Muniz, comenzó a ser "un traidor" para los blancos y un elemento "de desconfianza" para los colorados, relatando muchos de sus subalternos, que los trataba con desprecio, que los amenazaba que los iba "a levantar en la lanza" y que se golpeaba el pecho diciendo y repitiendo: "Que no había nadie más blanco que él"....
No quiso concurrir a la firma de la paz en la estación de la Cruz (Florida) quizás, para no verse con el General Aparicio Saravia.-
Volvió a la paz de su estancia, cuyas casas y galpones estaban pintados de blanco y celeste y se cuenta que regalaba las gallinas batarasas y coloradas que le nacían.-
El 24 de julio de 1898, en horas de la noche, soportó un atentado en su estancia, lo que no pasó de unos tiros, pero, le mataron al mestizo de indio "Fusil" uno de sus secretarios de enorme confianza.-
Y a los tres días de ese hecho, la guardia fronteriza de Aceguá, mató de un tiro, al parecer por error, a su hijo Fernando, que salía de la casa de unos amigos.-
Todo eso, sumado a la antipatía que venía levantando su persona y a la muerte de su hijo Profecto Zacarías el día 27 de diciembre de 1901 a manos de su cuñado Susano Leguizamón, quien al igual que Justina (hija del general y esposa de Susano) huyeron para el Brasil y nunca más se supo de ellos, fueron mellando cada vez el ánimo y el diario vivir del caudillo que comenzó a envejecer prematuramente.-
En 1904, apoyado por el Presidente Batlle y Ordóñez, salió a la revolución al mando del ejército del Sur.-
Su actuación no fue para nada destacada en líneas generales, a pesar de que obtuvo la victoria del "Paso del Parque del Daymán", pero dejó que el ejército blanco, escapara en tremenda fuga, se enfermó y fue sustituído en el ejército colorado, retirándose para su estancia al final de la campaña.-
Hay quienes comentan que luego de conocer la gravedad de la herida del general Aparicio Saravia, intentó pasarse al ejército blanco, pero su oferta no fue tenida en cuenta para nada, por la consecuencia mediata "de traidor de los blancos" que hacía tiempo que venía a los encontronazos con su figura.-
En 1910 fue nombrado por unos días, comandante militar de Cerro Largo, ante el levantamiento blanco de Basilio Muñoz y de Nepomuceno Saravia.-
Y aunque el Presidente Batlle lo ascendió a teniente general del ejército "de línea", no mejoró mucho su situación anímica y se reculuyó como "animal enfermo" en su estancia de "Bañado de Medina", rodeado por su esposa Clotilde y por sus hijos menores, motejado de "traidor", de "toro pampa" y de "blanco yaguané" (blanco piojoso).....
Cuentan que en sus últimos días, recordaba que el indio Rosas Castillos era quien le cargaba la lanza en Arbolito y que lamentaba hasta las lágrimas haber dado muerte con la misma, durante la carga de "Chiquito" a los hermanos Cirilo y Cruz Aldama y al joven Claudio Pérez, dado que los progenitores de éstos, Emilio Aldama y Artidoro Pérez, habían sido sus amigos en la revolución de 1870 y más que amigos, eran: "como hermanos de sangre".....
Finalmente el día 5 de diciembre de 1914, a la edad de 77 años su luz se apagó para siempre, cayendo muerto en su propio campo, debajo de un árbol, al costado de su caballo y con las riendas agarradas por la mano izquierda.-
Celado, despreciado, triste y olvidado por blancos y colorados, se fue de la vida, como una brasa que se va extinguiendo.-
Metido en enredos y tapujos políticos, que jamás los entendió. Donde fue una débil rama oscilando en la corriente portentosa. Donde taloneó el caballo para el lado que le decían, quienes lo manejaban y lo usaban como a un juguete, desde el gobierno nacional.-
Al final de cuentas, aquellos "embrollones de letra menuda" que él tanto criticó durante su vida, fueron los mismos que le crearon los fantasmas de la senilidad y los mismos que de una forma u otra lo hicieron mascar y atragantarse, con el odio indigerible, que atenazó su existencia.-
(Fuentes: "Crónica de Muniz"- Justino Zavala Muniz; "Caudillos y Doctores"- Lincoln Maiztegui y archivo genealógico del autor).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 13 de agosto del 2018.-

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