"PARÓ DE YOVER, DON? "........
Ya me referí hace algún tiempo atrás al ómnibus que durante la década de 1940-1950, cumplía con el trayecto de Treinta y Tres- Charquedada y viceversa.-
Su dueño y conductor, fue el vergarense Jesús Fabeiro, un hombre bueno y solidario, acostumbrado a la tenacidad de los caminos de la época y que no dejaba ningún viviente de a pie, tuviera dinero para el pasaje o no. A todos ellos, sin prejuicios raciales ni políticos, bien o mal vestidos, de zapatos lustrados o con "las patas embarradas", con niños en brazos o con gatos barcinos agarrados, a todos pues, les tendió su mano amplia don Jesús Fabeiro.-
Quedaron muchas anécdotas grabadas en el "inventario general" de los viajeros y es muy probable que muchos de ellos, matizaron las acciones que ocurrían diariamente, para que persistieran en el tiempo con su caleidoscopio de luz, de formas y de espacios naturales.-
Se cuenta que una mañana venía Fabeiro hacia Treinta y Tres, "mandando rueda", espantando pájaros y levantando una pegajosa polvareda, cuando allá a lo lejos divisó la figura de un gurí, que le hacía señas para que detuviera el ómnibus.-
Ya me referí hace algún tiempo atrás al ómnibus que durante la década de 1940-1950, cumplía con el trayecto de Treinta y Tres- Charquedada y viceversa.-
Su dueño y conductor, fue el vergarense Jesús Fabeiro, un hombre bueno y solidario, acostumbrado a la tenacidad de los caminos de la época y que no dejaba ningún viviente de a pie, tuviera dinero para el pasaje o no. A todos ellos, sin prejuicios raciales ni políticos, bien o mal vestidos, de zapatos lustrados o con "las patas embarradas", con niños en brazos o con gatos barcinos agarrados, a todos pues, les tendió su mano amplia don Jesús Fabeiro.-
Quedaron muchas anécdotas grabadas en el "inventario general" de los viajeros y es muy probable que muchos de ellos, matizaron las acciones que ocurrían diariamente, para que persistieran en el tiempo con su caleidoscopio de luz, de formas y de espacios naturales.-
Se cuenta que una mañana venía Fabeiro hacia Treinta y Tres, "mandando rueda", espantando pájaros y levantando una pegajosa polvareda, cuando allá a lo lejos divisó la figura de un gurí, que le hacía señas para que detuviera el ómnibus.-
Le "clavó los frenos" al vehículo, abrió la puerta de ingreso al mismo y el gurí metió el hocico para adentro:- Buen día don Fabeiro...Diceee papá si no le lleva un chancho hasta Treinta y Tres?
- Un chancho?- resmungó Fabeiro.....Vivo o muerto, ché?....
- No, dice quéee muerto.....
- Tá, le llevo sí!....Lo trajiste vos o lo van a traer?...
- Siii....sabe quéee dice que lo van a traer.....
- Ajá y demoran mucho con el chancho?....
-No, don Jesús.....Creo que no....Porque cuando yo salí de las casas lo tenían maneao arriba e´ la mesa pa degollarlo.......
Fabeiro, dio un soplido largo, sacudió la cabeza, miró la hora en su reloj de pulso, miró de reojos al gurí y apagando el motor del omnibus, dijo: -Bueno, pero decile a tu padre o a quién sea que no se demoren mucho con ése chancho !...
Y les dio un recreo obligatorio a los demás pasajeros....Por si querían "ir al baño" en un monte allí cercano.-.
Otro día de tarde, había fallecido una persona en la Charqueada y Fabeiro que se dirigía desde Treinta y Tres, llevaba el féretro sujetado por las seis asas del mismo a "la baca" del ómnibus.-
En la plazoleta de la salida, donde está el busto de Ceferino Mattas, le salió al cruce un paisano, que iba para la CIPA Olimar y al arrimarse para subir al rodado, Fabeiro, le hizo saber: - Buenas tardes don!..Mire que adentro va todo lleno, no queda más lugar. Pero si usté se anima, lo llevo arriba en "la baca" junto con el cajón del muerto....Si anima o no se anima?
El otro, escupiendo el cigarro y decidio a todo le contestó:- Pero avise don Jesús...Yo le tengo miedo solo a los vivos y hasta por ái nomá....Mire si me viá asustá de un cajón de muerto....Pero deje quieto....
Y sin más que decir, el hombre escaló como un gato y se colocó al lado del ataúd.-
El tiempo estaba amenazante y de a ratos una llovizna cargosa, pintaba de gris el paisaje.-
Así que abandonaron la ciudad de Treinta y Tres, el cielo comenzó con un persistente lagrimeo....
El paisano, le volcó la vista al ataúd y sin pensar dos veces, le destornilló la tapa, la retiró, se colocó a lo largo en el interior del mismo y volvió a cubrirse con ella pero, dejando un mínimo espacio para que no le faltara el aire.-
Como escuchaba las goteras encima de la tapa del cajón, no se preocupó y se dijo para si mismo:- Cuando carcule qué voy cerca de la CIPA, abro el cajón y salgo......
Quiso la suerte que enseguida de la bifurcación con la ruta 18, otro paisano más, salió de adentro de los árboles y le hizo señas con el sombrero, a Jesús Fabeiro....
- Buenas tardes, don! Mire qué adentro viene completo....Si se anima a viajar al lao de un cajón de muerto, arriba queda lugar....
Pero, se olvidó totalmente de decirle en aquel instante que otro paisano ya venía trepado, viajando en la parte superior.....
El gaucho miró de soslayo el cajón y preguntó:- Pero va sin finao adentro, don Fabeiro?....
Sí, sí. Va sin muerto adentro. Recién lo llevo para un hombre que murió hoy en la Charqueada....
- Ah tonce es otro cantar, don Fabeiro......
Sin esperar más palabras, el último paisano, escaló y se acomodó en la parte superior.....
Arrancaron otra vez rumbo a la Charqueada.-
Y la nube cargada de agua, que un rato antes había hecho lagrimear el cielo, sorpresivamente pasó y dejó de llover.-
El segundo paisano, se sacó el sombrero, como pudo se acomodó al lado del cajón, armó cigarro, hizo un hueco con la mano, le tocó fuego y comenzó a pitar, tranquilamente.-
Ni cuenta se dio de que la tapa del féretro estaba un poquito corrida hacia uno de sus lados.....
Habrían pasado unos diez minutos más o menos, cuando el otro que viajaba en el ataúd, corrió la tapa del todo y se sentó para levantarse....
Ahí, se desató el caos....
El paisano que iba fumando tranquilamente y de espaldas para el cajón, sintió el ruido de la tapa, que se corría como por arte de magia, alcanzó a ver de reojo que un "indio grandote" se venía levantando y una voz que arrancada desde el fondo mismo de un sepulcro, le preguntaba :- No sabe si paró de yover, don?....
Con los ojos fuera de las órbitas, los pelos parados y un "julepe" del tamaño de una casa, intentó tirarse del ómnibus en marcha, pero el que salía del ataúd reaccionó al momento, lo sujetó por las espaldas, cuando ya un ataque de nervios hacía destrozos en el otro paisano. Hasta pateó la tapa del féretro, la que cayó a la ruta, por suerte, sin deteriorarse para nada.-
A los gritos de los pasajeros y al ruido de "la lucha" entre los dos gauchos arriba del vehículo, Fabeiro, sofrenó de golpe y se tiró al suelo más que ligero, seguido por todos los pasajeros:- Qué pasó gente ??....
- A éste le dio una pataleta don Jesús !....
Se treparon dos o tres comedidos más.-
Inmovilizaron al hombre, lograron calmarlo, le hicieron oler un poco de perfume que alcanzó una vieja, con un frasco que sacó de la cartera y poco a poco, se fue normalizando todo...
Fabeiro no salía de su estupor:- Pero y qué pasó que al hombre le dio esa pataleta?...Sufre de "pilesia" o qué?....
Y contestó el primer paisano:- No si asustó de mí el hombre don Jesús....No ve que como empezó a yover yo mi acosté adentro del cajón y me tapé con la tapa pa no mojarme porque no tráia el poncho....Gué y por ayá cuando vide que l´agua no hacía ruido arriba e la tapa, la juí corriendo dispacio, vide que venía ese paisano y le pregunté, pero nunca pensé que s´iba´tacar desa manera: - PARÓ DE YOVER, DON?....
Gué y no ha de crer usté que al hombre le da la cascarria y quería tirarse pa abajo......Pero deje quieto....
Levantaron la tapa caída en el medio de la ruta, la retornaron al lugar de origen y poco después, calma mediante y nervios aplacados, don Jesús Fabeiro, siguió con destino a la Charqueada.-
(Escuchado a Dalmiro Rodríguez Britos).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 11 de agosto del 2018.-
- Un chancho?- resmungó Fabeiro.....Vivo o muerto, ché?....
- No, dice quéee muerto.....
- Tá, le llevo sí!....Lo trajiste vos o lo van a traer?...
- Siii....sabe quéee dice que lo van a traer.....
- Ajá y demoran mucho con el chancho?....
-No, don Jesús.....Creo que no....Porque cuando yo salí de las casas lo tenían maneao arriba e´ la mesa pa degollarlo.......
Fabeiro, dio un soplido largo, sacudió la cabeza, miró la hora en su reloj de pulso, miró de reojos al gurí y apagando el motor del omnibus, dijo: -Bueno, pero decile a tu padre o a quién sea que no se demoren mucho con ése chancho !...
Y les dio un recreo obligatorio a los demás pasajeros....Por si querían "ir al baño" en un monte allí cercano.-.
Otro día de tarde, había fallecido una persona en la Charqueada y Fabeiro que se dirigía desde Treinta y Tres, llevaba el féretro sujetado por las seis asas del mismo a "la baca" del ómnibus.-
En la plazoleta de la salida, donde está el busto de Ceferino Mattas, le salió al cruce un paisano, que iba para la CIPA Olimar y al arrimarse para subir al rodado, Fabeiro, le hizo saber: - Buenas tardes don!..Mire que adentro va todo lleno, no queda más lugar. Pero si usté se anima, lo llevo arriba en "la baca" junto con el cajón del muerto....Si anima o no se anima?
El otro, escupiendo el cigarro y decidio a todo le contestó:- Pero avise don Jesús...Yo le tengo miedo solo a los vivos y hasta por ái nomá....Mire si me viá asustá de un cajón de muerto....Pero deje quieto....
Y sin más que decir, el hombre escaló como un gato y se colocó al lado del ataúd.-
El tiempo estaba amenazante y de a ratos una llovizna cargosa, pintaba de gris el paisaje.-
Así que abandonaron la ciudad de Treinta y Tres, el cielo comenzó con un persistente lagrimeo....
El paisano, le volcó la vista al ataúd y sin pensar dos veces, le destornilló la tapa, la retiró, se colocó a lo largo en el interior del mismo y volvió a cubrirse con ella pero, dejando un mínimo espacio para que no le faltara el aire.-
Como escuchaba las goteras encima de la tapa del cajón, no se preocupó y se dijo para si mismo:- Cuando carcule qué voy cerca de la CIPA, abro el cajón y salgo......
Quiso la suerte que enseguida de la bifurcación con la ruta 18, otro paisano más, salió de adentro de los árboles y le hizo señas con el sombrero, a Jesús Fabeiro....
- Buenas tardes, don! Mire qué adentro viene completo....Si se anima a viajar al lao de un cajón de muerto, arriba queda lugar....
Pero, se olvidó totalmente de decirle en aquel instante que otro paisano ya venía trepado, viajando en la parte superior.....
El gaucho miró de soslayo el cajón y preguntó:- Pero va sin finao adentro, don Fabeiro?....
Sí, sí. Va sin muerto adentro. Recién lo llevo para un hombre que murió hoy en la Charqueada....
- Ah tonce es otro cantar, don Fabeiro......
Sin esperar más palabras, el último paisano, escaló y se acomodó en la parte superior.....
Arrancaron otra vez rumbo a la Charqueada.-
Y la nube cargada de agua, que un rato antes había hecho lagrimear el cielo, sorpresivamente pasó y dejó de llover.-
El segundo paisano, se sacó el sombrero, como pudo se acomodó al lado del cajón, armó cigarro, hizo un hueco con la mano, le tocó fuego y comenzó a pitar, tranquilamente.-
Ni cuenta se dio de que la tapa del féretro estaba un poquito corrida hacia uno de sus lados.....
Habrían pasado unos diez minutos más o menos, cuando el otro que viajaba en el ataúd, corrió la tapa del todo y se sentó para levantarse....
Ahí, se desató el caos....
El paisano que iba fumando tranquilamente y de espaldas para el cajón, sintió el ruido de la tapa, que se corría como por arte de magia, alcanzó a ver de reojo que un "indio grandote" se venía levantando y una voz que arrancada desde el fondo mismo de un sepulcro, le preguntaba :- No sabe si paró de yover, don?....
Con los ojos fuera de las órbitas, los pelos parados y un "julepe" del tamaño de una casa, intentó tirarse del ómnibus en marcha, pero el que salía del ataúd reaccionó al momento, lo sujetó por las espaldas, cuando ya un ataque de nervios hacía destrozos en el otro paisano. Hasta pateó la tapa del féretro, la que cayó a la ruta, por suerte, sin deteriorarse para nada.-
A los gritos de los pasajeros y al ruido de "la lucha" entre los dos gauchos arriba del vehículo, Fabeiro, sofrenó de golpe y se tiró al suelo más que ligero, seguido por todos los pasajeros:- Qué pasó gente ??....
- A éste le dio una pataleta don Jesús !....
Se treparon dos o tres comedidos más.-
Inmovilizaron al hombre, lograron calmarlo, le hicieron oler un poco de perfume que alcanzó una vieja, con un frasco que sacó de la cartera y poco a poco, se fue normalizando todo...
Fabeiro no salía de su estupor:- Pero y qué pasó que al hombre le dio esa pataleta?...Sufre de "pilesia" o qué?....
Y contestó el primer paisano:- No si asustó de mí el hombre don Jesús....No ve que como empezó a yover yo mi acosté adentro del cajón y me tapé con la tapa pa no mojarme porque no tráia el poncho....Gué y por ayá cuando vide que l´agua no hacía ruido arriba e la tapa, la juí corriendo dispacio, vide que venía ese paisano y le pregunté, pero nunca pensé que s´iba´tacar desa manera: - PARÓ DE YOVER, DON?....
Gué y no ha de crer usté que al hombre le da la cascarria y quería tirarse pa abajo......Pero deje quieto....
Levantaron la tapa caída en el medio de la ruta, la retornaron al lugar de origen y poco después, calma mediante y nervios aplacados, don Jesús Fabeiro, siguió con destino a la Charqueada.-
(Escuchado a Dalmiro Rodríguez Britos).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 11 de agosto del 2018.-
NO PARO DE REIRME DESDE LA PRIMERA VEZ QUE LO LEI
ResponderEliminarHola muy buenas esas historias muchas gracias
ResponderEliminarYo ya había leído cosas que usted público
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