sábado, 10 de noviembre de 2018

"LAS  SEIS  CUERDAS  DE  MI  GUITARRA".....
                                                                                   (Tercera parte)

Más allá de que las guitarras anduvieran orillando los fogones de los montoneros de 1870, cuando la "Revolución de las Lanzas", no es difícil que en un período anterior entre 1865-1866 cuando la penosa guerra de "La Triple Alianza" en el Paraguay, estuvieran entre varios soldados orientales, argentinos y brasileros, que en los ratos disponibles, amenizaban las horas aciagas de los campamentos, entre pestes, heridos y muertos.-
Por ejemplo: como porta-estandarte de la custodia del general Venancio Flores, estuvo en la batalla de Yatay y en la Rendición de Uruguayana, Plácido Rosas, ciudadano de ideales blancos (el que le da el nombre al pueblo en Cerro Largo, el hijo mayor del cruzado libertador Juan Rosas), de quien asegura la tradición familiar que era un buen guitarrista y que posteriormente, alcanzó a integrar la Banda Musical del departamento de Cerro Largo.-
Por lo menos uno de sus hijos: Juan Concepción Rosas Larrosa, al cual conocí bastante en Vergara, también era aficionado a la guitarra y había aprendido con su padre.-
También hay otra cosa, si nos remontamos al mes de febrero del año 1852, cuando la derrota definitiva del general Juan Manuel de Rosas, en la batalla de Monte Caseros, habían soldados argentinos que cantaban "milongas" y contrarios brasileros (aliados al ejército oriental del general César Díaz y todos al mando del general argentino Justo José de Urquiza) que cantaban "guajiras acriolladas". Aclaro en este punto que la palabra "guajira" en el dialecto cubano, quiere decir: "campesina".-
Ahora bien, como los "mazorqueros" de Rosas, estaban presos del ejército aliado, los brasileños se reían de ellos, "los tomaban del pelo" y les decían que lo que cantaban eran "milongas", palabra que trasladada a otro idioma y a un tiempo de yugos y cadenas esclavas, significaba algo así como "un enredo", algo como "un palabrerío sin ton ni son".....
Más adelante se podrá apreciar, que de ahí nace la palabra "milonga".-
En la revolución de 1904, nos cuenta la historia que en el ejército blanco del general Aparicio Saravia (que también era aficionado a la guitarra) iba un payador de nombre Zoilo Garro y que en la batalla de Tupambaé (una de las batallas más feroces que han habido en el Uruguay) un soldado colorado, se sentó arriba del cadáver de un blanco y se puso a cantar y a tocar la guitarra para divertir a sus camaradas de armas.-
Tétrica función, donde la cultura musical llegaba a rozarse con la deshumanización y la falta de respeto por el contrario caído.-
Así fueron esos momentos y lógicamente, que no se pueden cambiar y hay que resignarse, aceptarlos y contarlos conforme a lo que está documentado en los anales históricos.-
En cuanto a la palabra "Milonga", nos dice "El Laucha" Prieto en sus memorias ya citadas, que es un género musical folclórico rioplatense que especialmente se da en Argentina y en Uruguay, tampoco se deja de lado la parte del Río Grande del Sur (Brasil).-
En el amanecer de los tiempos la palabra "Milonga" está emparentada con el lenguaje "quimbunda" de los esclavos africanos de las tribus angoleñas, que llegaron a la Argentina, a la Banda Oriental y a las tierras del Brasil, quienes le llamaban a ese género musical : "Mulonga".-
Como ya lo expresé anteriormente, significa "palabrerío o enredo" y así la aplicaron los soldados norteños que tenían cautivos a los mazorqueros de Rosas.-
A la milonga, se la toma como referencia de la cultura gauchesca, de los decires camperos y a pesar de que varía en sus tonalidades y formas de tocarla (también, tiene su descendencia del toque del tamboril) recién, fue adaptada en 1880 para piezas teatrales que se llevaban a cabo en la Argentina.-
Los primeros en utilizarla para cantar sus "compuestos" y payar "de contrapunto" (caso curioso) fueron los morenos: Gabino Ezeiza, Higinio Cazón y Juan José García, que hasta ese año, sostenían sus payadas, acompañándose por guitarra con "cielitos", "estilos" o "cifras".-
El mismo "Laucha" Prieto contaba que teniendo 6 años de edad, cuando se mudó con su numerosa familia para la zona de "Cañada del Brujo" (padre, madre y 11 hermanos) llevaron la mudada en dos carretas tiradas por bueyes.-
Los carreros eran: Olivera y Justo Lima (hombre de la zona de "Los Higuerones"- Departamento de Treinta y Tres y con numerosa descendencia, por ejemplo: abuelo del maestro y edil blanco de Treinta y Tres, Valentín Olivera Lima y tío abuelo del hacendado vergarense Miguel Ángel Mariño Lima).-
Al mediodía cuando arribaron al bajo anterior al "Cerro del Polo", los carreros desprendieron las yuntas para hacer mediodía y mientras Olivera y algunos hermanos del "Laucha" ayudaban a carnear una oveja para el asado, el padre y los demás, juntaban leña para hacer el fuego, don Justo Lima, que vestía zuecos, bombachas remendadas en las rodillas, camisa de tartán y sombrero, sacó la guitarra de adentro de la carreta, se alejó del fogón, se sentó encima de una piedra, templó y se puso a tocar una milonga.-
Según Prieto, era la típica "milonga de las sierras", tocada en tono de: "la menor" y con un ritmo, algo "polqueado".-
Nunca más olvidaría aquel momento y contaba con lágrimas en los ojos, que los cerros, le devolvían aquella melodía casi bruja, que florecía insistentemente, desde los dedos grandes y agrietados por el trabajo, que tenía don Justo Lima.-
Ahí, "El Laucha" se juró a sí mismo, que algún día iba a poder tocar la guitarra y cortejar el hechizo de aquella milonga, que brotaba de los dedos del carrero viejo, como un manantial de agua clara, con verde de monte, celeste de cielo y algazara de de pájaros.-
Poco después de llegar a destino en la "Cañada del Brujo" (Cuarta Sección del Departamento de Treinta y Tres), se fue hasta el boliche más próximo (el único que había en aquella comarca desolada). Allí consiguió con el bolichero, una lata de aceite comestible, un trozo de madera e hilos de coser.-
Provisto de esos utensilios y apelando al ingenio natural, logró fabricar "su primera guitarra" y tratar una y otra vez, de "sacar" la milonga que había escuchado, "tarareándola" varias veces, hasta quedarse dormido.-
Tiempo después cuando tuvieron que venirse para Treinta y Tres, porque la miseria los echó puerta afuera, no había trabajo y el destino los desparramó por varios senderos, recordaba con nostalgia a su "primera guitarra", que había quedado colgada en un rincón del rancho.-
Y no dio vuelta a buscarla.-
Los mayores cerraron las puertas del rancho abandonado y allí se quedó a oscuras, sola, triste y muda, la guitarra con cuerpo de lata, cuerdas de hilo de coser y mástil de madera.-
Sin embargo, el "cuesta arriba" de la vida misma, le tenía reservado un lugar entre los elegidos, para aquel precoz guitarrero, que intentaba ser "El Laucha" Prieto.-
A los pocos años, comenzaba su estudio de guitarra por música, con el Profesor Manuel Justo Martínez, primer académico del instrumento, que se radicó en la ciudad de Treinta y Tres.-
Lo que vino después, ya todo el mundo lo sabe.-
(Fuentes y fotos: "Historia de la guitarra y de la milonga en Treinta y Tres"- Oscar Prieto y Beatriz Bustamante y "La copla , el pago y el río" - Osvaldo Calvetti.-)
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 10 de noviembre del 2018.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario