"AMÉRICA PIRES......LA CIEGUITA".......
Dos ancianos de otras épocas, felices ellos, con su casa de paredes de ladrillos "sin revocar", puerta ciega de madera de lapacho, vereda de ladrillos, el "PRIMUS", el mate amargo, la caldera y "la rueca", para hilar lana cruda.-
Quizás muchos recuerden a Mahatma Ghandi ante su famosa rueca, hilando esperanzas con sus dedos finos y nudosos; mientras por dentro, hilvanaba su inagotable sabiduría, a la par de su pacifismo nunca ocultado.-
Sin embargo, en mi caso, esta rueca me recuerda la imagen chiquita, humilde y lejana de América Pires, una de las hijas de don Maneco (Manuel Pires Ferreira) aquel brasilero, petiso, bonachón y encorvado, de barba blanca y que tenía un pedazo de campo con casa, en el "Paso de Píriz", sobre la margen derecha del arroyo Parao.-
Don Maneco, aquel nonagenario, que se preocupó para que los niños del paraje aprendieran a leer y a escribir, trayendo una maestra (Natalia Moreno) para su casa y a su costo. El que recibía el diario día por medio (porque leía correctamente el castellano); que había criado desde niño a Geroncio; que plantaba y procesaba "tabaco en rama" y detrás del espaldar de su cama matrimonial, tenía una lanza "de palometa", que había conocido junto a los blancos de Aparicio, la revolución de 1904.-
América, era no vidente, razón por la cual los viejos y los jóvenes de una década la conocíamos por: "La Cieguita".-
Contaban sus familiares, que había nacido como una niña totalmente normal, pero, que a los 16 años de edad, cuando tuvo su menarca (primera menstruación) fortuitamente, se dio un baño en el arroyo Parao y que a resultas del mismo, quedó ciega.-
Sin embargo, se daba maña para hilar lana cruda con una rueca, tejer con agujas y en telar y planchar la ropa "a planchón".-
Para tomar las medidas de la prenda a confeccionar, sus manos recorrían con suficiencia tórax, cuello y brazos del futuro cliente.....Luego, sobre esa base imaginaria, se ponía a tejer y creánme, que jamás "le erraba" a las medidas.-
Referían sus hermanas: Felicidad "La Fiota" y Abrilina, que en las noches largas y tediosas del "Paso de Píriz", cuando "La cieguita" perdía el sueño, tomaba su labor que estaba al costado de la cama y "trenzaba" agujas y lana, hasta que las primeras luces del alba se colaban por las rendijas de la puerta.-
Lugar de muchas víboras esa zona.-
Dos veces al menos, las hermanas encontraron cruceras durante las horas del día, en el interior de la pieza y muy cerca de donde América, estaba sentada, sin percibir lo que pasaba a su alrededor, ocupada en su labor "maquinal" de tejer y tejer.-
Su "lazarillo" fue Dulcelina Sosa a quien crió desde niña, como también lo crió al "Bocha" Pires y casualmente en un período de internación que tuvo "La Cieguita" en el Centro Auxiliar de Vergara, Dulcelina, fue inducida por las funcionarias, para hacer el curso de Auxiliar de Enfermería, lo cual inició y concluyó en el Hospital Regional de Treinta y Tres.-
Don Maneco, falleció el 16 de febrero de 1958.-
Tras la venta del campo y la casa en la década de 1960, América y Dulcelina, se vinieron a vivir a Vergara, en un ranchito del barrio "La Estación".-
Allí culminó su periplo terrenal "La Cieguita", humilde y en paz, con la misma calma y con la misma paciencia, que había aceptado su calvario en el mundo de los vivos.-
La Divina Providencia que todo lo sabe; el Gran Arquitecto, con su ojo que todo lo ve, hoy, me permite rememorar y escribir acerca de ese pasado. Es seguro que desde algún plano invisible, América Pires "La Cieguita", continuará con su rueca, con su telar y con sus agujas, tejiendo en la luz pura y refulgente, que irradian sus ojos válidos !
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 4 de julio del 2018.-
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