viernes, 6 de enero de 2017

Antonio Galarza, de pañuelo y divisa blanca.-
                “A  SANGRE Y  FUEGO”
La historia nacional documenta con amplitud de datos, que el día 24 de setiembre de 1904, Basilio Muñoz, firmó lo que luego se conoció como: “La Paz de Aceguá” (en el Departamento de Cerro Largo) hecho por el cual concluía la dilatada y sangrienta revolución de 1904.-
El General Aparicio Saravia, había fallecido el día 10 de setiembre de ese año, en suelo riograndense y sepultado en un nicho del panteón de la familia Pereyra de Souza, de donde será repatriado en el año 1921.-
Mientras que las otroras divisiones del ejército blanco, convertidas en desperdigados y desilusionados combatientes gauchos, marchaban hacia la zona de “Nico Pérez” con el fin de que se procediera al desarme, el que comenzó el día 9 de octubre de 1904 y finalizó días después, con el paso lento e irregular de hombres y de caballadas, amén de la indemnización pecuniaria que a tales efectos, les otorgó el gobierno del Presidente José Batlle y Ordóñez.-
Y acá paso a relatar un hecho al cual no se refieren los libros de historia (sin embargo ocurrió) y lo menciona el Profesor Omar Moreira, quien lo recopiló de la tradición oral y lo dio a conocer en su novela “Fuego Rebelde” y en el blog que se encuentra en Internet, acerca de la génesis, vida y crecimiento social, cultural y económico de “Nico-Batlle”.-
El hecho en cuestión lo protagonizó un caudillo blanco de Treinta y Tres, que se llamó Antonio Galarza.-
 Muy poco se sabe de él. Más allá de que el libro “El Solar Olimareño” del historiador Luciano Obaldía Goyeneche, lo menciona como uno de los lanceros que participó de la temeraria y audaz “Carga de Arbolito”, el día 19 de marzo de 1897, con el epílogo de la muerte de “Chiquito” Saravia.-
En 1904, Antonio Galarza, con escasa relevancia, participó de la campaña guerrera como Oficial de la División Treinta y Tres y previo al desarme antes aludido (vale decir antes del día 9 de octubre), solo él y unos pocos leales que lo acompañaban sabrían el por qué, intentó tomar  “a sangre y fuego” la localidad de “Nico Pérez” (hoy, Batlle y Ordóñez- Departamento de Lavalleja).-
Al son de un clarín y siguiendo el relato del Profesor Omar Moreira, los blancos de Galarza, montados a caballo, cargaron a tiros, ingresando por el Bulevar Artigas, la entrada norte -19 de abril- de la calle Rivera.-
Las fuerzas “de línea” del ejército colorado, establecidas con una Compañía en dicha localidad, ante un ataque que no esperaban, reaccionaron de inmediato y se atrincheraron en tres lugares específicamente detallados: “Hotel de Sarasola”; Peluquería del Sr. Pietrafessa (donde hoy, es el “Club Concordia”) y en la parte alta de la casa de comercio de Arocena (donde hoy, es el edificio del Liceo).-
Desde esos lugares, repelieron la incursión que no duró mucho tiempo y donde hubo muertos, heridos y prisioneros del lado de los blancos.-
A todo esto, un vecino de la localidad, evidentemente afectado por la contienda bélica que había enlutado los hogares uruguayos y que parecía tener un rebrote, falleció de un paro cardíaco.-
Según el testigo don Juan Gianola (quien oficiaba de secretario del Teniente a cargo de las tropas “de línea”, en el “Hotel de Sarasola” y que además se trasladó a la Estación, a caballo, para hacer el telegrama avisando del ataque) recordaba como último dato de la audaz y sorpresiva empresa, a Antonio Galarza de pañuelo blanco al cuello, entrando por el Bulevar Artigas, montado sobre un caballo tordillo.-


(Fuente: Almanque del Banco de Seguros del Estado, año 2013 y apuntes del autor aludido en el transcurso del relato).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 6 de enero del 2017.-




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