Antonio Galarza, de pañuelo y divisa blanca.- |
“A SANGRE Y FUEGO”
La historia nacional documenta con amplitud de datos, que el día 24 de
setiembre de 1904, Basilio Muñoz, firmó lo que luego se conoció como: “La Paz de Aceguá” (en el
Departamento de Cerro Largo) hecho por el cual concluía la dilatada y
sangrienta revolución de 1904.-
El General Aparicio Saravia, había fallecido el día 10 de setiembre
de ese año, en suelo riograndense y sepultado en un nicho del panteón de la familia
Pereyra de Souza, de donde será repatriado en el año 1921.-
Mientras que las otroras divisiones del ejército blanco, convertidas en
desperdigados y desilusionados combatientes gauchos, marchaban hacia la zona de
“Nico Pérez” con el fin de que se procediera al desarme, el que comenzó el día
9 de octubre de 1904 y finalizó días después, con el paso lento e
irregular de hombres y de caballadas, amén de la indemnización pecuniaria que a tales efectos, les otorgó el gobierno del Presidente José Batlle y Ordóñez.-
Y acá paso a relatar un hecho al cual no se refieren los libros de
historia (sin embargo ocurrió) y lo menciona el Profesor Omar Moreira,
quien lo recopiló de la tradición oral y lo dio a conocer en su novela “Fuego
Rebelde” y en el blog que se encuentra en Internet, acerca de la génesis, vida
y crecimiento social, cultural y económico de “Nico-Batlle”.-
El hecho en cuestión lo protagonizó un caudillo blanco de Treinta y
Tres, que se llamó Antonio Galarza.-
Muy poco se sabe de él. Más allá
de que el libro “El Solar Olimareño” del historiador Luciano Obaldía Goyeneche,
lo menciona como uno de los lanceros que participó de la temeraria y audaz “Carga
de Arbolito”, el día 19 de marzo de 1897, con el epílogo de la muerte de “Chiquito”
Saravia.-
En 1904, Antonio Galarza, con escasa relevancia, participó de la campaña
guerrera como Oficial de la División Treinta
y Tres y previo al desarme antes aludido (vale decir antes del día 9 de
octubre), solo él y unos pocos leales que lo acompañaban sabrían el por qué,
intentó tomar “a sangre y fuego” la
localidad de “Nico Pérez” (hoy, Batlle y Ordóñez- Departamento de Lavalleja).-
Al son de un clarín y siguiendo el relato del Profesor Omar Moreira, los
blancos de Galarza, montados a caballo, cargaron a tiros, ingresando por el
Bulevar Artigas, la entrada norte -19 de abril- de la calle Rivera.-
Las fuerzas “de línea” del ejército colorado, establecidas con una
Compañía en dicha localidad, ante un ataque que no esperaban, reaccionaron de
inmediato y se atrincheraron en tres lugares específicamente detallados: “Hotel
de Sarasola”; Peluquería del Sr. Pietrafessa (donde hoy, es el “Club Concordia”)
y en la parte alta de la casa de comercio de Arocena (donde hoy, es el edificio
del Liceo).-
Desde esos lugares, repelieron la incursión que no duró mucho tiempo y donde
hubo muertos, heridos y prisioneros del lado de los blancos.-
A todo esto, un vecino de la localidad, evidentemente afectado por la
contienda bélica que había enlutado los hogares uruguayos y que parecía tener
un rebrote, falleció de un paro cardíaco.-
Según el testigo don Juan Gianola (quien oficiaba de secretario del
Teniente a cargo de las tropas “de línea”, en el “Hotel de Sarasola” y que
además se trasladó a la
Estación , a caballo, para hacer el telegrama avisando del
ataque) recordaba como último dato de la audaz y sorpresiva empresa, a Antonio
Galarza de pañuelo blanco al cuello, entrando por el Bulevar Artigas, montado
sobre un caballo tordillo.-
(Fuente: Almanque del Banco de Seguros del Estado, año 2013 y apuntes
del autor aludido en el transcurso del relato).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 6 de enero del 2017.-
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