martes, 10 de enero de 2017

LOS  AGUATEROS  VERGARENSES...
Estuvieron desde los inicios del pueblo, decretado como tal, un día 10 de marzo de 1903.-
Con uno o dos caballos flacos, emprendedores y sufridos, el barril "panzón" de madera (a modo de "pipa"), una goma de neumático de vehículo (para sacar el agua del barril) y una lata de las que en otro tiempo traían "Bencina" (para trasladar el líquido extraído, hasta donde fuera necesario), todas las mañanas recorrían las calles polvorientas o barrosas (depende la época y/o el clima) y entre "tumbos y retumbos" iban dejando el reguero de áquel, su silbido, porfiado e inconfundible.-
Serafín J. García, larga el hilo de la trama nombrando a los primeros de la década de 1900, que fueron: Severo Gómez y "El Viejo" Denis.-
Luego continuaron en las figuras de: el brasilero "Pertingo" Pérez; Bernabé Rivero (conocido por "Pañuelo Colorao"); Malvárez; Paulo Araújo; "El Negro" Mario Téliz y terminaron el día 11 de noviembre de 1942, con las estampas de Jesús Barreto ("El Ñato", que tenía una nariz pequeña y mal formada y a causa de ello, para pronunciar su nombre, decía: "Jejús") y Modesto Batalla (conocido por "Batallón", atendiendo lógicamente, a la estatura que tenía).....
Y digo el 11 de noviembre de 1942, porque en esa fecha y bajo la dirección de don Venancio Pereyra, se inauguró el tanque de OSE, cerca de la calle José Pereira, en el barrio "La Cuchilla" de Vergara, pegado a la herrería de Bruno José Gurruchaga Senosiain (conocido por "El Vasco" o por "El Mansito") con su real y verdadera afición por las "riñas de gallos"....
A "pico, brazo y pala" comenzó a tenderse la cañería de OSE por las calles del pueblo, con su primer cliente particular: Ángel Zuluaga "El Quito" y con aquellas canillas "esquineras", verdaderos armatostes de hierro y bronce, que distribuían agua gratis para todo aquel que la necesitara....
Fue así que se terminó aquel ciclo de "los aguateros" de los cuales, se habla poco en la localidad y que el día 22 de diciembre de 1936, cuando el eximio pianista y escritor Felisberto Hernández, llegó a Vergara por última vez para brindar su concierto en el Club "Centro Uruguay", ellos, todavía aplanaban las calles céntricas y las de los otros barrios del pueblo. No sé como se le escapó a Hernández ese detalle; ya que dejó en sus memorias escritas una impronta bastante completa acerca de la vida cotidiana del pago viejo.-
Económicamente hablando, ninguno de "los aguateros", se hizo medianamente solvente con esa tarea. Ni cerca!..
Simplemente, les daba para llevar el pan a la mesas de sus familias y trasladar hasta las casas que así lo requirieran, un poco del agua cristalina, viajera y sonriente, del arroyo Parao.-
Como sin querer, mientras arrastraron sus barriles "panzones" y "pachorrientos", con la sombra del follaje aledaño y el canto multicolor de los pájaros, también fueron portavoces de los chismes pueblerinos y de la lucha social y consuetudinaria, que vuelta un desafío implacable, era el trance natural de sus propias vidas.-

Texto: Jorge Carlos Muniz Cuello.-
Vergara, 10 de enero del 2017.-


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