Don Floro Alves Pereira y doña Alcira Vergara Fernández.- |
Decían los más viejos que era un lujo y un disfrute para los ojos, verlos tirar el lazo, a don Prudencio Pereyra ( que fue peón de Luis Carlos Garate, en la "Bella Vista", carrero de carreta con bueyes, guitarrista, cantor, guasquero, domador, etc. etc.) y a don Floro Alves Pereira (un brasilero nacido en Herval, que fue dueño de "La Trinidad", eximio bailarín de tangos, con una carreta que le prendía 5 yuntas de bueyes, volanta con caballos, "baturé" manejada por Domingo Lagreca y una frase que al dar la mano se presentaba como: "Floro Alves....Bachiller en Ciencias y Letras.-
Los dos hombres, bien camperos, sin iguales. A pesar de que Floro Alves, tiraba el lazo con cualquiera de las manos; mientras que el moreno viejo Prudencio, era solo diestro y nada más.-
Los dos, tiraban con "boleadoras".-
Y los dos, vivían la esencia y el tiempo de aquellos gauchos que si no sabían tirar el lazo y camperear en serio, no podían pisar ni siquiera la portera de una estancia.-
No habían "cepos", ni "tubos" como ahora. Y todo se hacía a fuerza de músculo y de destreza y en ese caso tanto don Prudencio como don Floro, sabían lo que estaban haciendo cuando se enfrentaban al trabajo con los chucarones campo afuera.-
Tampoco se quedaba atrás el brasilero Serafín Márquez de Andrade (que era casado con una hermana de Floro Alves) de quien dicen que era bueno "pialando" y bueno también "con las tres marías" en la mano.....
Una tarde de ferias en el local "Los Timbres", un mozo quería enlazar un caballo del medio de la tropilla y tiraba una y otra vez el útil y lo recogía sin resultado ninguno....
Estaba medio calentón, cuando entre la polvareda y el ruidaje de los cascos de los baguales, se le arrimó un gaucho petisón, medio gordito, con sombrero de barbijo, tirando a rubio, bombachas "abrasileradas" (bien anchas) y el lazo en la mano:- Qué le pasa mijo?.... Fue todo lo que le habló.-
- Bué y no ve don?.. dijo el otro "calentón".... Quiero enlazar un bagual que compré y no puedo...
- Bueno mijo, no se apure que hay tiempo pa todo.....El hombre qué va a enlazar jamás debe de apurarse....Cuál bagual quiere qué le enlace?....
- El tubiano "cerdudo" áquel que anda en el medio e la tropilla....
-Ah! El tubiano mijo.......dijo como sin darle importancia, el gaucho petisón....
Pero cuando terminó de decir "mijo", ya lo tenía al tobiano del pescuezo y ya lo sacó también corral afuera, en un bufido solo....
El paisanito abrió unos ojos grandotes y dijo:- Qué lo parió don, que es bueno e lazo....
- Sí mijo, esto se aprende con los años y con la experiencia....
El otro lo volvió a mirar, miró el tobiano prisionero y le extendió la mano en señal de agradecimiento:- Pa servir a usté, don...
-Muchas gracias, mijo...Yo soy Floro Alves...Bachiller en Ciencias y Letras....
Lo dejó "pasmao" al otro quien solo atinó a decirle:- Escuche don....Teeee...isculpe....
- Sí mijo, soy el dueño de "La Trinidad"..
Y enrollando el lazo prolijamente se despidió:- A la orden mijo.....Dio la espalda y se perdió entre el gentío y los cacareos del martillero vendiendo y promocionando ofertas.-
El paisanito con el tobiano "agarrao del cogote", lo miraba sin entender nada....Don Floro Alves....El dueño e la Trinidá....Medio tira el lazo el hombre viejo....Qué lo peló!....
Y no podía creer lo que sus ojos habían visto.-
Años antes de ese hecho- circa de 1910- Floro Alves, se había dudado con Serafín Márquez a cual de los dos enlazaba mejor y don Floro, rompiendo la tregua impuesta, le dijo al otro "gaúcho": Tráigame un zorro que se lo enlazo, carajo ! Pero eso sí, con el lazo mío y cinco o seis hombres para que le "hagan calle"......
Pasaron los días y una apacible mañanita de octubre, llegó a "La Trinidad", el carruaje de Serafín Márquez, con una jaula que traía un zorro en su interior y varios "mirones" en los asientos, que lo acompañaban y que iban a ser testigos y jueces, de semejante hecho.-
Se preparó todo. Y desde la boca del galpón de "La Trinidad", a la voz de don Floro, largaron el zorro campo afuera entre el "abajajá" de la peonada y el golpeteo de manos y patas de los mirones.-
Allá salió el "Don Juan" en una gambeta sola y torciendo la cola a un lado y otro entre el carcajerío y las toses de los vivientes, pero habría andado un trecho no muy extenso, cuando un certero revolcón lo dio contra el suelo y lo tapó de polvareda.....
Es que don Floro, casi sin revolear la herramienta, lo "pialó" sin más vuelta de hoja....
La anécdota recorrió distancias, cruzó caminos sin rumbos y acampó en fogones camperos, hasta quedar estampada para siempre, en el libro "La vida rural en el Uruguay" que compiló Ayestarán, sobre apuntes que había dejado el Dr. Roberto Bouton.-
Pero, con un error según la tradición oral. El Dr. Bouton invirtió el nombre de los desafiantes y el que aparece como "pialador" del zorro, fue el brasilero Serafín Márquez y Andrade.-
Pero no lo fue y aun, queda gente viva que escucharon contar la realidad de este suceso.-
(Fuente: Escuchado de la tradición oral de la zona).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 10 de junio del 2018
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