domingo, 10 de junio de 2018

"LA BANDERA DEL TATA".....
Fue tradición oral entre los más viejos, contar que Cirilo Rosas, el marido de doña Elena González, padre natural del farolero vergarense Rufino Silva y padre de crianza de Edelma Campelo, era a su vez un "hijo natural" de don Plácido Rosas.-
Al menos dos "hijos naturales" se le conocían a don Plácido: Pedro (que en realidad se firmaba Muniz y que tocaba bastante bien el acordeón "de dos hileras") y Cirilo, que era un tipo "aindiado", de "perita" como su padre, petiso y retacón.-
Durante muchos años fue balsero del "Paso del Dragón" y vivió en un rancho, donde con su esposa además tenían una fonda y donde hoy vive el Sub Oficial Mayor de la Policía Hébert López González, rumbo al paso viejo del río Tacuarí.-
De mocetón, Cirilo, vivía en la casona de don Plácido, donde compartía la vida junto a sus medios hermanos los Rosas-Larrosa, quienes a pesar de ser un "hijo gaucho" del padre, lo aceptaron tanto a él como a Pedro, sin ningún problema.-
Viniendo de don Plácido "El patriarca del Tacuarí", no fallaban. Y todos, varones y mujeres, eran de ideales blancos. Tan blancos, como aquellos ideales que profesó el héroe de los Treinta y Tres, don Juan Tomás Rosas Martínez, que también compartía la vivienda de Plácido, su nuera, doña Juana Larrosa Marín y los nietos, hijos de la pareja.-
En la revolución de 1897, cuando Fortunato Jara (nacido en el "Rincón de los Coronel") un 12 de octubre de 1822, hijo de padre y madre guaraní, levantó bandera de guerra junto a las huestes blancas de Aparicio Saravia, Hipólito y Cirilo (hijos de Plácido) se le sumaron a la División Cerro Largo, donde entre otros iban: Paulino Niz Rojas y Florencio Niz Jara (yerno y nieto, respectivamente de Fortunato), Dionisio Pérez (que era el caballerizo), Fructuoso Ledesma (que murió nonagenario en Vergara), Atanasio y Domingo Jara (que eran hijos del Jefe) el Escribano Gabino Coronel (que era el secretario de Jara) y Fructuoso del Puerto (estanciero y que después fue Jefe Político y de Policía de Treinta y Tres, en el año 1903).-
Se dice que "El Indio" Jara (como se le conocía a Fortunato) un caudillo blanco desde los tiempos de Oribe, que había recibido su bautismo de fuego en la "Batalla de Carpintería" en 1836 y que era "un indio, petisito, corajudo a más no poder, reconocido lancero y muy nervioso", había salido desde el pueblo de "El Parao" (hoy, ciudad de Vergara) para incorporarse a Justino Muniz, con quien eran amigos y a quien creía fiel a los blancos.-
Cuando supo que Justino estaba "para el otro lado" hablando políticamente, vivaqueó entre sierras, cañadas, arroyos y ríos, hasta alcanzar a Saravia y a Lamas, 10 días antes de la Batalla de "Cerro Blancos" (Rivera).-
No voy a dar detalles profundos de ese encuentro bélico, donde 6000 colorados al mando del General José Villar, casi que cercaron a 2500 blancos, pobres en armamentos y en balas, con más lanzas que otras armas y provocaron una carnicería que hizo pensar a Villar, que había concluido con la revolución.-
Entre un campo anegado por el agua llovida desde varios días atrás, pañuelos, ponchos y corajes blancos, cargaron contra un ejército bien pertrechado y que hizo uso y abuso de sus cañones.-
En pleno combate (donde es dable acotar que se encontraba la lancera rochense Isabel Altez, junto a seis de sus hijos) el Coronel Juan Francisco Mena, fue herido o no? en el abdómen y al parecer por desavenencias que ya venían desde tiempo atrás con Saravia y con Lamas, aprovechó la oportunidad para irse en retirada con toda su gente hacia el Brasil.-
Cerca de las dos de la tarde de ese 14 de mayo de 1897, entre el frío imperante y el agua encharcada, por orden de Lamas, "El Indio" Jara, formó su gente, cubrió el hueco dejado por Mena y ordenó llevar adelante una carga a lanza....
En momentos que todos se aprontaban y solo esperaban la orden del clarín, un tiro de fusil disparado por soldados colorados, dio de lleno en el corazón de Jara y lo volteó del arriba del caballo tobiano negro que montaba, intentando "besar" la bandera blanca y de seda gruesa, que sostenía Cirilo Rosas.-
Había caído para siempre el viejo soldado blanco de 75 años de edad (aunque otros historiadores dicen que tenía 77 años) atacado por un incipiente reuma- tan es así que ese día lo habían tenido que subir al caballo- y en esos momentos cargó un piquete colorado, viendo que los blancos aflojaban y también mataron de un tiro al Escribano Gabino Coronel.-
En el entrevero que se armó, un soldado colorado intentó quitarle la bandera blanca a Cirilo Rosas. Se desafiaron a los gritos entre los tiros de la batalla y bolearon la pata a los caballos y se trabaron en lucha, "facón en mano" y "duelo criollo" por medio.-
Bandera blanca de seda gruesa.-
Cirilo, con heridas leves, logró asestarle un hachazo en la cabeza al colorado y dejarlo "panza arriba" mientras recogía la bandera atravesada por balas de varios calibres y manchada de sangre......Montó a caballo y se replegó a sus líneas en momentos en que Saravia ordenaba la retirada y una posterior carga a lanza, para que no quedar aprisionados por los gubernistas y por los cauces de agua desbordados.....
La garúa de aquel crepúsculo sangriento, los vio retirarse rumbo a la pulpería de Domingo González, donde construyeron un féretro con tablas y lo pusieron a velar al "Indio" Jara, todo vestido de negro y en presencia de sus hijos: Atanasio y Domingo.....
El resto del ejército blanco se fue desperdigando hacia el Brasil para rearmarse, formar en combate y retornar para seguir la lucha, que fue dura y sangrienta.-
Con el "Pacto de la Cruz", Hipólito y Cirilo Rosas, regresaron al Dragón a la casona de don Plácido, con sus caballos rendidos de tantas leguas andadas....
Cuenta la tradición, que Cirilo, al llegar a la casona enseguida que desensilló su caballo y lo soltó para el campo, preguntó por "El Tata" Juan y de inmediato fue a su presencia, en una de las tantas piezas que tenía la casona.-
El anciano, sentado en su silla baja, con el perro CAMBÁ a los pies y un poncho de abrigo, sobre su regazo no pudo disimular la alegría de ver con vida al nieto y una sonrisa dulce y cariñosa le bañó la cara.-
Allí estaban aquellos hombres duros y "juertes como rodaja e nazarena", "bigote a bigote" y Cirilo caminó unos pasos, besó al viejo en la frente y poniendo la bandera "blanca-sangre" sobre el regazo del mismo, simplemente le dijo:- Aquí tiene la bandera de mi División, Tata Juan.....Está mojada, con sangre de los Treinta y Tres !!....
Le dio la espalda y sin decir una palabra más, se perdió puerta afuera.-
Nunca más contó nada de lo ocurrido Cirilo Rosas.-
Se enterarían después por otras bocas fogoneras, del "duelo criollo" con el soldado colorado y que las manchas de sangre que presentaba la bandera, eran, de los dos contendientes....
Para muchos, fue otro caso como varios más de la revolución de 1897.-
Sin embargo para Cirilo Rosas, hombre callado y de buen coraje, entendió que la mancha de la bandera también tenía sangre de su contendiente, que a pesar de ser colorado era un hermano oriental y por ende, prescindiendo del color de la divisa....no se podía ni se puede negar, que también tenía "sangre de los Treinta y Tres Orientales" !!
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 10 de junio del 2018.-

"Paso del Dragón" en el río Tacuarí

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