Quien haya nacido o haya vivido en "El Uruguay de adentro" y en el interior de un rancho de terrón y paja, con piso de tierra de "cupí", con puertas y ventanas "ciegas" de lapacho, estoy seguro, que sabe valorar y mucho el sufrimiento y las alegrías que nos depara la vida.....
Quien haya sido parido arriba de "una carona", haya cruzado los campos a "pata descalza" con la helada "apuñalándole" las plantas de los pies, haya metido los mismos pies en "el orín" de las vacas para calentarlos.....Ése, no será nunca un "resentido social".....Por el contrario, será un tipo que caerá y se levantará 10.000 veces si es posible, pero siempre, en busca de lo mejor.-
Y no le hablen de penurias ni de sufrimientos a una persona de ésas, porque las conoce mejor que muchos de nosotros y las guarda "entre cuero y carne" como la misma credencial de su decencia.-
El mejor ejemplo que Dios me pudo haber otorgado en la vida, fue tener a mi padre y a mi madre de crianza Prudencio Antúnez Niz e Irma Cuello Faliveni, que pasaron por todas ésas y mucho más y lograron salir adelante a voluntad y a tesón y que jamás, les escuché una palabra de resentimiento hacia nadie.-
Esos "horcones de coronilla", "madera de quebracho, que no se duebla ni llorando" (como decía Osiris Rodriguez Castillo), habían sido paridos adentro de los ranchos de terrón y paja, con "mojinetes" y/o con "culatas" (que fueron traídos al Uruguay por los inmigrantes de las Islas Canarias) antes del 1800 y recibidos en la vida por las manos toscas y "cuarteadas" de mujeres buenas y solidarias a las cuales les llamaban "las comadronas"....
Ranchos, que eran calentitos en invierno y frescos en el verano.....Y que cuando el piso estaba bien "apretado" a fuerza de brazos, de pisón y de salmuera liviana, hasta se podían lavar, como cualquier piso de baldosas.-
Fueron otras épocas bárbaras, donde la fragua de un tiempo templó hombres y mujeres a fuerza de pestes, de sufrimientos, de pobrezas, de derrotas y de alegrías, que si entregaron sus vidas en la demanda, también, supieron legarnos: trabajo, honestidad, sapiencia criolla, dignidad, esperanza y mucho respeto por la Patria y por los ideales de los demás.....
Hoy, cuando veo todo tan fácil, desde insultos procaces, deshumanización y "brazos cruzados" que esperan que todo les caiga de arriba, pienso y re-pienso a cada instante, en esa generación de viejos de "tamangos guascudos" y de viejas de "zuecos carreros" que siempre trabajaron "como enanos" y soñaron con un porvenir mejor, solo esperando que San Juan y las langostas, se dignaran a darles una buena cosecha.-
Quien haya sido parido arriba de "una carona", haya cruzado los campos a "pata descalza" con la helada "apuñalándole" las plantas de los pies, haya metido los mismos pies en "el orín" de las vacas para calentarlos.....Ése, no será nunca un "resentido social".....Por el contrario, será un tipo que caerá y se levantará 10.000 veces si es posible, pero siempre, en busca de lo mejor.-
Y no le hablen de penurias ni de sufrimientos a una persona de ésas, porque las conoce mejor que muchos de nosotros y las guarda "entre cuero y carne" como la misma credencial de su decencia.-
El mejor ejemplo que Dios me pudo haber otorgado en la vida, fue tener a mi padre y a mi madre de crianza Prudencio Antúnez Niz e Irma Cuello Faliveni, que pasaron por todas ésas y mucho más y lograron salir adelante a voluntad y a tesón y que jamás, les escuché una palabra de resentimiento hacia nadie.-
Esos "horcones de coronilla", "madera de quebracho, que no se duebla ni llorando" (como decía Osiris Rodriguez Castillo), habían sido paridos adentro de los ranchos de terrón y paja, con "mojinetes" y/o con "culatas" (que fueron traídos al Uruguay por los inmigrantes de las Islas Canarias) antes del 1800 y recibidos en la vida por las manos toscas y "cuarteadas" de mujeres buenas y solidarias a las cuales les llamaban "las comadronas"....
Ranchos, que eran calentitos en invierno y frescos en el verano.....Y que cuando el piso estaba bien "apretado" a fuerza de brazos, de pisón y de salmuera liviana, hasta se podían lavar, como cualquier piso de baldosas.-
Fueron otras épocas bárbaras, donde la fragua de un tiempo templó hombres y mujeres a fuerza de pestes, de sufrimientos, de pobrezas, de derrotas y de alegrías, que si entregaron sus vidas en la demanda, también, supieron legarnos: trabajo, honestidad, sapiencia criolla, dignidad, esperanza y mucho respeto por la Patria y por los ideales de los demás.....
Hoy, cuando veo todo tan fácil, desde insultos procaces, deshumanización y "brazos cruzados" que esperan que todo les caiga de arriba, pienso y re-pienso a cada instante, en esa generación de viejos de "tamangos guascudos" y de viejas de "zuecos carreros" que siempre trabajaron "como enanos" y soñaron con un porvenir mejor, solo esperando que San Juan y las langostas, se dignaran a darles una buena cosecha.-
Rancho de terrón y paja en la campaña oriental.- |
No estamos lejos cronológicamente hablando de ese tiempo "de vellón y lata" ....pero qué distantes nos vemos, "cibernéticamente" hablando......
La segunda foto que exhibo y que ustedes pueden observar, muestra un lote de paisanos alrededor de un fogón al medio "de una llanta de carreta"......
Quiero que todos sepan que esto representa la materia prima, la "piedra bruta para ser pulida" de la comunicación en el tiempo. Así, nos llegaron muchas historias y sucedidos de los pagos. Así nos llegaron muchos consejos y experiencias de esos paisanos barbudos, con la frente llena de arrugas y el alma calada de barros, solazos y cerrazones.
Eran, como decía Serafín J. García: "Abrojo por afuera y macachín por adentro"....
Si las historias de la Patria, se escribieron con el filo aguzado de las lanzas, bajo el gemir de los cascos de los baguales al galope, en el "cacareo" de los clarines libertarios o bajo el peso de las llantas de las carretas en paciente movimiento, también, se escribieron las historias, con un lote de paisanos en natural convivencia, al costado de un fogón, hecho en el medio de una "llanta de carreta".-
Así de sencillo, fue la comunicación oral de abuelos a padres y de padres a hijos. Tomando mate. Escuchando las voces del silencio apenas quebradas por el crepitar de la leña del fogón y con aquel color de "rojo amaneciendo" que entre el cascarón de la noche, un duende mágico y creativo, les pintaba "sombras chinescas" a las paredes de la cocina o del galpón.-
Lamentablemente, quien no conozca o no le interesen estos postulados, jamás, podrá comprender lo que es la esencia que adereza el gusto y la savia que nutre, la vida del campo oriental.-
Quiero que todos sepan que esto representa la materia prima, la "piedra bruta para ser pulida" de la comunicación en el tiempo. Así, nos llegaron muchas historias y sucedidos de los pagos. Así nos llegaron muchos consejos y experiencias de esos paisanos barbudos, con la frente llena de arrugas y el alma calada de barros, solazos y cerrazones.
Eran, como decía Serafín J. García: "Abrojo por afuera y macachín por adentro"....
Si las historias de la Patria, se escribieron con el filo aguzado de las lanzas, bajo el gemir de los cascos de los baguales al galope, en el "cacareo" de los clarines libertarios o bajo el peso de las llantas de las carretas en paciente movimiento, también, se escribieron las historias, con un lote de paisanos en natural convivencia, al costado de un fogón, hecho en el medio de una "llanta de carreta".-
Así de sencillo, fue la comunicación oral de abuelos a padres y de padres a hijos. Tomando mate. Escuchando las voces del silencio apenas quebradas por el crepitar de la leña del fogón y con aquel color de "rojo amaneciendo" que entre el cascarón de la noche, un duende mágico y creativo, les pintaba "sombras chinescas" a las paredes de la cocina o del galpón.-
Lamentablemente, quien no conozca o no le interesen estos postulados, jamás, podrá comprender lo que es la esencia que adereza el gusto y la savia que nutre, la vida del campo oriental.-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 10 de junio del 2018.-
Vergara, 10 de junio del 2018.-
Paisanos en la vuelta del fogón, al medio de una llanta de carreta.- |
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