sábado, 17 de diciembre de 2016

  "EL  JEEP  DE  DON  SEGUNDO"......
Mi padre de crianza (Prudencio Antúnez Niz) siempre me contaba esta anécdota basada en un hecho totalmente real.-
Él, que había nacido en la costa de la cañada de "Las Achiras", cerca del Sarandí Grande y a unos 7 kilómetros del Pueblo Rincón, conocía de sobra lo que eran los "terribles" caminos de penetración al corazón del "Rincón de Ramírez".-
Los había hecho a "pata de caballo" ya fuera como tropero de Vidarte, como esquilador "a martillo" de la comparsa de don Gregorio Lemos o como emisario de Francisco Zito Bonelli a la Costa de la Laguna Guacha o a "pata de buey" como acompañante, en la carreta que tenía su tío Florencio Paulino Niz Jara (quien ocupaba el campo de "El Pozo"- cerca del hoy Arrozal "Zapata").- 
Y sabía bien de que en el invierno, no había vehículo a motor que entrara en esos caminos, porque eran pura greda y barrizales....Hasta me contaba que llegó a caer con caballo y todo en el barrial que se formaba en el camino que pasa por atrás de la estancia "La Lata", que en esos tiempos (década de 1940) era propiedad de Bernardino Fernández.-
Quizás por ese mismo tiempo, llegó al "Rincón de Ramírez" como alambrador, don Segundo Santana, esposo de doña Amelia Caétano Prats (a quien conocí anciana ya, cuando estuve residiendo en el pueblo de Rincón).-
Don Segundo, hombre honesto, de palabra, trabajador y de mucho respeto, fue muy amigo de mi padre, quien me contaba que a fuerza de trabajo y de sacrificios como alambrador, logró comprarse un campo en las Costas del Sarandí Chico, levantar casa y tener una familia constituida por un lote de hijos e hijas.-
Pero resulta que tenía que comprarse un vehículo "a motor" para entrar y salir "mandando rueda" por los barrizales del "Rincón de Ramírez" y le aconsejaron que comprara un "Jeep" de los que vendían en la Barraca de Walter Guadalupe Robaina, en la esquina de las calles: Joaquín Suárez e Hildebrando Vergara, de esta ciudad.-
Y se sacó las ganas de tener el vehículo propio.....
Contaba mi padre y era moneda corriente entre los viejos de esa época, esta anécdota que pinta una forma de vida, de personalidad y de costumbres, que coexistían sin problemas en aquel Uruguay que se aproximaba a la década de 1950.-
Una mañana llegó don Segundo a la Barraca de Guadalupe y se enfrentó a "Fernandito" Correa que era uno de los principales dependientes del lugar.-
El diálogo, luego de los saludos de rigor, fue corto y tajante:
- Tiene "Yipe" ?.....
- Sí señor, don Segundo......Ahí están en exhibición.....
- Cuánto vale ese poderoso?.....
- Quinientos pesos.... don Segundo.....
- Entonce...demi uno.....
Y sin más palabras que decir, "se dio vuelta" el cinto de gaucho, le desabrochó "el buche panzón" y comenzó a contarle las "chalas" encima del mostrador, hasta llegar a la cantidad antes indicada....
Negocio hecho.-
Y "Fernandito" (que aun vive en Vergara), no salía ni puede salir hasta ahora del asombro....Nunca antes ni nunca después realizó un negocio tan sencillo!....


(Fuente: Foto tomada de Internet)
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 17 de diciembre del 2016.-

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