sábado, 17 de diciembre de 2016

Genaro Teodoro Vaz Gabriel, cuando era
Guardiacivil, en una foto del año 1929.-
 ALGO MÁS SOBRE LA "TRAGEDIA DEL ARROYO DEL ORO"......
Genaro Teodoro Vaz Gabriel, era Guardiacivil en la Seccional Segunda del Departamento de Treinta y Tres ("El Oro"), cuando ocurrió la tragedia indicada al inicio.-
Mucho se ha escrito y mucho se ha dicho, en el transcurso de 87 años de ocurrido el triple homicidio, que quebró para siempre una familia y que enlutó, marcó y silenció para siempre, a otras más, sobreviviendo incluso a no menos de cuatro generaciones.-
Aun se siguen encontrando "cuentas" esparcidas, que no fueron contadas a su tiempo y la versión oficial, caída por su propio peso, cada vez genera más dudas, tiene fragmentos que para nada son creíbles y ante el embate del futuro, se nos aparece como un extenso e intrincado "rosario histórico"....
Genaro Vaz, tenía por superiores: al Comisario Ramón da Rosa (tío paterno del escritor Julio C. da Rosa); al Sub Comisario Martiniano Navas (que luego falleció en  en la esquina de las calles Urrutia y Urtubey de la ciudad de Vergara y que en sus últimos años, ejercía el oficio de peluquero); al Escribiente Carlos Yelós (que llegó a Sub Jefe de Policía del Departamento); al Sub Oficial Honorario Antonio Machado (que luego fue Comisario en Vergara) y sus compañeros Guardiaciviles entre otros, eran: Isidoro Barreto; Andrelino Mariño; Ascensión Olmos; Cándido Alcarraz; Gregorio Lemos......
Mientras que el Teniente Alcalde de ese distrito era: Adelaido González (a) "Lalo", que años atrás, también había sido Policía......
Las batidas policiales reforzadas por personal de la Primera Sección Rural, al mando del Comisario Suárez, por personal de la Seccional Cuarta al mando del Escribiente en Comisión Roberto Molina y por los vecinos de la zona: José F. Caétano; Quintín Núñez; Natalio y Dalmiro Vergara; Alberto Barreto; Ramón Blanco; Donato Batalla; José Oyarbide; Andrés Presa; Lucio Rodríguez; Amalio Brun; Adolfo, Raimundo, Luis y Lorenzo Ramos; Manuel Olmos; Martín Rocha; Eusebio Barreto; Luis y Marcelo Fasciolo; Gil Fernández; Francisco Guevara; José B. Barrios; Gilberto, Raimundo, Adán y María Miraballes; Teodoro Ávila (a) "El Vasco"; Francisco Larronda y Francisco Ramírez
, estaban a la orden del día, revisando campos y montes, buscando indicios de Juan Díaz y a su vez, cuidándose de la presencia del mismo ya que se preveía que estaba armado y que andaba vagando sin rumbo fijo, con su locura homicida a cuestas.- 
Revisaron los campos y montes de: Julio R. Sanz; Santiago Barragán; W. Mautone; José Oyarbide; Clotilde S. de Menéndez; Pedro Barreto; Pedro Bernardino da Silva; Natalio Vergara; Amado F. Menéndez; Damián Artigas; Zulma Batista de Iza y José Pedro Zuluaga, sin resultados positivos.-
Los datos y el temor de los vecinos aumentaban y se cruzaban y se entrecruzaban a cada momento.-
Un día, el menor Aurelio Iguiní vio pasar un alambrador y creyó que era Juan Díaz.-
Otro día, Lorenza Barreto vio pasar una persona cerca de su rancho y resultó que era una mujer de nombre Ramona Araújo.-
Otro día una patrulla policial interceptó a la salida del monte a un hombre que resultó ser: "un tal Pedrosa radicado en Costa de Tacuarí 3a. Secc." (Obviamente, que se refería al caminante Pedro Nieve Pedrosa Rojas, que era nativo del "Paso del Dragón" (13a. Sección de Cerro Largo).-
Otro día más, el vecino Marcelo Fasciolo (hijastro de Juan Díaz) denunció que por la noche había escuchado movimientos sospechosos en el monte del arroyo del Oro, cerca de su casa.-
Y Lorenzo Ramos (uno de los hijos del famoso "Zurdo" Ramos), denunció que mientras sus hermanas lavaban la ropa en el arroyo Corrales del Parao "un hombre las llamaba", pero, "era el leñador Calixto Alvarez".....
Contaba pues, Genaro Vaz, que una tarde, a los dos días de suscitada la tragedia, estuvieron con otro Guardiacivil, en los ranchos de Juan Díaz y que al retirarse por la tardecita-noche, dejaron todas las puertas atadas con alambre por afuera.-
Se cercioraron de que las mismas quedaran bien seguras y después, no muy lejos del lugar, se ocultaron monte adentro, "acollararon" los caballos con un "maneador" y se envolvieron con los ponchos, manteniendo el alerta y las armas dispuestas, al alcance de las manos.-
Todo transcurrió sin novedad y los más probable es que los Guardiaciviles hasta se durmieron, arrullados por los hondos misterios de la noche fría.-
Lo cierto es que al otro día, cuando aclaró, con los caballos de las riendas y los ponchos "envalijados" se acercaron de nuevo a los ranchos, antes de marcharse para la Comisaría (distante unos 5 kilómetros del lugar) a efectos de comunicar el resultado de la vigilancia.-
Ni bien arribaron, se dieron cuenta que una de las puertas de "media hoja" estaba abierta casi que para atrás, el alambre tirado en el piso y que en el interior de la habitación, supuestamente, había una persona.-
Ambos se consultaron por lo bajo y Vaz, le dijo al otro: - Vamo a entrar al rancho......
Ante el asentimiento del otro Guardiacivil, se deshicieron de los caballos y Genaro Vaz, le puntualizó a su compañero:- Desenfundá el revólver y aprontate. Si es el viejo, ya sabés que anda armao... 
Paso tras paso, arrancaron rumbo a la puerta, revólver en mano, la respiración casi que contenida.....y al grito de : POLICÍAAA......Ingresaron intempestivamente a la pieza.....
No había nadie adentro de la misma, ni de la otra, tampoco, dado que interiormente se comunicaban entre sí.-
Sin embargo, sobre una vieja mesa de madera, encontraron un trozo de galleta semi-comido y huellas evidentes en el piso de tierra, que denotaban que alguien, en horas de la noche y tras violentar el alambre, había ingresado a la habitación....
No les quedó dudas, que era Juan Díaz, el que había estado adentro del rancho.-
Que pese a lo infructuoso de las búsquedas, estaba vivo.-
Y que esa noche aprovechando la oscuridad, el frío y el silencio, había dejado su escondite en el monte profundo porque el hambre de más de 24 horas, lo venía carcomiendo.... 

(Fuente: Partes de la Seccional Segunda de Policía del año 1929 y versión contada por el Sr. Genaro Vaz Gabriel).-
Texto: Jorge Carlos Muniz Cuello.-
Vergara, 17 de diciembre del 2016.-

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