sábado, 24 de diciembre de 2016

Estancia "La Pastoril"
EL VERGARENSE QUE AMÓ A CARMEN SEVILLA….
María del Carmen García Galisteo, nació un día 16 de octubre del año 1930 en Sevilla, en el barrio “Heliópolis” (Andalucía- España) y fue la hija mayor del matrimonio compuesto por don Antonio García Padilla y doña Florentina Galisteo Ramírez.-
Siendo aun una niña, comenzó a incursionar en el mundo artístico (su padre, era poeta) y bien pronto se destacó en el canto y en el baile flamenco.-
Con solo 12 años de edad, debutó en la Compañía de Estrellita Castro (su madrina artística) y luego, pasó a integrar el elenco de la Rapsodia Española, con Paquita Rico y Ana Esmeralda.- Comenzó a deslumbrar sobre los escenarios y fue contratada por un salario de 45 pesetas por jornada, integrando la Compañía “Príncipe Gitano”.-
Pronto, muy pronto acarició la fama.-
Carmen Sevilla
En la década de 1950, tras participar en el film “Cuentos de la Alhambra”, se catapultó al mundo del espectáculo, como una estrella de cine que buscaba con fe y con perseverancia, un constante ascenso.-
Sin dudas que lo logró, porque fue actriz, cantante, bailarina y presentadora de la TV Española.-
Rodó 75 películas, siendo la última de ellas “Rostros” (filmada en el año 1958). Obtuvo varios premios y reconocimientos en el mundo artístico. Fue muy amiga de Lola Flores y de Paquita Rico. Se casó dos veces y sin embargo, era tan bella, que fue pretendida por Mario Moreno “Cantinflas”, por Frank Sinatra, por Marlon Brando y por Pedro Infante, quien en el transcurso de una filmación y por pasarse más de lo debido en un beso, recibió como respuesta, una mordedura en la lengua.-
Esa mujer a la cual me estoy refiriendo en estos momentos, mediante un sintético comentario, se propagó en el tiempo, brilló en el mundo artístico y aun hoy (aquejada de una terrible enfermedad) vive y vivirá por siempre, como: “Carmen Sevilla”…

Homero Robaina y su hijo Alvaro Robaina Gioscia
Por su parte, Homero Felipe Robaina Garmendia, nació en Vergara, en la casona que aun existe, ubicada sobre la calle Joaquín Suárez, entre Jacinto Ruiz y Fortunato Jara, Barrio “El Centro”, un día 15 de enero de 1924.-
Hijo de don Juan Gualberto Robaina Moreno (a) “Felipe” y de doña María Garmendia, fue descendiente de hacendados lugareños con hondas raíces patriarcales y heredero de una familia, muy querida y muy respetada en Vergara.-
Desde niño, tuvo iniciativa y facilidad por las manualidades e inclinación por la buena lectura.- 
Posteriormente, estudió cerámica, dibujo y pintura con el Profesor Aramís Mancebo Rojas, en la ciudad de Treinta y Tres, a la vez que participaba y obtenía el brevet correspondiente en el curso de piloto civil que se realizaba en el Aeroclub de esa ciudad.-

El día 18 de julio de 1945, en el marco de la exposición de 92 trabajos pictóricos en el "Primer Salón Departamental de Artes" y en calidad de alumno de la "Escuela Municipal de Bellas Artes" de la ciudad de Treinta y Tres, obtuvo una "Mención Especial", junto a una generación donde se encontraban entre otros: Lila Quintela; José Sosa Luzardo; Aidee Eguren; Cora Hilda Techera; Tomás Cacheiro Sández y Dardo C. Sosa, entre otros más.-
A la muerte de su progenitor, se marchó a explotar un campo en las Costas del Parao (Tercera Sección del Departamento) y a la vez, administraba las partes que le habían correspondido a sus hermanas.-
Esa fue una etapa más, en la dilatada historia de la estancia “La Pastoril”…..
Una edificio, con construcciones al estilo español y con un amplio mirador (que hoy, ya no existe) y que mandó levantar don José Joaquín Inocencio Suárez Ximénez (nieto del Presidente del Gobierno de la Defensa, cuando la Guerra Grande) en el año 1883, sobre una porción de campo que años antes, le había regalado su amigo Juan Pedro Ramirez Carrasco.-
En el año 1877, ya existía una construcción en ese lugar, dado que allí se estableció con su familia, Bernardo Gervasio Berro Bustamante, novel administrador de la “Sociedad Pastoril Cebollatí”, que había sido creada en el año 1865 por Ramírez y sus socios, sobre la cantidad de 32.000 hectáreas de campo, equivalentes a “16 suertes de estancia”.-
Disuelta que fue la sociedad un día 19 de febrero de 1885, Joaquín Suárez, fue de los firmantes del acta respectiva, aunque continuó con los campos antedichos; mientras que Berro, se marchaba del lugar con su familia, siendo luego nominado “Comisario de Policía de la Tercera Sección de Treinta y Tres” (Rincón de Ramírez) con el grado de Sargento Mayor.-
Sabido es, que participó del lado de los blancos, en la Revolución de 1897; se casó con Jacinta Antuña, tuvo su descendencia; fue Jefe Político y de Policía de Treinta y Tres; estanciero y en 1904, con el grado de Coronel, comandó la División Nro. 3 del ejército saravista.-
Por su parte, Joaquín Inocencio Suárez, afiliado al Partido Colorado, fue Jefe Político de Cerro Largo y de Treinta y Tres; se casó con María Joaquina Martínez; tuvo numerosa descendencia y campos aledaños adonde hoy se asienta “Poblado Mendizábal” (Paraje “El Oro”).-
A esa estancia, donde además había llegado por breve tiempo el Coronel Latorre con un baqueano, cuando en 1880 se iba a caballo hacia el Brasil, llegó un día también (pero con diferentes iniciativas), Homero Felipe Robaina Garmendia.-
Un hombre joven, con pujanza, con espíritu sensible y consustanciado con las artes plásticas, es de suponer sin dudas, que tomó como fuente de inspiración el entorno del paisaje nativo. Con su flora autóctona, con la sinfonía multicolor del canto de los pájaros y con el discurrir eterno del curso fluvial, cuando cruza casi sin ruido, en inevitable tránsito hacia el Cebollatí.-
Comenzó con sus idas y venidas al Viejo Mundo.-
Bien pronto decoró el interior de la casa con interesantes bibliotecas, un pequeño museo taurino donde se destacaban: abanicos, peinetones, mantillas, azulejos con motivos de "toreros", etc.,  cuadros multicolores de su propia creación y de afamados artistas mundiales;además de instalar en el mirador de la estancia, su taller personal de dibujo y acuarelas.-

Recorrió: Suiza, Holanda, Italia, Francia, El Cairo, México, Alemania e Inglaterra.-
Mientras la estancia, se llenaba de diversos invitados, fiestas de gala con “servicio de mozos”, cuadros con valiosas reproducciones selladas en el Museo del Louvre, cerámicas mejicanas donde se reproducían en diversas escalas y diseños, una colección, cuyo motivo predominante era la Virgen María, vitrinas empotradas en los muros con miniaturas y objetos de arte adquiridos en varios países, embarcaciones, vehículos, armas deportivas y hasta una pista diseñada para el descenso de avionetas.-
Acudían apellidos de renombres. Arribaban personajes que incursionaron en el boxeo y en la esgrima nacional y amigos y amigas que llegaban desde Vergara y desde otros puntos del país.-
Allí, parecía no faltar nada. Sumado a la voluntad, fina atención y exquisita gastronomía de la cual hacía gala el dueño de casa (que además tenía reconocida destreza para decorar salones de fiestas) y hacía lo posible y lo imposible, para que las visitas estuvieran cómodas.-
Es de aclarar que entre Joaquín Suárez y Homero Robaina, “La Pastoril”, tuvo otros dueños, pero quizá alcanzó su brillo diamantino en el tiempo de este último e indudablemente, se constituyó en una referencia para la zona….
En la década de 1950, mientras Homero hacía uno de sus viajes en barco a España, en momentos que servían la cena y los comensales charlaban animadamente, alguien que lo conocía, le presentó a Carmen Sevilla, que casualmente, viajaba en el mismo barco.-
Se cuenta que fue “un flechazo” a primera vista, que departieron durante mucho rato y hasta se tomaron fotos juntos.-
Poco tiempo después y sin que trascendiera mucho, una mujer desconocida llegó a “La Pastoril”, traída por el propio Homero en uno de sus vehículos y cargada con abundante equipaje.-
Al otro día, aprovechando el clima ideal de un día apacible y soleado, alguien, los vio paseando por el Parao, en una canoa, pintada de color naranja.-
Iban felices, mientras se desplazaban lentamente, sobre el cauce cristalino del arroyo.  Ambos sonreían, vivían ese momento que se vive una vez, mientras el entorno natural del cielo, de los árboles y de los pájaros, les regalaba imaginariamente una dulce y lejana melodía.-
Carmen Sevilla
Pletórica y feliz, Carmen Sevilla, retornó dos o tres veces más a “La Pastoril” y ya no fue secreto y trascendió la noticia en la zona...
Vino, para hablar de amor con Homero y pasear en la canoa color naranja, sobre las somnolientas aguas del Parao.-
Después, como muchas cosas que ocurren sobre el vasto dominio terrenal, se fue deteriorando ese mundo sutil de sueños y de fantasías que ambos habían construido.-
Carmen, se volvió a España, nunca más retornó a “La Pastoril”; fue reconocida como "La Novia de España", se casó dos veces y tuvo un hijo, fruto del primer matrimonio.-
Homero, se casó con una dama de Montevideo y también, procreó un hijo.- 
Aunque de ahí en más, su vida fue perdiendo trascendencia poquito a poco.-
Empezó por la separación con la esposa, disminuyó considerablemente su patrimonio, tuvo que entregar la administración del establecimiento y de golpe, se le perdieron los amigos y los comensales de las fiestas de gala, que hasta en avión llegaban a los campos de “La Pastoril”.-
Se fue a vivir a un apartamento del Complejo "Arcobaleno" (Punta del Este -Maldonado), donde para sobrevivir, tuvo que trabajar como diseñador de interiores, algunas veces como “chef” y otras, como profesor de cerámica, con viajes semanales a la ciudad de Colonia, donde dictaba clases.-
Estaba internado en una mutualista de la ciudad de Montevideo, cuando le tocó dejar este mundo, un día 15 de marzo del año 2000.-
Por voluntad testamentaria, su cuerpo fue cremado y sus cenizas esparcidas por las manos de una de sus hermanas, sobre las aguas del arroyo Parao, a la altura del viejo puente de la Ruta 18.-
Pienso, que algún día y en alguna hora, esas cenizas habrán pasado por las cercanías de “La Pastoril”….
Por el mismo lugar del arroyo, donde un día de la década de 1950, Homero Robaina y Carmen Sevilla, se tomaron de las manos, brindaron entre un cáliz de gorjeos, juntaron sus labios y hablaron de amor….
Ella, aun vive con 86 años de edad, en una residencia de Aravaca, pero asida de otras manos que no son las suyas y dependiente de una silla de ruedas.-
Desde el año 2012, una repentina y cruel enfermedad, se ha encargado sin pausa, de confundir y borrar sus pensamientos, hasta marchitar y segar lo más recóndito de sus recuerdos…

(Fuente: Revista del Centenario de Treinta y Tres- año 1953; Apuntes tomados de Internet; Biblioteca "Serafín J. García" de Vergara y testimonios orales obtenidos por el autor).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 24 de diciembre del 2016.-

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