Asunción Sequeira Dávila,
fue uno de los viejos troperos vergarenses, que en la década de 1940, llevaban
ganado por arreo, con destino hacia "La Tablada ".-
Templado en el duro oficio de las lides camperas, "Sequeirón" como le llamaban los hombres y mujeres de esa época atendiendo a su espigada figura, antes de ser tropero y baquiano de los senderos, había sido carrero de carreta con bueyes, "fleteando" por distintas partes del Departamento.-
Su vida estaba sintetizada en el subsistir diario, en la esposa, en los hijos y en aquel ranchito de paja y terrón, ubicado con las aberturas, hacia la calle Carolino Vergara (frente a lo de Simona Terán) rodeado por cina-cinas y donde aquel hombre sencillo y algo huraño, abrigaba silenciosamente, su cansancio de paisajes, de gentes, de caminos polvorientos....
También había sido "asistente" de aquel mestizo de guaraníes, que se llamaba Félix Terán. Que era domador de caballos, jinete de los mejores, tropero de mucha ciencia y confianza y que en el pago viejo, todo el mundo le conocía por "El Indio Terán".-
Eran aquellos tiempos, en que "El Indio Terán" y "Sequeirón", domaban caballos "de abajo", como los ancestros guaraníes y cuando los entregaban a sus dueños sus preocupaciones primordiales, era de que no estuvieran "bastereados", ni “babosos” ni "rotos en la boca"....
En cierta oportunidad, Asunción Sequeira Dávila, se dirigía para "La Tablada ",
con un arreo de ganado importante y en compañía de otros troperos.-
Transcurría el mes de abril de la década de 1940.-
A la vera de un camino y no muy distante del mismo, los troperos pudieron observar que se alzaba una hermosa chacra, con un maizal que descollaba. Y que en un contrapunto de colores con el horizonte azulado, le entregaba en forma generosa, el verde-amarillento de sus plantas tan particulares.-
El sol comenzaba a trepar la cuesta hacia el cenit y entonces "Sequeirón" que sabía que el viaje era largo y "la panza" comenzaba a pedirle "trojeo", no pensó ni un minuto más y se tiró al suelo, desde su caballo.-
El viejo, calzaba zuecos y tenía los pies (que no eran nada chicos) envueltos en trozos de arpilleras, como a la antigua usanza de los carreros.-
Para quedar más liviano se los quitó rápidamente y luego de trasponer el alambrado, los dejó en la orilla de la chacra. Se introdujo en la misma y comenzó a "bombiar" maíces y los que veía que habían "muñequeado" para la siembra, directamente, los iba arrancando sin mirar hacia atrás.-
En eso estaba, cuando escuchó cascos de caballo y al mirar de reojo hacia un costado, vio que un paisano bien puesto, se dirigía al trote de su cabalgadura, con destino a la chacra.-
- Pahhhh....ese debe ser el dueño- dijo "Sequeirón" para sus adentros.....Y de inmediato manoteó los choclos, logró unirlos por su parte posterior y salió desalado, errando los pasos, chacra afuera....
Disimuladamente, se arrimó al caballo, metió los choclos adentro de la maleta y al estribar para subir.....se dio cuenta que no tenía los zuecos !!!
Qué iba a dar vuelta ....con el otro, metido adentro de la chacra.....
Optó por seguir a caballo, con "las patas envueltas en arpillera", silbando y empujando la tropa como sus otros compañeros. Nadie, le preguntó una palabra.-
Por allá adelante, pararon las reses, echaron pie a tierra, desensillaron y armaron el fuego para churrasquear....
"Sequeirón" ni hablaba....por temor a contar lo que le había pasado y en ese caso, cuando el fuego estuvo encendido y la carne dorándose a su lado, se conformó con poner a asar los choclos al rescoldo del fogón.-
Rato después, "para colmo de males", llegó un paisano a caballo....con un par de zuecos a "los tientos"...
Bajó de la cabalgadura, dio la mano a todos en un amplio saludo, se puso a la orden para lo que gustasen y se arrimó al fogón, sentándose en el suelo.- Como por un "mandato de Dios", "Sequeirón", había quedado a su lado y el hombre, bebiendo un mate que le habían alcanzado solícitamente, lo miró como al descuido, mientras le comentaba: - Pero usté sabe una cosa don ?.....Qué ricién juí a la chacra que tengo, que ustedes hace un rato pasaron con la tropa por allí y encontré un par de zuecos, bastante nuevones al costao del maizal.....Se ve que alguno, digo yo di apurao y no digo que jueran ustedes tampoco, capaz que dentró a robar algún choclo, que tán guenazos y se olvidó del calzao en las apuradas...Yo los levanté y los traigo ahí, a los tientos del matungo....
"Sequeirón", que no quería bajo ninguna forma darse por aludido a pesar de que el paisano le había corrido el ojo a los choclos que se asaban y a los pies envueltos en arpillera, lo miró a los ojos y le dijo:- Pero mire usté don !! Hoy corrió con suerte, encontró un par de zuecos y pa mirarlos de aquí, colgaos de su caballo, tán bastante nuevones sí.....Usté sabe don, que yo salí de mi rancho medio pobretón de calzao, ahora en el camino he recuperao y tengo unos pesos pa comprarme un par .... Sabe que l`iba a pedir una cosa...Usté no me vende esos zuecos, don? ...
El paisano, se paró de golpe y abriendo los brazos en ademán de criollo, le dijo: No señor....le traigo los zuecos y si le quedan bien, se los pone nomás y no me debe nada don....Cómo un oriental va dejar otro descalzo de gusto nomás, teniendo cómo buscarle la guelta !!!..Y enderezó para el caballo...
Momentos después, se apersonó al tropero, que receloso y dominado por la mirada de los otros, tentó a ponerse los zuecos....Ni qué decir ! Le quedaron como de recibo...
Dijo "Sequeirón" : -Hasta bien me quedan los zuecos, don... Qué casualidá que tuve...Me quedan como nacidos y vio usté don, que son el mesmo número de mis pieses...
El otro, entregó el mate a un tropero que junto a sus compañeros rodeaba la escena del hecho, levantó la cabeza, miró a lo lejos y dijo sin gritar:- Tiene razón don !! Que casualidá que tuvo con esos zuecos....Son el mesmo número de sus pieses !!!...
Templado en el duro oficio de las lides camperas, "Sequeirón" como le llamaban los hombres y mujeres de esa época atendiendo a su espigada figura, antes de ser tropero y baquiano de los senderos, había sido carrero de carreta con bueyes, "fleteando" por distintas partes del Departamento.-
Su vida estaba sintetizada en el subsistir diario, en la esposa, en los hijos y en aquel ranchito de paja y terrón, ubicado con las aberturas, hacia la calle Carolino Vergara (frente a lo de Simona Terán) rodeado por cina-cinas y donde aquel hombre sencillo y algo huraño, abrigaba silenciosamente, su cansancio de paisajes, de gentes, de caminos polvorientos....
También había sido "asistente" de aquel mestizo de guaraníes, que se llamaba Félix Terán. Que era domador de caballos, jinete de los mejores, tropero de mucha ciencia y confianza y que en el pago viejo, todo el mundo le conocía por "El Indio Terán".-
Eran aquellos tiempos, en que "El Indio Terán" y "Sequeirón", domaban caballos "de abajo", como los ancestros guaraníes y cuando los entregaban a sus dueños sus preocupaciones primordiales, era de que no estuvieran "bastereados", ni “babosos” ni "rotos en la boca"....
En cierta oportunidad, Asunción Sequeira Dávila, se dirigía para "
Transcurría el mes de abril de la década de 1940.-
A la vera de un camino y no muy distante del mismo, los troperos pudieron observar que se alzaba una hermosa chacra, con un maizal que descollaba. Y que en un contrapunto de colores con el horizonte azulado, le entregaba en forma generosa, el verde-amarillento de sus plantas tan particulares.-
El sol comenzaba a trepar la cuesta hacia el cenit y entonces "Sequeirón" que sabía que el viaje era largo y "la panza" comenzaba a pedirle "trojeo", no pensó ni un minuto más y se tiró al suelo, desde su caballo.-
El viejo, calzaba zuecos y tenía los pies (que no eran nada chicos) envueltos en trozos de arpilleras, como a la antigua usanza de los carreros.-
Para quedar más liviano se los quitó rápidamente y luego de trasponer el alambrado, los dejó en la orilla de la chacra. Se introdujo en la misma y comenzó a "bombiar" maíces y los que veía que habían "muñequeado" para la siembra, directamente, los iba arrancando sin mirar hacia atrás.-
En eso estaba, cuando escuchó cascos de caballo y al mirar de reojo hacia un costado, vio que un paisano bien puesto, se dirigía al trote de su cabalgadura, con destino a la chacra.-
- Pahhhh....ese debe ser el dueño- dijo "Sequeirón" para sus adentros.....Y de inmediato manoteó los choclos, logró unirlos por su parte posterior y salió desalado, errando los pasos, chacra afuera....
Disimuladamente, se arrimó al caballo, metió los choclos adentro de la maleta y al estribar para subir.....se dio cuenta que no tenía los zuecos !!!
Qué iba a dar vuelta ....con el otro, metido adentro de la chacra.....
Optó por seguir a caballo, con "las patas envueltas en arpillera", silbando y empujando la tropa como sus otros compañeros. Nadie, le preguntó una palabra.-
Por allá adelante, pararon las reses, echaron pie a tierra, desensillaron y armaron el fuego para churrasquear....
"Sequeirón" ni hablaba....por temor a contar lo que le había pasado y en ese caso, cuando el fuego estuvo encendido y la carne dorándose a su lado, se conformó con poner a asar los choclos al rescoldo del fogón.-
Rato después, "para colmo de males", llegó un paisano a caballo....con un par de zuecos a "los tientos"...
Bajó de la cabalgadura, dio la mano a todos en un amplio saludo, se puso a la orden para lo que gustasen y se arrimó al fogón, sentándose en el suelo.- Como por un "mandato de Dios", "Sequeirón", había quedado a su lado y el hombre, bebiendo un mate que le habían alcanzado solícitamente, lo miró como al descuido, mientras le comentaba: - Pero usté sabe una cosa don ?.....Qué ricién juí a la chacra que tengo, que ustedes hace un rato pasaron con la tropa por allí y encontré un par de zuecos, bastante nuevones al costao del maizal.....Se ve que alguno, digo yo di apurao y no digo que jueran ustedes tampoco, capaz que dentró a robar algún choclo, que tán guenazos y se olvidó del calzao en las apuradas...Yo los levanté y los traigo ahí, a los tientos del matungo....
"Sequeirón", que no quería bajo ninguna forma darse por aludido a pesar de que el paisano le había corrido el ojo a los choclos que se asaban y a los pies envueltos en arpillera, lo miró a los ojos y le dijo:- Pero mire usté don !! Hoy corrió con suerte, encontró un par de zuecos y pa mirarlos de aquí, colgaos de su caballo, tán bastante nuevones sí.....Usté sabe don, que yo salí de mi rancho medio pobretón de calzao, ahora en el camino he recuperao y tengo unos pesos pa comprarme un par .... Sabe que l`iba a pedir una cosa...Usté no me vende esos zuecos, don? ...
El paisano, se paró de golpe y abriendo los brazos en ademán de criollo, le dijo: No señor....le traigo los zuecos y si le quedan bien, se los pone nomás y no me debe nada don....Cómo un oriental va dejar otro descalzo de gusto nomás, teniendo cómo buscarle la guelta !!!..Y enderezó para el caballo...
Momentos después, se apersonó al tropero, que receloso y dominado por la mirada de los otros, tentó a ponerse los zuecos....Ni qué decir ! Le quedaron como de recibo...
Dijo "Sequeirón" : -Hasta bien me quedan los zuecos, don... Qué casualidá que tuve...Me quedan como nacidos y vio usté don, que son el mesmo número de mis pieses...
El otro, entregó el mate a un tropero que junto a sus compañeros rodeaba la escena del hecho, levantó la cabeza, miró a lo lejos y dijo sin gritar:- Tiene razón don !! Que casualidá que tuvo con esos zuecos....Son el mesmo número de sus pieses !!!...
(Contado
por Ciro Sequeira, en Vergara).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 26 de noviembre del 2016.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario