martes, 22 de noviembre de 2016



“MI ABUELO DICEN QUE FUE”…..

Mi abuelo dicen que fue….
Mi abuelo dicen que fue,
Lancero de Timoteo…..
Y con Manduca Cipriano
Pelearon allá por Melo…
Y con Manduca Cipriano



                                                     Pelearon allá por Melo…
                                                     Mi abuelo, dicen que fue
                                                     Lancero de Timoteo…..
Fragmento de un texto, que con música de cifra, muchas veces lo hemos escuchado desde la voz y la guitarra criolla de Eustaquio Sosa.-
Con esa entonación tan particular, con esa vigencia que le han otorgado los distintos escenarios que ha transitado y con esa búsqueda incesante de hechos históricos, que divulgados en canciones, identifican, nutren y mantienen, la raíz y la savia de nuestro suelo oriental.- 
Pero retornando al vuelo sutil de la rima en cuestión, es fácil discernir que al nombrar a “Timoteo” instantáneamente, evocamos al General Timoteo Aparicio Báez, caudillo blanco, leñador y chacarero, analfabeto y temible en “las montoneras” que se dirimían a lanza, a boleadoras y a facón. Nacido en el Paso del Palomeque del Canelón Grande (Departamento de Canelones) que hipotecó hasta su casa en bien de los ideales y que murió en Montevideo, casado en segundas nupcias con una inglesa, enfermo y en la miseria total, un día 8 de setiembre de 1882.-
Es lógico que para este contexto de mención, tenemos que ubicarnos en el Uruguay de la “Revolución de las Lanzas” (años 1870 - 1871- y la paz del día 6 de abril de 1872).-
Con la pugna entre blancos y colorados; con aquellos brutales choques de caballerías e infanterías, donde las cargas “a los gritos y a lanza seca”, epilogaban un alto índice de muertos, heridos y desaparecidos…
“Paso Severino”; “Corralito”; “Rincón de Ramírez”; “Sauce”; “Manantiales”, por nombrar algunas de ellas…. Con el aditivo de que día 16 de mayo de 1870, como rememorando una justa entre caballeros medievales, se enfrentaron el Coronel José María Pampillón (blanco) con el Comandante Gil Aguirre (colorado), en un desafío que de “la boca para afuera”, se volvió pelea, lanza en mano y de a caballo.-
Con sus respectivas tropas formadas, cuenta el testigo Abdón Aroztegui, que terminaron peleando de a pie; que cada uno ellos recibió un lanzazo del oponente y que para terminar la contienda, Gil Aguirre (herido en el cuello), logró escapar del terreno, montando el caballo del mismo Pampillón, que lo recuperó tiempo después sano y salvo, hasta con el recado “chapeado”, en el marco de otra batalla y al derribar de un lanzazo al soldado que lo montaba…
Pampillón, curó sus heridas con “emplastos” y con hierbas medicinales, mientras seguía al ejército del General Aparicio, en contraposición Gil Aguirre, fue trasladado en una carreta a Mercedes (Departamento de Soriano) para ser asistido por la sanidad del gobierno colorado…
A todo esto, nos formulamos otra pregunta más. Y en este caso, puntual y tajante:… Quién era “Manduca Cipriano”?..... Y a renglón seguido va la respuesta….
Se llamaba: Manuel Cipriano de Moraes y era nacido en uno de los tantos pagos que tiene Río Grande del Sur (Brasil).-
Formado en la vieja escuela de las lides guerreras a lanza, a boleadoras y a facón, fue además de un esforzado lancero, un gran oportunista que varias veces pasó al Uruguay y que combatió indistintamente, del lado blanco o del lado colorado, depende como estuviera la situación y conforme al partido político que llevara la delantera.-
El 26 de agosto de 1870, al frente de otros brasileros a caballo, ingresó por la frontera en son de guerra y luego de tomar la guarnición de la “Villa de Artigas” (hoy, ciudad de Río Branco-Departamento de Cerro Largo) y hacerlo capitular al Mayor Luis Beltrán que defendía la misma, los desarmó, los dejó en libertad de acciones y siguió viaje al trote chasquero, para unirse con las huestes del Coronel Ángel Muniz, caudillo blanco de Cerro Largo.- 
No se le menciona para nada en las batallas de ese período, pero sí aparece en marzo de 1871, como residiendo en la “Villa de Melo”, con grado de Coronel, acompañando al General Lucas Moreno (a cargo de la Guarnición de la Villa) y al Coronel Santiago D. Botana, con hombres armados y cuidando de los heridos blancos, que participaron en el “Sitio de Montevideo” y en la terrible y sangrienta batalla del “Sauce”, registrada el día 25 de diciembre de 1870.-
Allí estaba cuando en la noche del 18 de marzo de 1871, el Coronel Fidelis Páez da Silva, otro brasilero más, pero, al servicio de los colorados, logró penetrar silenciosamente con 200 hombres de caballería, que desmontados, se ocultaron en sitios estratégicos a la espera del nuevo día para llevarle un ataque cerrado a la guarnición.-
Casualmente, fueron descubiertos por el Comandante Bellido quien mandaba un lote de infantes que estaban abocados a la ronda nocturna y tras el alerta de rigor, se levantaron Moreno y Botana, que estaban durmiendo, de inmediato formaron la guarnición y comenzó el tiroteo entre los dos bandos.-
A las cuatro y media de la mañana aproximadamente, el Coronel Fidelis viendo que perdía posiciones y que le era imposible capturar su objetivo, tocó retirada y con sus hombres abandonaron de apuro, la “Villa de Melo”, no sin antes matar a un anciano de apellido Aberasturi, que nada tenía que ver en el asunto y al Capitán Giménez, de las fuerzas de Lucas Moreno….
A todo esto, “Manduca Cipriano”, que vivía cerca de la guarnición y que había escuchado el tiroteo, acudió prestamente al lugar, ofreció su concurso y tras reunir a su gente y sumarla a la gente del Comandante Bellido, salieron a marchas forzadas, detrás del brasilero Fidelis y los leales armados que lo seguían.- 
A la hora catorce, del día 19 de marzo, los alcanzó en el puente de piedra sobre el arroyo Chuy y pocos momentos más tarde, 150 hombres que acompañaban a Manduca, le presentaron combate, a los 200 que acompañaban a Fidelis.-
El choque fue impetuoso y rápido, con una batalla que duró media hora y donde ambos jefes se enfrentaron “mano a mano” y de lanza en ristre…
Fidelis, abandonó el campo dejando una veintena de muertos y algunos prisioneros; mientras que Manduca, quedó dueño de la situación, pavoneando la victoria, con solo 5 muertos y 7 heridos, entre ellos él mismo, que en la pelea con Fidelis fue herido de un lanzazo en una de sus manos.- 
Retornó para Melo y posteriormente tras la ausencia de Moreno y de Botana, con los heridos ya restablecidos, quedó asignado por Ángel Muniz, al cuidado de la Villa.-
Allí permanecía el 18 de mayo de 1871 y poco después, fue nombrado Comandante de la Frontera.-
Se le otorgó grado de “General” (según Abdón Aroztegui) y según el Dr. Fernández Saldanha, el mismo, se autoproclamó como tal….
La cosa fue que comenzó entonces a tomarse atribuciones indebidas, a pretender llevar “el mundo por delante”, cobrando impuestos fronterizos a la fuerza y sacando ganado para comercializarlo en el Brasil.-
Lo que ganó fue que el Coronel Ángel Muniz al enterarse de los hechos, de inmediato lo corrió de las filas del ejército blanco, con rumbo y destino de Río Grande del Sur.-
En el año 1874, ante intrigas generadas por los Comandantes Lucas Severo Bergara y Eduardo J.Palmer, intentó ingresar por la frontera del Yaguarón, seguido de un lote de brasileros que usaban divisas negras, con letras amarillas.-
Justino Muniz, que el día 20 de abril de 1872, había sido nombrado Comisario General de Cerro Largo, por el Jefe Político y de Policía Bernabé Manuel Rivera (que fue Secretario de Ángel Muniz, durante la “Revolución de las Lanzas”), enterado de la invasión de Manduca y sus brasileros, logró darles alcance y al mando de una partida de Policías, los desparramó y los correteó hasta que se perdieron Brasil adentro.-
Retornó en el año 1875 e increíblemente el Presidente Pedro Varela, lo nombró Comandante de Cerro Largo, para que con hombres armados y adictos al gobierno, les hiciera frente a los Muniz (Ángel y Justino) que se habían plegado a la “Revolución Tricolor”….Volvió a autoproclamarse: “General”, pero la gloria le duró poco tiempo…
Porque llegó el Coronel Latorre en 1876 y lo volvió a correr del País, por intrigas, robos y diversas fechorías hechas en Cerro Largo, con la velada amenaza de que si lo encontraban en tierra oriental, no se escapaba de caer prisionero y ser fusilado.-
Lo último que se conoció de “Manduca Cipriano” es que en el año 1880, andaba por tierras riograndenses en compañía de “Nico” Coronel, a quien el mismo Ángel Muniz se había encargado de espantarlo de sus filas y de Cerro Largo, durante la “Revolución Tricolor” de 1875.-
Vaya a saber en que pago y en que tumba olvidada, concluyó su periplo terrenal de testigo de “montoneras”; de incorregible oportunista y de innumerables fechorías perpetradas sobre la delgada línea fronteriza, “puerta de vaivén” con el Imperio del Brasil….
(Fuentes consultadas: “Diccionario de Biografías Históricas” Dr. Fernández Saldanha y “La Revolución Oriental de 1870”- Abdón Aroztegui).-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 22 de noviembre del 2016.-

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