viernes, 25 de noviembre de 2016

Guillermo Terra con sus hijos
Dr. Luis Yarzábal Terra con su esposa
y Jorge Muniz - Vergara, invierno del 2016-
“UNA NOCHE DIFÍCIL PARA DON GUILLERMO”

Aun existe su enorme casona, aquí en Vergara.-
Está ubicada en la confluencia de las calles Bernardo Silvera y Carolino Vergara. Hacia el Este, rumbo al monte del Parao y como quien dice rumbo al antiguo “Potrero de Quiroga” (en alusión a su antiguo dueño: Juan María Quiroga).-
Enfrente a esta casona, estaban los ranchos de paja y terrón que habitaba Casimiro Caballero, un mestizo de indio que había sido servidor colorado en 1904, capataz de campo de los Zuluaga y luego, Sargento de la Policía en la Comisaría de Vergara.-
Pegado, la casa de Jacinta Viera (la madre de "El Loco" Pedro Muniz) y enfrente la quinta de frutales que tenía el italiano Lucas Ducatelli, yerno de Bonelli, uno de los constructores del “Altillo de Padula” y se puede decir que de los primeros habitantes del pueblo.- 
En esa casona (que hasta el momento desconozco quien la construyó- se supone que alguno de los tantos italianos inmigrantes-), durante muchos años vivió junto a su esposa e hijos don Guillermo Terra.-
Para los inicios y mediados del siglo XX, el solo hecho de mencionar su nombre, era sintetizar la cultura, el emprendimiento y la solidaridad puestas de manifiesto y al servicio de todos los vergarenses, más allá de que tuvieran dinero o carecieran de todo recurso.-
Había nacido un 10 de enero de 1877 en el paraje "India Muerta" (Departamento de Rocha) y como por algún lado era sobrino del Arzobispo Mariano Soler, bien pronto fue influido por las ideas de éste y joven aun, ingresó en un seminario de la ciudad de Montevideo.-
Comenzó estudios de Abogacía, pero los abandonó y en su calidad de joven-aventurero, llegó al Pueblo de “Nico Pérez”, en los inicios del 1900, donde se constituyó en Juez de Paz.-
En 1914, ejercía ese mismo cargo en Vergara, pero un lío judicial que lo involucró en Nico Pérez, lo hizo descender del sitial de Juez y desde entonces se dedicó a diversas y variadas actividades, entre ellas, intensificó su labor proselitista en bien del Partido Colorado.-
Dedicado de lleno a la lectura, logró formar en su casa, una interesante biblioteca, realizó investigaciones como historiador y además de trabajar como Procurador Público, también ejerció el buen Periodismo, en el semanario "La Evolución", que dirigía el periodista José V. Fariña.-
Integró el primer Concejo de Gobierno de Treinta y Tres, en el año 1920 y bregó por muchas obras para Vergara, entre ellas: el puente sobre el arroyo Parao; la continuación de la vía férrea hasta Río Branco; mejoras para las Escuelas Públicas; obras sociales en el Club “Centro Uruguay”; afincamiento de médicos en Vergara (Dres. Sala y Preve); creación de la Sala de Auxilios y la inquietud de que el pueblo contara con Usina Eléctrica propia y posteriormente, que la energía eléctrica se mantuviera sin interrupciones, durante las 24 horas.-
Dos ejemplos entre muchos más, que pautaron la vida de este luchador por las causas públicas.-
Una, la de ayudar a conseguir la Pensión de “Servidores de la Patria”, a la negrita Consuelo Silva de Rodriguez (que había sido enfermera y combatiente en el ejército colorado de Basilisio, en 1904) y que a la vejez, se hallaba enferma y carenciada.-
La otra, cuando intercedió ante Juan Obiaga y logró que éste “indemnizara” con la suma de 65 pesos por titular de familia, a los pobladores de “El Alegre”, al haber adquirido los campos donde estos se habían afincado. En realidad, a ninguno de ellos les pertenecía nada, porque eran “campos realengos” y procedentes de una intrincada sucesión de los Melgarejo-Olmos.-
Sin embargo con esa suma de dinero, muchos de ellos no lograron mejor exitosamente sus vidas, pero, compraron casas y/o terrenos, en Vergara.-
Sus hijos fueron: Guillermo (Médico-Pediatra, que llegó a ejercer como Director del Hospital de Paso de los Toros), María Amalia (que se recibió de Escribana) y María Magdalena (que fue Maestra de Escuelas Primarias).-
Pero tenía enemigos locales dentro del propio Partido Colorado. Y hasta alcanzó a denostarlos públicamente, por acciones crueles y cobardes que habían realizado durante la Revolución de 1904.-
Y esos mismos enemigos "encubiertos", mimetizados en el seno de la propia sociedad vergarense, una noche de la década de 1940, a través de las bocas de fuego de uno o más "sicarios", lo hicieron agarrar a tiros, en el exterior de la casona.-
Según su propio testimonio, la calle estaba muy oscura (tal para esa época), serían las nueve de la noche y cuando pretendía poner la llave en la cerradura para abrir la puerta varios balazos (al parecer de revólver), por la espalda suya, partieron la noche en pedazos e hicieron añicos el silencio, sin llegar ninguno de ellos a dar en el blanco…..
En el interior de la casa, lo esperaban la esposa y sus tres hijos.-
Sin pensarlo dos veces, don Guillermo, huyó rápidamente para la casa de la esquina (Bernardo Silvera y Melitón Muñoz), donde vivía Octavio Correa (hoy, "Chiquito" Araújo) y allí golpeó y con el permiso del dueño, se refugió y pernoctó en el lugar.-
Luego de unos minutos y cuando el silencio nuevamente se alió con la oscuridad de la calle, Octavio Correa (que había sido servidor del Ejército Colorado en 1904 y había estado en el cuadro de fusileros de la vanguardia de Tupambaé), fue hasta la casona de don Guillermo y tras serle franqueada la entrada por la dueña de casa, le comunicó lo sucedido y a pedido del esposo, la instó a que "sacara el revólver 38 del ropero, que lo tuviera a mano y que tirara a quien fuera, si alguien intentaba entrar a la casa"......
A la mañana siguiente, ni bien aclaró el día, don Guillermo, retornó al hogar.-
Nunca más atentaron contra su vida.- 
Nunca más se supo quien o quienes, le habían disparado esa noche, aunque se daba por hecho de que era un “ajuste de cuentas” de y para gente que se contaban entre los principales del Partido Colorado.-
Don Guillermo Terra, falleció un 20 de julio de 1964 y sus restos yacen en el cementerio de Vergara, donde la lápida de su tumba registra su actividad de hombre público, pero los floreros están vacíos, porque como ocurre en muchos casos, nadie se acuerda de llevarle una flor….
Una de las calles de Mevir, que bordea la vieja cancha denominada “Parque Obiaga” o “Cancha de la Liga”, cuando desde Treinta y Tres, se ingresa a esta ciudad, lleva su nombre y es parte del homenaje que el pueblo de Vergara, le debe a don Guillermo.-
Desde el silencio y desde la austeridad, “sin bombos ni platillos”, dio mucho para todos y se llevó tan poco el día que le tocó irse de este mundo.-

Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 25 de noviembre del 2016.-


Dr. Luis Yarzábal Terra en la puerta de la casona, en Vergara
Invierno del año 2016

Tumba de don Guillermo Terra en el cementerio de Vergara



No hay comentarios:

Publicar un comentario